REAL MADRID [4-1] CSKA DE MOSCÚ
El Madrid vive de su trío letal para meterse en el bombo
El equipo blanco cuajó un encuentro completo y cómodo ante un rival que solo puso dificultades al contragolpe. Higuaín, Cristiano (2) y Benzema fueron los goleadores.
No queda ni un fantasma por el Santiago
Bernabéu de esos que durante seis años estuvieron morando por el coliseo
blanco. Y es que por segunda temporada consecutiva, el Real Madrid de
Mourinho se ha metido en los cuartos de final de la Liga de Campeones.
No se esperaba menos tampoco. Aunque lo cierto es que el CSKA hizo
sufrir a los blancos mucho más de lo que se esperaba, con dos líneas
bien cerradas atrás y un fútbol muy físico. Madurarían el tibio partido
los blancos y fueron llegando los flashes, las ocasiones y los goles.
Higuaín marcaría el primero justificando así su titularidad. Mientras
tanto Ronaldo, el mejor y más activo del partido, sentenciaría con el
segundo desde 30 metros antes de que Benzema y el propio Cristiano de
nuevo pusieran el lazo y la guinda a la clasificación. La peor noticia
de toda la noche, que Xabi no podrá jugar la ida de los cuartos al haber
visto su tercera tarjeta amarilla en un apretado encuentro.
Y es que un partido como los de Bayern o Barcelona era lo que esperaba el madridismo antes de que el colegiado Lannoy decretara el inicio del partido. Un sentimiento que se diluyó con un inicio fulgurante del CSKA. Que si bien en Moscú apenas se había acercado una vez a la portería de Casillas -la del gol-, en el Santiago Bernabéu tuvo la eliminatoria en sus manos en los primeros diez minutos. Fue Doumbia, por partida doble, el que amenazó sin llegar a morder. Le costó al Real Madrid entrar en el partido. Emperrado en jugar por el centro ante un equipo muy bien cerrado atrás, dejando todas sus esperanzas en manos de Dzagoev y Doumbia. Así, los pupilos de Mourinho se estrellaron una y otra vez ante el muro moscovita.
Sería Ronaldo al cuarto de hora el que daría el primer martillazo a esa muralla, encendiendo así los ánimos de la grada madridista, con un jugadón por la banda que acabaría con un remate de Kaká que se marchó lamiendo el poste. Y tras esta ocasión, llegaría el 1-0 de Higuaín con el que el muro tocaría el suelo. El argentino, visiblemente ansioso, estuvo muy listo al rematar una asistencia de Kaká aprovechando que la zaga visitante tiró horriblemente mal el fuera de juego por dos ocasiones. Un tanto providencial para la eliminatoria, y que era la mejor noticia que podía haber recibido un Real Madrid impreciso, e incluso nervioso ante la poca claridad con la que llegaba a la portería contraria.
De hecho, con ese primer tanto, los pupilos de Mourinho se quitaron el corsé y empezaron a destilar su mejor fútbol de la noche, sobre todo en la segunda parte. Antes del descanso, Higuaín y Xabi ya habrían tenido sendas ocasiones para marcar, pero sería Ronaldo el que materializaría ese creciente dominio merengue. El luso tuvo un mano a mano al que llegó muy escorado a los tres minutos de la reanudación, y sería en el 54 cuando perforaría la meta de Chepchugov. Su décimo gol en los últimos siete partidos. Con la inestimable colaboración del cancerbero visitante, eso sí. Pues el ‘7’ blanco lanzó uno de sus impredecibles tomahawk desde casi 30 metros, y el meta del CSKA fue incapaz no ya de atajar el balón, sino siquiera de despejarlo. Un error forzado que dejaba ya al cuadro merengue con pie y medio en los cuartos de final a falta de más de media hora aún.
