lunes, 2 de julio de 2018

MUNDIAL DE RUSIA 2018 Segunda Jornada de Octavos de Final


ESPAÑA [1-1] RUSIA

Crónica de un fracaso anunciado

 

Los penaltis echaron a una España horizontal y ultraconservadora. Rusia sobrevivió siendo muy inferior. El VAR obvió un agarrón a Ramos. Akinfeev acabó en héroe

 

 

La maleta de España comenzó vacía y olvidada en el hotel. Conforme pasaban los minutos se iba llenando. Metieron primero las ganas, luego el sacrificio… y por último, cuando ya apenas cerraba, el sueño mundialista. España no pudo con Rusia. La selección española se marchaba a casa tras la polémica inicial de Lopetegui y Rubiales. Lo tenían todo para triunfar pero los egos y el poder pudieron más que la coherencia. Ahora toca levantarse y volver. Volver a jugar y volver a ganar.

Los nervios a flor de piel. Todo calculado a la perfección. La estrategia de los cambios y las jugadas ensayadas repasadas y estudiadas de principio a fin. Rusia a la contra, España con el balón. Algo estaba ocurriendo en el Estadio Luzhniki. Unos octavos de final de un Mundial se estaban jugando. ¿Nervios? En cada pase. La sonrisa irónica de Samedov en el minuto 9 de partido tras reclamar un saque de banda revelaba que algo no iba bien. España se gustaba, los hombres de Hierro se veían capaces.

Sergio Ramos no se puede olvidar que tiene que llamar a alguien. Ese fue su gesto a la cámara tras marcar el 1-0. Conexión Real Madrid para empezar a hacer la maleta rusa. Asensio, titular por primera vez en el Mundial, colocó el balón tras una falta a Nacho. Todo esto sucedía en la banda derecha mientras el capitán merodeaba el área. El centro fue medido al segundo palo, Ramos e Ignashevich lucharon por llegar al balón y finalmente cayéndose dentro del área, el ruso se marcó en propia puerta. El 1-0 había subido al marcador.

Rusia desapareció de su propia casa durante unos instantes. Lejos de su mejor versión, quedaron petrificados ante los controles de Isco y los cambios de orientación de Koke. La anfitriona no encontraba recursos para crispar el juego rival. Golovin pudo empatar con un disparo colocado en la recta final. Sin embargo, quien sí lo hizo fue Dzyuba de penalti. Piqué toco el balón con la mano dentro del área tras un centro desde la derecha y el árbitro no dudó. Dzyuba engañaba por completo a De Gea y el 1-1 subía al marcador.

El ritmo del partido se diluyó con el paso de los minutos. España, de más a menos, perdió la chispa y los hombres de Cherchesov ganaban comodidad con el juego español. Rusia insistía a base de disparos lejanos mientras los de Hierro se mareaban en un laberinto creado por ellos mismos. Un lugar desolado por la falta de movimientos y la ambición de no jugar a nada. La diferencia se encuentra en los pequeños detalles. Por ejemplo en los cambios. La anfitriona había realizado sus tres cambios en el minuto 60 de partido. España tardó más. Mucho más. Iniesta fue el primer revulsivo de Hierro en el 67′. Luego Carvajal por Nacho, que se marchó cojeando y tuvo que ponerse hielo tras sentarse en el banquillo. Por último Iago Aspas sustituyó a Diego Costa. España no encontraba nada nuevo. La monotonía había consumido las brillantes ideas de Isco y compañía.

La emoción volvió en el minuto 85 tras una buena jugada de España. Aspas asistió con el pecho a Iniesta y este reventó el balón desde fuera del área. En el trayecto Akinfeev apareció para acabar con el peligro. El tiempo se acababa y la prórroga asomaba a lo lejos para convertirse en realidad. Ganar un partido sin querer hacer gol es difícil de conseguir. España y Rusia se habían propuesto marcar sin disparar. Por ciencia infusa. La primera prórroga del Mundial la protagonizaron dos selecciones que se olvidaron del gol. El juego se volvió un continúo atasco en el centro del campo. Una operación salida de vacaciones en medio de un campo de fútbol.

Salvo un disparo lejano de Koke y una gran jugada de Rodrigo, la prórroga fue un trámite para llegar a los penaltis. Rusia se encerró en su campo desechando cualquier posibilidad de poner nervioso a De Gea. España tocó y tocó. El final, el mismo de siempre; despeje de la defensa y vuelta e empezar. La polémica llegó con dos posibles penaltis a favor de los españoles en la misma jugada. El VAR fue consultado y el partido continuó. La tanda de penaltis eran un hecho. España no había conseguido desempatar.

