El fútbol pierde a uno de los grandes de la historia. Esta tarde, Alfredo Di Stéfano ha muerto a los 88 años, el presidente de honor del Real Madrid, ganador de cinco Copas de Europa y dos Balones de Oro, y que como entrenador apostó por la Quinta del Buitre. Di Stéfano cambió la historia del Real Madrid. Su fichaje por el club blanco revolucionó al club de Chamartín.
El choque que enfrentó al Real Madrid y a Millonarios como celebración de las bodas de oro del Real Madrid terminó siendo, sin lugar a dudas, el partido más importante de la historia del conjunto blanco. En la cita saltó al césped un rápido y habilidoso Alfredo Di Stéfano, jugador del que se enamoró a primera visto don Santiago Bernabéu, presidente por aquel entonces del club madrileño. El máximo mandatario madridista no paró hasta conseguir que el futbolista argentino, que maravillaba cada vez que saltaba al terreno de juego, se enfundara la elástica madridista. No fue fácil, ya que La Saeta Rubia tuvo que pasar unos meses en Barcelona, pero todo esfuerzo mereció la pena por ver jugar en Chamartín al primer grande de la historia del fútbol.
Cinco Copas de Europas terminaron en las vitrinas blancas de forma consecutiva. Empezó en París y terminó en Glasgow previo paso por Madrid, Bruselas y Stuttgart. Hasta siete goles marcó en las finales que jugó y según cuentan todas las crónicas de la época, fue el encargado de liderar un equipo que nunca más se ha vuelto a repetir. Su rendimiento sobre el verde le convirtió en un futbolista mediático como nadie lo había sido hasta entonces. Protagonizó películas sobre su vida y fue el ídolo de los aficionados del Real Madrid y de todos los seguidores del fútbol en general.
Su legado no acabó en su etapa de futbolista. Como entrenador tuvo la valentía de dar la alternativa a cinco jóvenes jugadores que llegaban desde el Castilla y que terminaron formando la Quinta del Buitre. Una vez más, Di Stéfano fue clave para que en el Santiago Bernabéu se disfruta a del fútbol como pocas veces se ha hecho. La puerta grande de la historia del Real Madrid volvió a abrirse. Como no podía ser de otra forma, el Real Madrid reservó un hueco especial para el hombre que cambió su rumbo y lo llevó hasta la excelencia. Nombró a don Alfredo Di Stéfano presidente de honor, lugar que seguirá ocupando allá donde esté. El Real Madrid y el fútbol lo tienen en su memoria, en su corazón y en una historia que él mismo escribió. El primer grande del fútbol.
El choque que enfrentó al Real Madrid y a Millonarios como celebración de las bodas de oro del Real Madrid terminó siendo, sin lugar a dudas, el partido más importante de la historia del conjunto blanco. En la cita saltó al césped un rápido y habilidoso Alfredo Di Stéfano, jugador del que se enamoró a primera visto don Santiago Bernabéu, presidente por aquel entonces del club madrileño. El máximo mandatario madridista no paró hasta conseguir que el futbolista argentino, que maravillaba cada vez que saltaba al terreno de juego, se enfundara la elástica madridista. No fue fácil, ya que La Saeta Rubia tuvo que pasar unos meses en Barcelona, pero todo esfuerzo mereció la pena por ver jugar en Chamartín al primer grande de la historia del fútbol.
Cinco Copas de Europas terminaron en las vitrinas blancas de forma consecutiva. Empezó en París y terminó en Glasgow previo paso por Madrid, Bruselas y Stuttgart. Hasta siete goles marcó en las finales que jugó y según cuentan todas las crónicas de la época, fue el encargado de liderar un equipo que nunca más se ha vuelto a repetir. Su rendimiento sobre el verde le convirtió en un futbolista mediático como nadie lo había sido hasta entonces. Protagonizó películas sobre su vida y fue el ídolo de los aficionados del Real Madrid y de todos los seguidores del fútbol en general.