Doumbia a punto estaría de poner los nervios en la grada si llega a embocar una vaselina a puerta vacía, aprovechando una mala salida de Casillas. Sin embargo, esta ocasión no fue sino la tempestad que precede a la calma. Pues apenas cuatro minutos después, Benzema pondría el tercero para los blancos en el electrónico. Cogía el lugar en el campo de un Higuaín que se marchaba ovacionado por el gol inicial, sin embargo pronto se encargó el francés de poner nuevamente de relieve el debate del delantero titular. Pues cuando apenas llevaba menos de 30 segundos sobre el verde, remataba de segunda mano un buen pase de Ozil en profundidad para poner la guinda a una sufrida victoria.
Tan peleada que Mourinho acabaría el encuentro con el sintomático cuarteto Xabi-Khedira-Lass-Granero en el centro del campo. Antes de la reaparición del medio francés, Tosic marcaría un golazo a quince minutos del final, con un chut muy fuerte desde fuera del área que se coló por toda la escuadra sin que Casillas pudiera hacer mucho más de lo que hizo. Gol merecido para los rusos a tenor de los esfuerzos hechos en el Santiago Bernabéu, pero que serviría para poco. Pues para cuando Ronaldo marcó el cuarto a pase de Benzema, la bola con el nombre del Real Madrid ya estaba en el bombo del sorteo de cuartos de la Champions.
Y es que un partido como los de Bayern o Barcelona era lo que esperaba el madridismo antes de que el colegiado Lannoy decretara el inicio del partido. Un sentimiento que se diluyó con un inicio fulgurante del CSKA. Que si bien en Moscú apenas se había acercado una vez a la portería de Casillas -la del gol-, en el Santiago Bernabéu tuvo la eliminatoria en sus manos en los primeros diez minutos. Fue Doumbia, por partida doble, el que amenazó sin llegar a morder. Le costó al Real Madrid entrar en el partido. Emperrado en jugar por el centro ante un equipo muy bien cerrado atrás, dejando todas sus esperanzas en manos de Dzagoev y Doumbia. Así, los pupilos de Mourinho se estrellaron una y otra vez ante el muro moscovita.
Sería Ronaldo al cuarto de hora el que daría el primer martillazo a esa muralla, encendiendo así los ánimos de la grada madridista, con un jugadón por la banda que acabaría con un remate de Kaká que se marchó lamiendo el poste. Y tras esta ocasión, llegaría el 1-0 de Higuaín con el que el muro tocaría el suelo. El argentino, visiblemente ansioso, estuvo muy listo al rematar una asistencia de Kaká aprovechando que la zaga visitante tiró horriblemente mal el fuera de juego por dos ocasiones. Un tanto providencial para la eliminatoria, y que era la mejor noticia que podía haber recibido un Real Madrid impreciso, e incluso nervioso ante la poca claridad con la que llegaba a la portería contraria.
De hecho, con ese primer tanto, los pupilos de Mourinho se quitaron el corsé y empezaron a destilar su mejor fútbol de la noche, sobre todo en la segunda parte. Antes del descanso, Higuaín y Xabi ya habrían tenido sendas ocasiones para marcar, pero sería Ronaldo el que materializaría ese creciente dominio merengue. El luso tuvo un mano a mano al que llegó muy escorado a los tres minutos de la reanudación, y sería en el 54 cuando perforaría la meta de Chepchugov. Su décimo gol en los últimos siete partidos. Con la inestimable colaboración del cancerbero visitante, eso sí. Pues el ‘7’ blanco lanzó uno de sus impredecibles tomahawk desde casi 30 metros, y el meta del CSKA fue incapaz no ya de atajar el balón, sino siquiera de despejarlo. Un error forzado que dejaba ya al cuadro merengue con pie y medio en los cuartos de final a falta de más de media hora aún.
Doumbia a punto estaría de poner los nervios en la grada si llega a embocar una vaselina a puerta vacía, aprovechando una mala salida de Casillas. Sin embargo, esta ocasión no fue sino la tempestad que precede a la calma. Pues apenas cuatro minutos después, Benzema pondría el tercero para los blancos en el electrónico. Cogía el lugar en el campo de un Higuaín que se marchaba ovacionado por el gol inicial, sin embargo pronto se encargó el francés de poner nuevamente de relieve el debate del delantero titular. Pues cuando apenas llevaba menos de 30 segundos sobre el verde, remataba de segunda mano un buen pase de Ozil en profundidad para poner la guinda a una sufrida victoria.
