Portugal y Francia se verán las caras en el Stade de France en Saint Denis el próximo domingo 10 de julio a las 21:00. Los números dicen que Francia es la favorita para
esta final inédita, pero sólo son números. Francia ha ganado 5
partidos y ha empatado uno y llega a la final sin conocer la derrota,
con 13 goles a favor y 4 en contra. Mientras, Portugal ha tenido un
camino tortuoso, del que nadie se acordará si el domingo levantan el
trofeo, en el que sólo ha sido capaz de ganar un partido en el
tiempo reglamentario, el de semifinales ante Gales. Un total de 4
empates y dos victorias y, como su rival del domingo, no ha perdido
en la competición (8 goles a favor y 5 en contra).
La historia también está a favor de los franceses. Los galos ganaron el título siempre que jugaron en casa. Pasó en la Eurocopa de 1984 cuando derrotaron en la final a España y en el Mundial de 1998, cuando derrotaron a la Brasil de Ronaldo, en una final histórica. Portugal está ante su gran oportunidad después de las semifinales perdidas en 2000, precisamente ante Francia con aquel gol de oro de Zidane, en 2012, en la tanda de penaltis ante España, y de la final perdida en 2004 ante Grecia.
Será la segunda final en la que se enfrenten Cristiano y Griezmann, 43 días después de medirse en Milán con la Champions en juego. Entonces, el triunfo fue para el portugués y la decepción para el francés (con penalti fallado incluido). Ahora, el duelo determinará quién es el ‘7’ de la Eurocopa. Griezmann o Cristiano. Cristiano o Griezmann.
Portugal vuelve a una final europea doce años después. En 2004 ofició como anfitrión y cayó, contra pronóstico, ante Grecia. Esta vez se ha plantado en el choque decisivo sin arrollar ni enamorar, exprimiendo el pragmatismo, como los estudiantes que van superando exámenes con un 5. El seleccionador, Fernando Santos, ha movido mucho el once. De hecho, solo el portero Rui Patricio y los delanteros Ronaldo y Nani han sido titulares en los seis partidos. Pepe, otro de los fijos, se ha perdido el último duelo por lesión. Y los problemas físicos han mermado a André Gomes y Guerreiro. Pero Cedric le ha ganado la partida a Vieirinha en el lateral derecho y Renato a Moutinho en la línea media. William y Danilo se están repartiendo los minutos del medio centro de contención. Adrien Silva y Eliseu han suplido con buena nota a André Gomes y Guerreiro. Quaresma siempre está al quite. Por haches o por bes, Fernando Santos sigue sin un once tipo y sin un fútbol convincente. Pero, como en el 2004, las banderas y los ánimos desbordan en Portugal. Esta vez el equipo llega al último examen sin cartel de favorito, con igual ilusión. O más.
Didier
Deschamps ha impuesto su autoridad a las estrellas y
no ha mantenido un esquema rígido. Francia es el equipo más
flexible del torneo. Ha pasado del 4-3-3 al 4-4-2 o 4-2-3-1, en
función del rival y del momento de juego de sus principales
jugadores. Antoine Griezmann llegó a Francia como un candidato a
estrella y está a un paso de convertirse en el hombre del torneo.
Criticado por su escasa incidencia en el juego del equipo al
principio, ha crecido hasta convertirse en la referencia ofensiva. Es
el máximo goleador pero también ofrece alternativas cuando baja al
centro del campo y es la principal baza al contragolpe. Francia supo
sobrevolar sobre los problemas. ya que en cualquier otro equipo, la
baja de Benzema, Varane y Matthieu le hubiese descompuesto.
En el de Deschamps, fueron apareciendo secundarios que encontraron su
papel. Rami y Umtiti, pese a ser llamados a última hora, entraron en
la dinámica del equipo, Olivier Giroud al fin se ganó el aprecio de
la grada, que ya no reclama a Benzema.
En resumen, Portugal tendría que
dar su mejor partido en muchos años, y Francia el peor partido del
torneo para que el favoritismo cambie. La suerte está echada. ¿Antoine o Cristiano? ¿As armas o Allons enfants de la Patrie? El domingo por la noche, España tendrá sucesor en Europa.
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