El Milán resiste ante el rodillo azulgrana y mantiene la emoción
El Milan y el Barcelona dejan todo para la vuelta en el Camp Nou, donde decidirán quién accede a las semifinales de la Champions League.
Cero goles en el Estadio Giuseppe Meazza
para dejar abierto el desenlace en el Camp Nou la próxima semana, en un
partido en el que los de Guardiola no podrán especular, solo luchar por
la victoria, si quieren ser valedores del pase a Semifinales de la
Champions League.
La apuesta conservadora de Pep Guardiola auguraba una noche más que
complicada para el FC Barcelona en el estadio Giuseppe Meazza, ante un
Milan que intentaba crecerse ya en los inicios del partido colocando en
los video-marcadores las imágenes de aquella mítica final de Atenas del
año 94, donde el equipo rossonero humillaba por 4-0 a los culés en la
final de la Copa de Europa.
Prudente planteamiento el del Barça que situaba a Keita en el puesto
de Cesc Fàbregas, posiblmente con el objetivo de realizar la contención
precisa, y que iba a necesitar este partido.
Como era de esperar, el arreón inicial correspondería al AC Milan,
que para eso recibían al Barça en su casa. Un FC Barcelona que aguantó
como pudo un arranque totalmente físico de los rossoneri hasta que no
pudo asentar del todo el juego, ya casi transcurridos los quince minutos
de partidos.
La primera oportunidad clara, la tiene el Milan sin embargo, en los
pies del ex madridista Robinho, que recoge el balón en el área pequeña
tras rechace culé, y que terminaba en la grada del fondo sur de San
Siro.
La segunda, para el Barça, poco después de ese primer cuarto de hora,
con Alexis como protagonista, que terminaba perdiendo el mano a mano
con Abiatti. El chileno reclamó un penalti más que
dudoso.
Partido controvertido en el primer periodo con un Milan que a pesar
de su, por momentos, contemplativa defensa, no dejó de meter el miedo en
el cuerpo. Línea de presión o más bien de espera en la línea de tres
cuartos, y que permitía al Barça tocar y tocar pero evidenciando los
problemas de fluidez que le impedían penetrar en el área milanista.
Un vaivén de juego que se prolongaría casi hasta el final de la
primera parte, en un alterne de oportunidades entre ambos equipos, y
donde los porteros se convertían en los principales protagonistas.
También existieron por otro lado, los fallos normales y lógicos de los
jugadores, en un partido tan exigente.
Primeros cuarenta y cinco minutos que terminaban, como en tantas
otras ocasiones, con el dominio abrumador del Barça, que también se
hacía casi con el total de las ocasiones de gol, en el último tramo de
la primera parte.
Mismo croquis en al comenzar el segundo acto en el Estadio de San
Siro, donde el solo pitar el árbitro, el Barça se hacía con el control,
monopolizando un balón, al que del mismo modo, el Milan renunciaba, con
un único objetivo. Frenar al Barça era la labor más importante en ese
momento.
Un dominio que fue mermando ya cerca del minuto 60, cuando el AC
Milan decidía guardarse el balón en el bolsillo, en cada una de sus
recuperaciones. Bolsillo con poco uso ya que tampoco encontraban poco
premio a esa posesión. Como principal estandarte de esa contención con
el balón en propiedad, Clarence Seedorf, jugador mítico donde los haya, y
que no desentonó en ningún momento ante el rival barcelonista.
El juego italiano desconcertó en algún momento, pasando por fases, de
la más extasiada calma a un atrevimiento tan inesperado que en más de
una ocasión hizo peligrar la portería de Víctor Valdés. Entre ese
atrevimiento, el balón largo como protagonista, en busca de un Zlatan
Ibrahimovic que hizo del pico del área su hábitat natural.
Intensidad que no dejaba de crecer en el Milan, sobretodo con los
cambios de Robinho y Boateng, dando entrada a El Sharaawi y una de las
sensaciones de esta Champions, Emmanuelson.
También buscaba Guardiola nuevas sensaciones, y daba entrada a uno de
los últimos talismanes del FC Barcelona, Cristian Tello. Un soplo de
aire fresco en la banda izquierda, y que ya gozaba de su primera
oportunidad nada más pisar el terreno de juego.
Partido que con un inesperado empate a cero en el último cuarto, que
se tornaba incluso más intenso, a pesar de los casi 90 minutos
transcurridos. También en lo agresivo del juego, y es que tanto Barça
como Milan, hicieron gala de sus mejores patadas con tal de frenar un
gol que podría haber sido decisivo en la eliminatoria, tanto de un lado
como de otro.
En todo caso, era el Barça el que gozaba de las últimas
oportunidades, mientras el Milan se dedicaba a sestear con el balón
valorando de manera positiva el empate a cero. La última para los culés,
y para Messi que era finalmente derribado, aplastado en el área
milanista, sin que de nuevo el árbitro reclamara penalti.