Tan peleada que Mourinho acabaría el encuentro con el sintomático cuarteto Xabi-Khedira-Lass-Granero en el centro del campo. Antes de la reaparición del medio francés, Tosic marcaría un golazo a quince minutos del final, con un chut muy fuerte desde fuera del área que se coló por toda la escuadra sin que Casillas pudiera hacer mucho más de lo que hizo. Gol merecido para los rusos a tenor de los esfuerzos hechos en el Santiago Bernabéu, pero que serviría para poco. Pues para cuando Ronaldo marcó el cuarto a pase de Benzema, la bola con el nombre del Real Madrid ya estaba en el bombo del sorteo de cuartos de la Champions.
Real Madrid: Casillas, Arbeloa, Pepe, Sergio Ramos, Marcelo, Xabi Alonso, Khedira, Özil (Lass, m.87), Kaká (Granero, m.75), Cristiano Ronaldo e Higuaín (Benzema m.70).
CSKA de Moscú: Chepchugov, Aleksei Berezutski, Vasili Berezutski, Ignashevich, Schennikov, Aldonin (Mamayev, m.46), Wernbloom, Tosic (Necid, m.80), Dzagoev, Musa (Oliseh, m.60) y Doumbia.
Goles: 1-0, m.26: Higuaín; 2-0, m.55: Ronaldo. 3-0, m.70: Benzema. 3-1, m.76: Tosic. 4-1, m.93+: Ronaldo
Árbitro: Stephane Lannoy (Francia). Mostró tarjeta amarilla a Chepchugov (m.15), a Vasili Berezutski (m.31), Musa (m.38), Xabi Alonso (m.50) y Mamayev (m.83).
Incidencias: Encuentro de vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones disputado en el estadio Santiago Bernabeu ante unos 75.000 espectadores.
RESTO DE LA JORNADA
CHELSEA FC [4-1] SS NAPOLI
El Chelsea recupera su grandeza europea a la heroíca
Los Blues ganan a los italianos en el tiempo extra, tras superar en los 90 minutos por 3-1 con goles de Drogba, Terry y Lampard; había descontado Inler; Ivanovic marcó al 105. Torres falló una ocasión clara a puerta vacía.
El Chelsea-Nápoles merece ser contado
distinto. Como un culebrón, por capítulos. La reflexión post primer
tiempo: Ni Barcelona o Real Madrid son tan poderosos como el miedo. Un
miedo que pareció jugar en contra de las aspiraciones de Nápoles en
Londres, donde Chelsea (con Mata y sin Torres desde el inicio) no jugaba
a nada hasta la aparición aislada del eterno Didier Drogba. Si no era
miedo, no se explica cómo el elenco de Walter Mazzarri mermó tanto su
rendimiento desde la apertura del marcador por obra del ariete africano.
Los del sur de Italia padecieron sobre el final de la etapa inicial la
falta de experiencia en estas instancias de Champions League para
derrumbarse en Inglaterra.
Un Nápoles que empezó el partido sin complejos, siendo el que lastimaba. Aprovechando a la contra los espacios que dejaba un rival sin ideas, apático ante su gente, y con la obligación de marcar cuanto antes. Así llegaban las ocasiones para Hamsik, de remate directo a las piernas de Peter Cech; para Cavani, una inmejorable posibilidad de colocar en ventaja a su equipo, tras un centro por bajo de Maggio que el uruguayo perdió de manera increíble; para Lavezzi, que vio cómo el portero checo paraba su remate seco al primer poste.