Su legado no acabó en su etapa de futbolista. Como entrenador tuvo la valentía de dar la alternativa a cinco jóvenes jugadores que llegaban desde el Castilla y que terminaron formando la Quinta del Buitre. Una vez más, Di Stéfano fue clave para que en el Santiago Bernabéu se disfruta a del fútbol como pocas veces se ha hecho. La puerta grande de la historia del Real Madrid volvió a abrirse. Como no podía ser de otra forma, el Real Madrid reservó un hueco especial para el hombre que cambió su rumbo y lo llevó hasta la excelencia. Nombró a don Alfredo Di Stéfano presidente de honor, lugar que seguirá ocupando allá donde esté. El Real Madrid y el fútbol lo tienen en su memoria, en su corazón y en una historia que él mismo escribió. El primer grande del fútbol.
LEYENDA DEL VALENCIANISMO ALLÁ DONDE ESTÉ
Con la muerte de Di Stéfano el Valencia pierde al entrenador con más partidos en el banquillo de Mestalla y a uno de los más importantes de su historia. El argentino dirigió al conjunto valencianista en un total de 365 encuentros en cuatro etapas en las que logró una Liga (1971), una Recopa (1980) y el ascenso a Primera División en 1987. Su balance fue de 162 victorias, 92 empates y 111 derrotas.
La aventura de la Saeta Rubia en el Valencia comenzó en 1970. Di Stéfano, con Julio de Miguel en la presidencia, confeccionó un conjunto basado en la solidez defensiva, con Abelardo en la portería (19 goles encajados) y bastiones como Sol, Aníbal, Antón y Jesús Martínez, combinada con la calidad de hombres como Claramunt, Forment o Valdez. La temporada fue avanzando y en el tramo final de Liga aquel equipo se vio con posiblidades de ser campeón. En la última jornada el Valencia llegó al viejo Sarrià como líder, con 43 puntos, para medirse al Espanyol. Los otros dos aspirantes, Barcelona (42) y Atlético de Madrid (41) se enfrentaban entre sí en el estadio Vicente Calderón. El empate (1-1) entre culés y colchoneros dio los valencianistas, pese a su derrota ante los 'pericos' (1-0), su cuarto título liguero 24 años después. Esa misma temporada, los hombres de Di Stéfano no pudieron completar un doblete histórico al perder la final de la Copa ante el Barça (4-3) en el Santiago Bernabéu.
Años más tarde, en 1979, y tras ganar el Valencia la Copa del Rey al Real Madrid con dos goles de Kempes, Pasieguito abandonó el banquillo para regresar a la secretaría técnica del club y volvió a confiar el equipo a Alfredo di Stefano. Aquel conjunto, con jugadores como el propio Matador, Solsona, Bonhof, Subirats o Saura, logró la Recopa de Europa tras vencer al Arsenal en una agónica tanda de penaltis en el estadio Heysel de Bruselas. Los valencianistas eliminaron a equipos como el Glasgow Rangers, con el mítico partido de Pablo en Ibrox Park, o el Barça, con un memorable 4-3 en el partido de vuelta en Mestalla. En cambio, la trayectoria en Liga finalizó con un insulso sexto puesto y fue eliminado en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey ante el Sporting de Gijón. Al concluir la temporada, Di Stéfano abandonó de forma sorprendente la entidad de Mestalla que presidía entonces José Ramos Costa.
La última etapa de Di Stéfano en el Valencia comenzó en febrero de 1986 cuando tomó las riendas de la plantilla que hasta entonces dirigía Óscar Rubén Valdez. Aquel equipo estaba herido de muerte y la Saeta Rubia no pudo evitar el traumático descenso a Segunda División. El argentino aceptó el reto del nuevo presidente Arturo Tuzón de lograr el ascenso en la temporada siguiente. Di Stéfano confeccionó una plantilla trufada de jugadores de la cantera como Giner, Arroyo, Quique, Voro, Fenoll o Fernando y los fichajes de Alcañiz y Bossio. El Valencia logró el ascenso y solo pasó un añito en el infierno.