Partido controvertido, y resultado no demasiado cómodo para el Barça
que deberá ganar sí o sí, sin pensar en empates o en otro tipo de
marcador para avanza un paso más hacia la Final de Munich.
AC Milán: Abbiati; Bonera, Mexès, Nesta
(Mesbah, min.75), Antonini; Ambrosini, Nocerino, Seedorf, Boateng
(Emanuelson, min.67); Ibrahimovic y Robinho (El Shaarawy, min.52).
FC Barcelona: Valdés; Alves, Piqué, Mascherano, Puyol; Xavi, busquets, Keita, Iniesta (Tello, min.65); Messi y Alexis (Pedro, min.76).
Árbitro: Jonas Eriksson (Suecia). Mostró cartulina amarilla a Seedorf (min.23), Nesta (min.58), Keita (min.61) y Ambrosini (min.70).
Incidencias: Partido de ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones, disputado en el estadio Giuseppe Meazza de Milán, que registró un lleno absoluto con casi 80.000 aficionados, que dejaron en las arcas milanistas 4.689.255 euros, según información de la entidad italiana.
OLYMPIQUE DE MARSELLA [0-2] BAYERN DE MUNICH
El Bayern encarrila el camino hacía su ansiada final
Los alemanes dan un paso de gigante y ya ven al Real Madrid en el horizonte. Los de Heynches fueron muy superiores en territorio galo.
El Velodróme se vistió de gala para recibir
en el partido de ida de las semifinales de Champions League a un Bayern
de Múnich que llegaba absolutamente lanzado al choque, con una dinámica
contraria a la del Olympique de Marsella.
Los franceses
renunciaron muy pronto al control del esférico y dejaron que fueran los
hombres de Jupp Heynckes los que se hicieran con el dominio territorial
del encuentro: Tony Kroos, bastante activo en la medular, y Arjen Robben
comenzaron a acelerar el encuentro para intentar buscar la portería de
Andrade.
A pesar de ello, el Olympique de Marsella tuvo buenas
oportunidades al contragolpe. Los errores en la medular de los alemanes
se convertían en fulgurantes respuestas de Remy y Ayew, que fueron una
vez más los grandes referentes ofensivos del conjunto francés.
Y
mientras, Ribery escuchaba silbidos cada vez que entraba en contacto con
el esférico. La afición de Velodróme todavía no ha perdonado su marcha a
la Bundesliga y ese viejo rencor se hizo patente en cada acción del
internacional francés.
La primera parte se encaminó hacia su recta
final y sería Mario Gómez el encargado de desequilibrar un partido que
se había puesto muy complicado para el Bayern de Múnich. El alemán
recibió un buen pase de Robben en un contragolpe para batir a Andrade e
inaugurar el marcador en el primer disparo de su equipo.
Pese a
que el gol fue polémico, por una posible mano de Lahm en el origen de la
jugada, los visitantes se marcharon al descanso con una ventaja muy
importante de cara a afrontar el segundo tiempo con más garantías.
De
hecho, el equipo alemán salió dispuesto a defender el resultado con el
balón e impuso su ley durante la segunda mitad. El Bayern daba sensación
de superioridad mientras el Olympique se acercaba a la portería a base
de arreones sin demasiado criterio.
Tuvo Super Mario la
posibilidad de marcar cumplida la hora de partido después de otro
lanzamiento peligrosísimo, pero Andrade consiguió sacar la pelota. Y
mientras, el Velodrome seguía sin ver a su equipo sin posibilidades
reales de hacer daño a su rival.
A falta de veinte minutos para
el final, el Bayern logró el tanto de la tranquilidad gracias a una
buena jugada entre Robben y Müller: el holandés hizo una preciosa pared
con el exjugador del Real Madrid y Arjen no perdonó delante de Andrade.
Era la sentencia definitiva...
Con este resultado, el Bayern de
Múnich da un paso de gigante y se encamina a las semifinales de la Liga
de Campeones, donde se encontraría al Real Madrid. El Olympique agrava
su crisis y suma su noveno partido sin conocer la victoria.
Olympique de Marsella: Andrade;
Azpilicueta, Fanni, Nkoulou,Morel; A. Diarra (Cheyrou, m.71), Mbia;
Amalfitano (Brandao, m.68), Valbuena, A. Ayew; Rémy
Bayern de Munich: Neuer; Lahm, J. Boateng, Badstuber, Alaba;
Luiz Gustavo, Kroos (Tymoshchuk, m.64); Robben, Müller (Schweinsteiger,
m.70), Ribéry (Rranjic, m.78); Gómez
Goles: 0-1, m.44: Gómez; 0-2, m.69: Robben
Árbitro: Carlos Velasco Carballo (España), amonestó a los locales
Diarra y Mbia y a los visitantes Luiz Gustavo, Alaba, Lahm, Kroos y
Schweinsteiger.
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