Era todo del conjunto napolitano, hasta que un centro de Ramires encontró la cabeza de Drogba y todo cambió. El delantero marfileño no perdonó el despiste de Arónica, le ganó en el salto y cabeceó a la red para adelantar a los Blues. Entre el empuje de Stamford Bridge y el susto italiano, los ingleses crecieron y empezaron a generar situaciones. A punto tal de hacer méritos para aumentar diferencias. Nápoles ya no lastimaría más en esa primera parte y Chelsea fallaría algunas posibilidades claras, como la que a David Luiz le quitarían en la mismísima raya. Entre tanto, Dossena ingresaba por el lesionado Maggio, importante hasta ese momento en el conjunto que esta noche jugó de gris.
Un segundo tiempo de infarto. No se habían acomodado cuando Chelsea comenzó a llevarse por delante a Nápoles. Y lo tradujo en el segundo gol del partido. Fue en un cabezazo de Terry que, en un saque de esquina concedido por error entre Campagnaro y De Sanctis, ganó en las alturas al argentino para marcar el 2-0 parcial antes de los cinco minutos. Pero los chicos de Mazzarri irían por más, no estaban de regalo en octavos de final. Así pues, Inler cogió un despeje de la zaga Blue para, con una volea hermosa, darle a su equipo el pase momentáneo a los cuartos de final.
Un Nápoles que empezó el partido sin complejos, siendo el que lastimaba. Aprovechando a la contra los espacios que dejaba un rival sin ideas, apático ante su gente, y con la obligación de marcar cuanto antes. Así llegaban las ocasiones para Hamsik, de remate directo a las piernas de Peter Cech; para Cavani, una inmejorable posibilidad de colocar en ventaja a su equipo, tras un centro por bajo de Maggio que el uruguayo perdió de manera increíble; para Lavezzi, que vio cómo el portero checo paraba su remate seco al primer poste.
Era todo del conjunto napolitano, hasta que un centro de Ramires encontró la cabeza de Drogba y todo cambió. El delantero marfileño no perdonó el despiste de Arónica, le ganó en el salto y cabeceó a la red para adelantar a los Blues. Entre el empuje de Stamford Bridge y el susto italiano, los ingleses crecieron y empezaron a generar situaciones. A punto tal de hacer méritos para aumentar diferencias. Nápoles ya no lastimaría más en esa primera parte y Chelsea fallaría algunas posibilidades claras, como la que a David Luiz le quitarían en la mismísima raya. Entre tanto, Dossena ingresaba por el lesionado Maggio, importante hasta ese momento en el conjunto que esta noche jugó de gris.
Un segundo tiempo de infarto. No se habían acomodado cuando Chelsea comenzó a llevarse por delante a Nápoles. Y lo tradujo en el segundo gol del partido. Fue en un cabezazo de Terry que, en un saque de esquina concedido por error entre Campagnaro y De Sanctis, ganó en las alturas al argentino para marcar el 2-0 parcial antes de los cinco minutos. Pero los chicos de Mazzarri irían por más, no estaban de regalo en octavos de final. Así pues, Inler cogió un despeje de la zaga Blue para, con una volea hermosa, darle a su equipo el pase momentáneo a los cuartos de final.
Roberto di Matteo se vio obligado a sacar a
Fernando Torres para buscar el tanto que obligue a ir a la prórroga. No
por el punta español, pero sí con su presencia, Chelsea lograría el
objetivo. Unas manos en el área italiana fueron sancionadas por el
árbitro y cambiadas por gol a través de Lampard. El centrocampista
inglés no falló y estableció el 3-1 con que se moriría el segundo
tiempo.
La prórroga. El Nápoles para estas alturas ya estaba curado de todo
espanto. No acusó el miedo del final del primer tiempo, y de hecho fue
el que propuso más. Chelsea esperaba agazapado alguna contra, como la
que falló insólitamente Torres tras la horrorosa salida de De Sanctis.
Sin ángulo, sí, pero era una inmejorable ocasión para volver al gol. Lo
erró el ex Atlético de Madrid. Sin embargo, Chelsea convertiría en la
última jugada, en la que Ramires da un pase a Drogba entre dos hombres,
el marfileño gira y la pone al medio para que Ivanovic desate la locura
en Londres. Fortísimo disparo del defensa para el 4-1.