La aventura de la Saeta Rubia en el Valencia comenzó en 1970. Di Stéfano, con Julio de Miguel en la presidencia, confeccionó un conjunto basado en la solidez defensiva, con Abelardo en la portería (19 goles encajados) y bastiones como Sol, Aníbal, Antón y Jesús Martínez, combinada con la calidad de hombres como Claramunt, Forment o Valdez. La temporada fue avanzando y en el tramo final de Liga aquel equipo se vio con posiblidades de ser campeón. En la última jornada el Valencia llegó al viejo Sarrià como líder, con 43 puntos, para medirse al Espanyol. Los otros dos aspirantes, Barcelona (42) y Atlético de Madrid (41) se enfrentaban entre sí en el estadio Vicente Calderón. El empate (1-1) entre culés y colchoneros dio los valencianistas, pese a su derrota ante los 'pericos' (1-0), su cuarto título liguero 24 años después. Esa misma temporada, los hombres de Di Stéfano no pudieron completar un doblete histórico al perder la final de la Copa ante el Barça (4-3) en el Santiago Bernabéu.
Años más tarde, en 1979, y tras ganar el Valencia la Copa del Rey al Real Madrid con dos goles de Kempes, Pasieguito abandonó el banquillo para regresar a la secretaría técnica del club y volvió a confiar el equipo a Alfredo di Stefano. Aquel conjunto, con jugadores como el propio Matador, Solsona, Bonhof, Subirats o Saura, logró la Recopa de Europa tras vencer al Arsenal en una agónica tanda de penaltis en el estadio Heysel de Bruselas. Los valencianistas eliminaron a equipos como el Glasgow Rangers, con el mítico partido de Pablo en Ibrox Park, o el Barça, con un memorable 4-3 en el partido de vuelta en Mestalla. En cambio, la trayectoria en Liga finalizó con un insulso sexto puesto y fue eliminado en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey ante el Sporting de Gijón. Al concluir la temporada, Di Stéfano abandonó de forma sorprendente la entidad de Mestalla que presidía entonces José Ramos Costa.
La última etapa de Di Stéfano en el Valencia comenzó en febrero de 1986 cuando tomó las riendas de la plantilla que hasta entonces dirigía Óscar Rubén Valdez. Aquel equipo estaba herido de muerte y la Saeta Rubia no pudo evitar el traumático descenso a Segunda División. El argentino aceptó el reto del nuevo presidente Arturo Tuzón de lograr el ascenso en la temporada siguiente. Di Stéfano confeccionó una plantilla trufada de jugadores de la cantera como Giner, Arroyo, Quique, Voro, Fenoll o Fernando y los fichajes de Alcañiz y Bossio. El Valencia logró el ascenso y solo pasó un añito en el infierno.
El fútbol pierde a uno de los grandes de la historia. Esta tarde, Di Stéfano ha muerto a los 88 años,
el presidente de honor del Real Madrid, ganador de cinco Copas de
Europa y dos Balones de Oro, y que como entrenador apostó por la Quinta
del Buitre.
Di Stéfano cambió la historia del Real Madrid. Su fichaje por el club blanco revolucionó al club de Chamartín.
El choque que enfrentó al Real Madrid y a Millonarios como celebración de las bodas de oro del Real Madrid terminó siendo, sin lugar a dudas, el partido más importante de la historia del conjunto blanco. En la cita saltó al césped un rápido y habilidoso Alfredo Di Stéfano, jugador del que se enamoró a primera visto don Santiago Bernabéu, presidente por aquel entonces del club madrileño.
