REAL MADRID [2-1] FC BARCELONA
Primer título, cambio de tendencia y fin al idilio culé
Los jugadores blancos responden al reto de Mourinho con un baño superlativo en la primera mitad. Tuvo hasta siete mano a mano con Valdés. Barcelona jugó 60 minutos con diez por expulsión de Adriano.
El Real Madrid de Mourinho gana por primera vez un Clásico en su estadio con una remontada de tintes épicos que bien le valió el título de la Supercopa. A base de casta y pundonor, fue capaz de imponer su racial y algunas veces entendido como rudimentario estilo de potencia y contrataque frente al poético fútbol del Barcelona. Dicen que la pluma es más fuerte que la espada, pero esta vez no fue así. El Real Madrid desmontó a un Barcelona irreconocible en una primera parte donde gozó de hasta nueve ocasiones claras. Higuaín y Ronaldo aprovecharon dos de los siete mano a mano totales antes del minuto veinte. Messi redujo distancias de falta directa al borde del descanso. Pedro y Jordi Alba bien pudieron haber metido al Barcelona en el partido, con diez desde el minuto 30 por expulsión de Adriano, pero no era el día de los blaugrana. El Real Madrid lo puso todo para llevarse el título, y para ganarse el cariño de su entrenador. Y así fue.
Después de la machada en Getafe, José
Mourinho había lanzado primero una reprimenda y luego un reto a sus
propios jugadores, a los que acusó de poca actitud e implicación. Y los
futbolistas blancos respondieron como seguramente el técnico buscaba,
tirando de garra, corazón y pundonor en una primera parte de las que
hacía muchos años que no se veían en un Clásico. Con un Barcelona como
el Titanic, totalmente desbordado, y un Real Madrid con oportunidad de
sentenciar el partido prácticamente a cada minuto que pasaba. Lo que
nadie hubiera creído no ya esta semana, sino en los últimos tiempos.
Y
la mejor muestra es que al minuto veinte de partido, el equipo blanco
se había plantado ya cuatro veces frente a Victor Valdés en mano a mano.
El cancerbero le paró dos a Higuaín, compensando así la machada del
partido de ida, pero no pudo con los otros dos. El propio Pipita marcó a
los diez minutos aprovechando un despeje de Pepe que Mascherano,
incomprensiblemente, no acertó a repeler. Y ocho minutos más tarde fue
Ronaldo, aprovechando un pase de Khedira que Piqué no supo cortar, y
luego Valdés no pudo detener. La defensa del Barcelona, de donde se
ausentó Alves por lesión en el último momento, hacia aguas por todas
partes, y el Real Madrid le estaba sacando máximo rendimiento. Un 2-0
que obligaba al Barcelona a marcar dos tantos al menos.
Sin
embargo, y al contrario de lo que sí hizo en anteriores Clásicos, ni por
ésas el Real Madrid dejó de pisar el acelerador, como poseído por el
diablo, la ira que les había infundido Mourinho a sus jugadores, o los
gritos de un Bernabéu en éxtasis que no se creía que lo veía. Un
Barcelona impreciso como nunca, timorato, tocado en su moral y en su fe,
blando en defensa, que no podía poner freno al torbellino de un Madrid
imparable al contraataque, y más que serio en defensa. De ahí que hasta
el descanso todavía Mateu Lahoz le anulara un gol al Real Madrid por
falta en ataque de Pepe al saque de un balón parado, y que Mesut Ozil le
sacara un penalti a Busquets que el técnico obvió. Y no contento con
eso, Ronaldo todavía forzó la expulsión de Adriano en un nuevo
contraataque a la media hora. Se plantaba solo frente a Valdés cuando el
lateral le derribó. Expulsión indiscutible. Y tal era el vendaval
merengue que, pese al 2-0 y a que el Barcelona está acostumbrado a jugar
con sólo tres defensas, Vilanova dio la alternativa a Montoya quitando a
Alexis. Confiaría mucho el técnico en que sus hombres de ataque podrían
dar la vuelta al marcador siendo uno menos, ¡pero menudo papelón para
el joven defensa aún así!