En el segundo tiempo el Nápoles fue en busca del 4-2 que otorgaba
boleto a cuartos, pero sin ideas, todo volcado al ataque. Los del San
Paolo no se enteraban que estaban agonizando en Stamford Bridge. El
sueño italiano se moría en Inglaterra ante la euforia de miles de Blues celebrando la remontada y el pase a la siguiente instancia.
Chelsea FC: Cech; Ivanovic, Luiz, Terry
(Bosingwa, m.97), Cole; Ramires, Essien, Lampard; Mata (Malouda, m.95),
Sturridge (Torres, m.60) y Drogba.
SS Napoli: De Sanctis; Campagnaro, Cannavaro, Aronica (Vargas, m.110); Maggio (Dossena, m.36), Inler, Gargano, Zúñiga; Hamsik (Pandev, m.105), Cavani y Lavezzi.
Goles: 1-0,min. 29: Drogba; 2-0, min.47: Terry; 2-1, min.54: Inler; 3-1, min.74: Lampard de penalti; 4-1, min.105: Ivanovic;
Árbitro: Felix Brych (Alemania). Amonestó a Lampard y Cole del Chelsea, así como a Cannavaro, Dossena y Campagnaro del Nápoles.
Incidencias: Partido de vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones disputado en Stamford Bridge (Londres).
SS Napoli: De Sanctis; Campagnaro, Cannavaro, Aronica (Vargas, m.110); Maggio (Dossena, m.36), Inler, Gargano, Zúñiga; Hamsik (Pandev, m.105), Cavani y Lavezzi.
Goles: 1-0,min. 29: Drogba; 2-0, min.47: Terry; 2-1, min.54: Inler; 3-1, min.74: Lampard de penalti; 4-1, min.105: Ivanovic;
Árbitro: Felix Brych (Alemania). Amonestó a Lampard y Cole del Chelsea, así como a Cannavaro, Dossena y Campagnaro del Nápoles.
Incidencias: Partido de vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones disputado en Stamford Bridge (Londres).
BAYERN DE MUNICH [7-0] FC BASILEA
El Bayern saca el rodillo
Cuatro goles de Mario Gómez, dos de Robben y uno de Müller sellan el pase a cuartos de final para el equipo de Heynckes que sigue vivo en busca de su final
Paradójicamente, fue por la noche cuando se acabó el sueño suizo. El equipo del Basilea llegaba a la ciudad de Múnich con las esperanzas de hacer valer el 1-0 conseguido en la ida de los octavos de final de la Champions League pero pronto esas esperanzas se toparon contra el rodillo alemán del Bayern Múnich que aspiraba a remontar la eliminatoria y seguir en la lucha por jugar la final de dicha competición que este año se disputará en su estadio, el Allianz Arena.
Tan solo habían corrido 10 minutos en el reloj cuando el equipo
local tomo ventaja en el encuentro y empataba la eliminatoria. Fue el
holandés Arjen Robben el que hacía el 1-0 para su equipo, dando al
traste con el planteamiento defensivo promovido por el Basilea con el
fin de aguantar el arco intacto y, si fuera posible, tomar más ventaja
en alguna jugada aislada.
Este gol hacía que la eliminatoria empezara otra vez de nuevo ya que
con este resultado el partido iría a la prórroga y un gol de
cualquiera de los dos equipos les daría la clasificación pero fue el
equipo alemán el que prosiguió con su total dominio y no dejó ni un solo
momento el balón a su rival. Las llegadas eran constantes, pero unas
veces el portero visitante, el joven suizo Sommer, y otras el poco
acierto de los delanteros locales, hacían que el marcador no variara.
Fue cuando ya se veía en el horizonte el final de la primera parte,
cuando el Bayern optó por dejar la eliminatoria sentenciada.
En el minuto 41, el alemán Thomas Müller hacía el 2-0 para su equipo
tras un buen centro de Robben y tan solo 3 minutos después, el
internacional alemán Mario Gómez colocaba el 3-0 que ya era definitivo,
tanto por el marcador, como por las sensaciones que transmitían ambos
equipos.Con este resultado se llegaba al tiempo de descanso.