El máximo mandatario madridista no paró hasta conseguir que el futbolista argentino, que maravillaba cada vez que saltaba al terreno de juego, se enfundara la elástica madridista. No fue fácil, ya que La Saeta Rubia tuvo que pasar unos meses en Barcelona, pero todo esfuerzo mereció la pena por ver jugar en Chamartín al primer grande de la historia del fútbol.
Cinco Copas de Europas terminaron en las vitrinas blancas de forma consecutiva. Empezó en París y terminó en Glasgow previo paso por Madrid, Bruselas y Stuttgart. Hasta siete goles marcó en las finales que jugó y según cuentan todas las crónicas de la época, fue el encargado de liderar un equipo que nunca más se ha vuelto a repetir.
Su rendimiento sobre el verde le convirtió en un futbolista mediático como nadie lo había sido hasta entonces. Protagonizó películas sobre su vida y fue el ídolo de los aficionados del Real Madrid y de todos los seguidores del fútbol en general.
Su legado no acabó en su etapa de futbolista. Como entrenador tuvo la valentía de dar la alternativa a cinco jóvenes jugadores que llegaban desde el Castilla y que terminaron formando la Quinta del Buitre. Una vez más, Di Stéfano fue clave para que en el Santiago Bernabéu se disfruta a del fútbol como pocas veces se ha hecho. La puerta grande de la historia del Real Madrid volvió a abrirse.
Como no podía ser de otra forma, el Real Madrid reservó un hueco especial para el hombre que cambió su rumbo y lo llevó hasta la excelencia. Nombró a don Alfredo Di Stéfano presidente de honor, lugar que seguirá ocupando allá donde esté. El Real Madrid y el fútbol lo tienen en su memoria, en su corazón y en una historia que él mismo escribió. El primer grande del fútbol.
Di Stéfano cambió la historia del Real Madrid. Su fichaje por el club blanco revolucionó al club de Chamartín.
El choque que enfrentó al Real Madrid y a Millonarios como celebración de las bodas de oro del Real Madrid terminó siendo, sin lugar a dudas, el partido más importante de la historia del conjunto blanco. En la cita saltó al césped un rápido y habilidoso Alfredo Di Stéfano, jugador del que se enamoró a primera visto don Santiago Bernabéu, presidente por aquel entonces del club madrileño.
El máximo mandatario madridista no paró hasta conseguir que el futbolista argentino, que maravillaba cada vez que saltaba al terreno de juego, se enfundara la elástica madridista. No fue fácil, ya que La Saeta Rubia tuvo que pasar unos meses en Barcelona, pero todo esfuerzo mereció la pena por ver jugar en Chamartín al primer grande de la historia del fútbol.
Cinco Copas de Europas terminaron en las vitrinas blancas de forma consecutiva. Empezó en París y terminó en Glasgow previo paso por Madrid, Bruselas y Stuttgart. Hasta siete goles marcó en las finales que jugó y según cuentan todas las crónicas de la época, fue el encargado de liderar un equipo que nunca más se ha vuelto a repetir.
Su rendimiento sobre el verde le convirtió en un futbolista mediático como nadie lo había sido hasta entonces. Protagonizó películas sobre su vida y fue el ídolo de los aficionados del Real Madrid y de todos los seguidores del fútbol en general.
Su legado no acabó en su etapa de futbolista. Como entrenador tuvo la valentía de dar la alternativa a cinco jóvenes jugadores que llegaban desde el Castilla y que terminaron formando la Quinta del Buitre. Una vez más, Di Stéfano fue clave para que en el Santiago Bernabéu se disfruta a del fútbol como pocas veces se ha hecho. La puerta grande de la historia del Real Madrid volvió a abrirse.
Como no podía ser de otra forma, el Real Madrid reservó un hueco especial para el hombre que cambió su rumbo y lo llevó hasta la excelencia. Nombró a don Alfredo Di Stéfano presidente de honor, lugar que seguirá ocupando allá donde esté. El Real Madrid y el fútbol lo tienen en su memoria, en su corazón y en una historia que él mismo escribió. El primer grande del fútbol.
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