Akinfeev y De Gea tenían poco que perder y mucho que ganar. Rusia marcó cuatro, España tres. Koke y Aspas fallaron o se lo pararon. La cuestión es que ya de nada vale todo lo anterior. Iniesta, Piqué y Ramos cumplieron con sus penaltis pero no bastó. No fue suficiente. Ahora tendrán que buscar la ilusión y completar la regeneración que comenzó Lopetegui mientra Rusia avanza a cuartos

 

 
 

España: De Gea; Nacho (Carvajal, m.70), Piqué, Sergio Ramos, Jordi Alba; Busquets, Koke; Isco, Silva (Iniesta, m.66), Marco Asensio (Rodrigo, m.104); y Diego Costa (Iago Aspas, m.80).
 

Rusia: Akinféev; Mario Fernandes, Kutépov, Kudriashov, Ignashévich, Zhirkov (Granat, m.46); Zobnin, Kuziáev (Erokhin, m.97); Samédov (Chéryshev, m.61), Golovín y Dzyuba (Smolov, m.65).

Goles: 1-0, m.11: Ignashévich en propia puerta. 1-1, m.41: Dzyuba.
 

Tanda de penaltis: 1-0: Iniesta. 1-1: Smolov. 2-1: Piqué. 2-2: Ignashévich. 2-2: Koke falla. 2-3: Golovin. 3-3: Ramos. 3-4: Chéryshev. 3-4: Aspas falla.

Árbitro: Bjorn Kuipers (Holanda). Amonestó a Piqué (40) por España; y a Kutépov (54), Zobnin (71) por Rusia.

Incidencias: Encuentro de octavos de final del Mundial 2018, disputado en el estadio Luzhnikí lleno, con 78.011 espectadores, 3.000 de ellos españoles. El rey Felipe VI y el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, encabezaron la relación de autoridades del palco de honor.
 

 


CROACIA [1-1] DINAMARCA

Los once metros alimentan la ilusión croata

 

Una tanda de penaltis decidió un encuentro agónico, con cinco primeros minutos donde se anotaron los goles de Jorgensen y Mandzukic, para después dar lugar a una sequía que duró todo el partido y la prórroga

 

 

Tras el descalabro de España escasas horas atrás, el Mundial continuaba en busca del que hubiera sido nuestro rival en cuartos. Lo encontraría en un encuentro que fue de más a menos, con Croacia y Dinamarca intercambiándose goles en los primeros cinco minutos para pasar a una sequía que les acompañaría hasta el pitido final. Todo se acabaría mandando a la prórroga y posteriormente a la tanda de penaltis, donde Croacia se hizo con el pase a cuartos. Podemos definir el Mundial del ‘Tomate Mecánico’ hasta el momento con una sola palabra: discreto. Una fase de grupos discreta, con tan sólo un gol encajado y dos anotados, les hizo pasar como segundos por delante de una Perú que mostró mucha más garra y buen juego que los daneses.

Con el pitido inicial se vio unos de los minutos más alocados de lo que llevamos de torneo. Tan sólo en el primer minuto, Dinamarca ya quería hacer daño por medio del balón parado. Y no se pudo topar con una mejor situación tras obtener un saque de banda al lado del área. Como viene siendo popular últimamente, no dudaron en colgar el balón como lo haría un islandés de bien. El esférico se revolvió en el área fruto del caos que generan este tipo de jugadas y se lo encontró Mathias Jorgensen al segundo palo. Una vez ahí, el central se puso las botas de delantero y batió a Subasic para ponerlo todo patas arriba.

El panorama estaba muy de cara para los daneses, que ya pensaban en encerrarse atrás. Sin embargo, la siguiente acción del partido volvería a poner la igualdad en el luminoso y generalizar el éxtasis en la grada. De la misma manera que el gol de Jorgensen, un balón colgado que se resigna a salir del área, llegó la rápida respuesta croata. Esta vez sería Mandzukic quien cazara el balón como suele acostumbrar en la Juve. A la media vuelta, dejó a Schmeichel hecho una estatua para dar inicio a un nuevo encuentro. Un partido más pausado, que actuó como una tila para los más nerviosos.

Una vez se estabilizó la situación tras este apasionante inicio, ambos conjuntos plantaron los pies en el campo y comenzaron a dibujar sus pizarras. Los croatas llevaron la batuta, atacando por ambos francos por medio de Perisic y Rebic hasta llegar a las inmediaciones del área. A partir de ahí, las opciones eran infinitas. Intentaron centrar al área, cerrarse hacia el medio o buscar a Modric para ponerse por delante. Pero Dinamarca, como ha venido haciendo hasta ahora, no dejó que la creatividad y la fluidez ofensiva del combinado balcánico les intimidara, y consiguieron frenar esos acercamientos con un Kjaer muy solvente y un Schmeichel seguro bajo palos.