En la reanudación se vio al equipo visitante falto de moral, con la
ya sabida lección de que su participación en la Champions League
llegaba a su fin en la primera ronda de eliminatorias después de haber
logrado eliminar en la fase de grupos al actual subcampeón de la
competición y uno de los favoritos al título, el Manchester United.
Tan solo 5 minutos habían transcurrido de la segunda mitad, cuando
de nuevo Mario Gómez hacia moverse el luminoso ahondando aún más en la
herida del equipo centroeuropeo.
No acababa ahí la racha goleadora del hispano-alemán ya que en el
minuto 60 hacía su tercer gol de la noche, esta vez de cabeza, tras una
genial jugada del francés Ribery, que campaba a sus anchas por la
banda izquierda del Allianz Arena.
Tan solo 7 minutos después, otra vez Mario Gómez lograba el que era
el 6-0 para su equipo y cuarto gol para él en la noche de hoy,
quedándose a tan solo uno del record conseguido por Lionel Messi en el
encuentro de la semana pasada.
Ya en el minuto 81, con absolutamente todo decidido, de nuevo
Robben, quién había abierto el marcador del encuentro, fue el encargado
de cerrarlo en lo que era una noche redonda para los jugadores de Jupp
Heynckes, que conseguían no solo remontar la eliminatoria, sino
mostrarse como uno de los rivales a evitar por todo el mundo en el
sorteo que se celebrará el viernes para definir los cuadros finales de
la competición.
Bayern de Munich: Neuer; Lahm, Boateng, Badstuber,
Alaba; Luiz Gustavo, Kroos; Robben (Tymotschuk, 82), Müller
(Schweinsteiger, 70), Ribery (Pranjic, 78); y Gómez.
FC Basilea: Sommer; Steinhofer (P.Degen, 70), Dragovic, Abraham,
Park; Shaqiri (Zqua, 80), Cabral, Xhaka, F.Frei (Stocker, 62); A.Frei y
Streller.
Goles: 1-0, min 11: Robben. 2-0, min 42: Müller. 3-0, min 44:
Gómez. 4-0, min 50: Gómez. 5-0, min 61: Gómez. 6-0, min 67: Gómez. 7-0,
min 81: Robben.
Arbitro: Marc Clattenburg (Inglaterra). Amonestó a Streller.
Incidencias: Partido de vuelta de octavos de final de la Liga de Campeones disputado en el Allianz Arena de Múnich ante 66.000 espectadores.
INTER DE MILÁN [2-1] OLYMPIQUE DE MARSELLA
Brandao le enseña la puerta de salida a Claudio Ranieri
Con la fe y el respaldo de la grada las
piernas de los jugadores interistas dejaron de temblar con el pitido del
portugués Pedro Proenca. No abrumadora, pero mejor primera parte la del
equipo de Ranieri; impulsados por la necesidad de marcar al menos un
tanto para igualar la eliminatoria de octavos (quedaron 1-0 en el
Vélodrome), tuvieron que marcar la intensidad del primer cuarto de hora
encerrando en campo propio a un Olympique de Marsella demasiado tímido
para estar jugándose el pase a unos cuartos de final.
Pensando en el 0-0, los de Deschamps basaron
sus contras en el tridente de arriba formado por la velocidad de
Valbuena, Ayew y Remy. Un ligero cabeceo de este último fue la
intervención más peligrosa del ataque marsellés.
El casillero de ocasiones siguió en blanco
para los franceses. No es menos cierto que Mandanda tampoco tuvo mucho
más trabajo que Julio César en la portería. Pero como ocurriera en
Verona este mismo fin de semana, la efectividad de los italianos se vio
correspondida con el gol. En esta ocasión fue a través de una jugada
rocambolesca dentro del área marsellesa con un fin de desahogo para los
aficionados del Inter. Milito solamente tuvo que empujar el balón luego
de que la pelota cayera en su suerte. Quince para el final y la prórroga
ya esperaba a ambos.
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