Maracaná y Neymar engullen a la Roja
España no se repone al gol en el primer minuto de Fred, a la
exhibición para el recuerdo de Neymar y al fervor competitivo de una
Brasil racial, orgullosa y mucho mejor.
No faltó nada salvo España en la final de la Copa Confederaciones. La majestuosidad de Maracaná, la heráldica de Brasil
y la simbología del partido anticipaban un sueño que pronto se
convirtió en pesadilla para la selección. Lo que tardó Fred en convertir
un balón suelto en el área pequeña en un tesoro a los dos minutos que
llevó a España a remolque. No hubo kilómetros de salida neutralizada, y
desde el inició, la pentacampeona del mundo se embarcó en un ejercicio
de fulgor y fútbol que engulleron a la selección. Encumbró el encuentro a Neymar,
autor de un soberbio gol que terminó de enrevesar el jeroglífico para
España al filo del descanso y fue un tormento constante para la defensa
de la selección. Obligó a sustituir a Arbeloa y expulsó a Piqué en una
noche que confirmó que está preparado para el mayor de los retos. Ante
España y en Maracaná respondió con una actuación memorable.
Dirimía el choque al jerarca absoluto del fútbol actual y al país que más campeonatos del mundo tiene en sus vitrinas. Regada de dudas en torno a su estilo, contracultural,
a un año vista del mundial, Brasil envió un mensaje contundente al
mundo, recordando que Brasil siempre está y será la selección a batir en
2014. Era el partido del año para los sudamericanos y así lo plasmaron
ante una España un punto pusilánime a la que no le salió nada.
Amaneció
el partido con una bofetada de la que España no se recuperó y que
centrifugó a una Brasil racial, amparada en la permisividad arbitral y
que jugó en todo momento con los ojos inyectados en sangre. Un balón
extraño y un error en cadena fue un caramelo para un cazagoles como
Fred. Midieron mal por alto Arbeloa y Piqué, se enclavó Casillas en la
cobacha y tras un rebote, Fred remachó desde el suelo a la escuadra a un
palmo del portero español. Maracaná, que era una caldera desde una hora
antes del partido, entró en ebullición, y con ello Brasil. Avanzó las
líneas el combinado de Scolari, enfangó la salida del balón, torturó a
los futbolistas españoles a patadas y se desplegó con una velocidad
rampante.
Trabajaron como chinos y el más brasileño de todos los
estiró. Neymar dejó una actuación para el recuerdo a un mes de llegar al
Barcelona. Con espacios, y Brasil los tuvo a rabiar, es un futbolista
imparable. Sólo lo pudieron parar con faltas los defensores españoles.
Le zarandeó Arbeloa cuando se emplazaba sólo con Casillas a los quince
minutos y expulsó a Piqué en otra jugada a campo abierto. Pudo mandar a
la caseta también a Arbeloa, pero el árbitro lo indultó. Fue una tortura
el partido para el defensor del Madrid, que no vio venir a Neymar en
ningún momento. Tampoco contó con excesivas ayudas en un equipo
sobrepasado. En otra jugada rápida, se dejó al atacante a su espalda y
este fusiló a Casillas con un violento zapatazo a la escuadra a poco de
llegar al descanso.
Necesitaba España algo rápido y contundente a
su favor y encontró justo lo contrario a la vuelta de los vestuarios.
Fred, con un disparo cruzado al primer toque cerró el partido desde el
vértice del área con un balón que Casillas sólo pudo rozar. Fue el
último palazo para esta España, completamente irreconocible anoche. Ni a
grande ni a pequeña tuvo su día la selección. Se encontró sin darse
cuenta con el marcador en contra y estuvo desasistida en esas acciones
que marcan irremisiblemente los partidos. David Luiz salvó bajo palos un
balón de Pedro que se colaba poco antes que Neymar hiciera el segundo y
Sergio Ramos falló un penalti cuando ya la cuesta era inabordable.
Maracaná
tendrá que esperar para una España que en ningún momento estuvo en la
contienda. Abusó de la selección una Brasil que venció a la selección en
todos las facetas. Desde el plano emocional hasta el futbolístico. La
conjunción del fervor competitivo de este equipo, algo adjudicadle a
Scolari, el peso de historia y el orgullo de cinco veces campeones del
mundo y la omnipotencia de un Neymar superlativo desbrozaron a una
España que se emplaza a dentro de un año para intentar abordar la gesta
de Maracaná. Con todos los honores, la selección más laureada de la
historia de este deporte venció al mejor combinado del último lustro.
Brasil: Julio César; Daniel Alves, David
Luiz, Thiago Silva, Marcelo; Luiz Gustavo, Paulinho (Hernanes, m.88),
Oscar; Hulk (Jadson, m.73), Neymar y Fred (Jo, m.80).
España:
Casillas; Arbeloa (Azpilicueta, m.46), Piqué, Sergio Ramos, Jordi Alba;
Busquets, Xavi; Pedro, Iniesta, Mata (Navas, m.52); y Fernando Torres
(Villa, m.59).
Goles: 1-0, m.2: Fred. 2-0, m.44: Neymar. 3-0, m.47: Fred.
Árbitro:
Björn Kuipers (Holanda). Amonestó a Arbeloa (15) y Ramos (27) por España.
Expulsó por roja directa a Piqué a los 68 minutos por una falta a
Neymar.
Incidencias: Final de la Copa Confederaciones disputada en el estadio Maracaná con 73.500 aficionados en las gradas.
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