Antes del descanso, Higuaín a punto estuvo de
marcar en otro mano a mano que le rebañó Mascherano en el último
momento, y Victor Valdés volvió a ganarse su sueldo parando un remate a
bocajarro de Khedira desde dentro del área. En total, hasta nueve
ocasiones de gol claras tuvo el Real Madrid antes del paso por
vestuarios. ¡Nueve! Y paradójicamente, fue Leo Messi el que se coronó en
el minuto 45. Desaparecido y desquiciado ante la gran defensa de los
Xabi, Khedira, Ramos y, sobre todo, Pepe, el argentino todavía puso su
pizca de esencia al partido con un golazo de falta directa en la que
prácticamente fue la única ocasión blaugrana en la primera mitad. Desde
unos 25 metros, y aprovechando que la barrera no estaba muy bien
colocada, colocó el cuero pegadito al palo, pasando por el lateral de la
barrera, que no por encima. Dejando un 2-1 para la incertidumbre, pese a
la manifiesta inferioridad blaugrana, numérica y futbolística.
Y
de hecho, el comienzo de la segunda parte alimentó esa zozobra en la
grada ante un Madrid en su versión más contemplativa. Ya no mordía
arriba, sino que esperaba a su rival atrás, como en busca de ese
contraataque que le abriera las puertas del olimpo. Sin embargo, Pedro
casi se las cierra de golpe. El canario, eléctrico como siempre buscaba
revolucionar el partido y a punto estuvo de lograrlo a la hora de
partido si no llega a ser por Casillas, que le detuvo un mano a mano
sensacional. Por no redundar en lo de milagroso, que lo fue. Y a falta
de cuarto de hora otra oportunidad idéntica. Esta vez por la otra banda,
esta vez recibió Jordi Alba, y esta vez fue Ramos el que desbarató el
gol cuando el lateral ya había desbordado a Casillas. El Real Madrid se
había contagiado del ritmo lento de un Barcelona que buscaba su alma a
base de toque-toque, y aunque no la encontraba, tenía calidad de sobra
aún así para generar peligro ante un Madrid desfondado, o dormido.
Quizás
por ello, y aunque Valdés le sacó otro mano a mano a Khedira, Mourinho
movió su banquillo a falta de diez minutos, dando entrada a la sangre
nueva de Benzema, Callejón y el debutante Modric. Y el caso es que al
poco de los cambios, Higuaín tuvo un nuevo mano a mano con Valdés que
despejó Mascherano in extremis, y Cristiano probó de nuevo los reflejos
de Valdés con otro tiro desde dentro del área. Un último impulso que
llevó en volandas al Real Madrid hasta que se agotó el tiempo
reglamentario para hacerse acreedor del título de Supercopa. Ni Messi
con un último tiro sobre la bocina lo consiguió esta vez. La segunda
parte no dignificó la vertiginosa primera mitad, no le hizo tampoco
falta al Real Madrid, que ya tenía suficiente y lustroso colchón. Fue un
super supercampeón.
Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Pepe,
Sergio Ramos, Marcelo; Khedira, Xabi Alonso; Di María (Callejón, m.79),
Özil (Modric, m.83), Cristiano Ronaldo; e Higuaín (Benzema, m.81).
FC Barcelona: Víctor Valdés; Dani Alves, Piqué, Mascherano, Adriano; Busquets (Song, m.75), Xavi; Iniesta, Pedro (Tello, m.81), Alexis (Montoya, m.32); y Messi.
Goles: 1-0, m.11: Higuaín. 2-0, m.19: Cristiano Ronaldo. 2-1, m.44: Messi.
Árbitro: Mateu Lahoz (Comité Valenciano). Amonestó a Pepe (20), Arbeloa (37), Khedira (63) y Xabi Alonso (74) por el Real Madrid; y a Mascherano (14) y Piqué (50) por el Barcelona. Expulsó a Adriano por roja directa en el minuto 28 por derribar a Cristiano cuando se marchaba solo.
Incidencias: Partido de vuelta de la Supercopa de España disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante la presencia de 83.000 espectadores. Lleno.
FC Barcelona: Víctor Valdés; Dani Alves, Piqué, Mascherano, Adriano; Busquets (Song, m.75), Xavi; Iniesta, Pedro (Tello, m.81), Alexis (Montoya, m.32); y Messi.
Goles: 1-0, m.11: Higuaín. 2-0, m.19: Cristiano Ronaldo. 2-1, m.44: Messi.
Árbitro: Mateu Lahoz (Comité Valenciano). Amonestó a Pepe (20), Arbeloa (37), Khedira (63) y Xabi Alonso (74) por el Real Madrid; y a Mascherano (14) y Piqué (50) por el Barcelona. Expulsó a Adriano por roja directa en el minuto 28 por derribar a Cristiano cuando se marchaba solo.
Incidencias: Partido de vuelta de la Supercopa de España disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante la presencia de 83.000 espectadores. Lleno.
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