El cuadro danés, por su parte, aguardaba hasta el momento en que pudieran aprovechar la velocidad de sus atacantes y la magia de Eriksen para dar la estocada. Ambos laterales, Dalsgaard y Knudsen, tuvieron pocos momentos para respirar, al igual que Delaney y Christensen. No por ello se cansaría Dinamarca antes del descanso, pero sí es cierto que todos bajaron marchas en los compases previos al entretiempo. Ambos técnicos tenían la cabeza más en lo que iba a ocurrir tras el descanso que antes de él.

Un cambio importante tendría lugar en Dinamarca para afrontar la segunda mitad. Su técnico, Age Hareide, dejaba en el banquillo a Christensen, un hombre clave para su mediocampo, y daba entrada a Schone. Poca gente daba crédito pero, a la larga, sirvió para dormir un poco el balón y pausar el encuentro. Con ello, imperó la tranquilidad en el área danesa ya que Croacia no podía acercarse y no quería arriesgar de más.

Ante una falta alarmante de ocasiones por parte de los croatas, Dinamarca tampoco puso en peligro a Subasic. El partido quedó huérfano de acercamientos durante gran parte del segundo tiempo, hasta el último cuarto de hora. Poulsen pugnaba con todo el mundo por su banda derecha y fue un recién entrado Nicolai Jorgensen quien puso fin a la sequía. En el tramo final, ambos conjuntos se asomaron desde sus trincheras y buscaron alguna ocasión aislada. No obstante, la prórroga ya estaba firmada con bastante antelación.

Ya en plena prórroga, fue Dinamarca la que dominaba y concentró la amplia mayoría de ocasiones. No obstante, el ritmo no fue muy rápido y las cámaras se centraron en Knudsen, que se cambiaba constantemente para sacar de banda. Para volver a meterse en el encuentro, Kramaric entró en acción y formó dupla en ataque con Mandzukic. Aunque lo intentó con todas sus fuerzas, ni el delantero del Hoffernheim ni sus compañeros intimidaron a Schmeichel.

El tiempo se acababa y ambos técnicos agotaron sus cambios. Entraron Pione Sisto y Badelj y salieron Braithwaite y Mandzukic. Sería el del Celta quien tuviera un mayor impacto en el encuentro, desbordando a un Vrsaljko agotado y probando suerte desde lejos. Pero hoy no iba a ser su día para brillar, y sí lo iba a ser de quién si no, Rebic. La sensación croata recibió un pase perfecto, corrió y se zafó del guardameta y provocó un penalti que podía ser crucial.

A falta de cinco minutos, Modric podía sentenciar el partido. Se plantó en el punto de penalti y lo mandó raso y ajustado al palo izquierdo de Schmeichel. Lo que no se esperaba era que el portero del Leicester lo adivinara, atrapara el balón y propiciara los penaltis. Nadie rompió la sequía que inició desde el minuto 4. Nos encontrábamos ante la segunda tanda de penaltis del día, y Schmeichel venía mejor que nadie. Los croatas, por su parte, no estaban para nada contentos tras tener tan cerca la gloria y quedarse en nada.

Los dos primeros, Eriksen y Badelj, erraron sus lanzamientos, ambos al palo izquierdo de los porteros. Algo que también pasaría con Schone y Pivaric, exactamente de la misma forma. En el quinto lanzamiento, Nicolai Jorgensen fue detenido por un Subasic intratable. Al final, todo dependía de Rakitic, que engañó por completo a Schmeichel y certificó el pase de Croacia a octavos. Un encuentro donde los balcánicos no se sintieron para nada cómodos, pero supieron anteponerse cuando tocaba. Los daneses se marchan con un semblante agridulce, pudiendo haber hecho más por evitarlo.

 

 
 

Croacia: Subasic; Vrsaljko, Lovren, Vida, Strinic (Pivaric, min. 81); Rakitic, Brozovic (Kovacic, min. 71); Rebic, Modric, Perisic (Kramaric, min. 97); y Mandzukic (Badelj, min. 108).

Dinamarca: Schmeichel; Dalsgaard, Kjaer, Mathias Jorgensen, Knudsen; Delaney (Krohn-Dehli, min. 98), Christensen (Schone, min. 46), Eriksen; Poulsen, Cornelius (Nicolai Jorgensen, min. 66) y Braithwaite (Pione Sisto, min. 106).

Goles: 0-1, min. 2: Mathias Jorgensen; 1-1, min. 4: Mandzukic.

Tanda de penaltis: 0-0: Eriksen, falla; 0-0: Badelj, falla; 0-1: Kjaer; 1-1: Kramaric; 1-2: Krohn-Dehli; 2-2: Modric; 2-2: Schone, falla; 2-2: Pivaric, falla; 2-2: Jorgensen, falla; 3-2: Rakitic.

Árbitro: Néstor Pitana (Argentina). Sin tarjetas

Incidencias: Partido correspondiente a los octavos de final del Mundial de Rusia 2018 disputado en el Nizhy Novgorod Stadium ante 40.851 espectadores

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