martes, 15 de noviembre de 2011

Amistoso Internacional LA ROJA EN WEMBLEY

INGLATERRA [1-0] ESPAÑA

Las armas de Capello acaban con una ofuscada España

El equipo de Fabio Capello tuvo una gran intensidad ante la Roja que se atascó intentando atacar por el centro. El oportunismo inglés fue decisivo.



España llegaba con la vitola de máximo exponente del nuevo fútbol a Wembley dispuesta a probar su estilo en un escenario emblemático ante un rival histórico como Inglaterra, selección antagonista en el físico pero con la tradición de competir en las grandes citas.

El partido, de carácter amistoso pero con tintes de revancha por parte de la Roja, era uno de los grandes test de cara a la disputa de la Eurocopa que se celebrará en Polonia y Ucrania este verano: dos equipos de gran nivel frente a frente dispuestos a sentar cátedra antes del inicio de la competición oficial.

España no defraudó desde un principio y apostó por su doctrina más característica, la del toque y la combinación. Capello, que sabía de antemano que España no traicionaría sus principios, apostó por un conjunto joven y con garra especializado en salir al contragolpe.

 

Inglaterra renunció muy pronto a tomar riesgos en favor de la selección. Los de Del Bosque monopolizaron la posesión en los primeros diez minutos, pero no supieron encontrar el camino hacia la potería de Hart con claridad. España dominaba con claridad ante un rival que esperaba sin complejos agazapado con muchos jugadores por detrás del esférico.

Tanto Xavi como Xabi Alonso se empeñaron en combinar por el centro, cerrando los espacios en una zaga muy poblada que funcionaba como un embudo. Villa, siempre voluntarioso, esperaba un pase oculto que resultaba misión imposible, mientras Silva, otra vez disfrazado de falso nueve, se dejaba caer en la línea de flotación dispuesto a generar desequilibrio.

Mientras, Inglaterra hipotecaba sus opciones a la velocidad de Walcott o el oportunismo de Terry, que protagonizó el primer remate a puerta con cierto peligro del encuentro. Salvo a algún ataque aislado cumplida la media hora, el equipo de los Tres Leones no inquietó la potería de Casillas.

 

Tampoco hizo horas extras Hart en la primera parte, aunque sintió una mayor sensación de peligro en una jugada nacida en un córner que tuvo en Xabi Alonso a su particular correa de transmisión: el tolosarra metió un centro medido y Busquets no pudo concretar su disparo a bocajarro en una posición demasiado forzada para un centrocampista.

Llegaron tras el descanso los habituales cambios, y Del Bosque dio entrada a Reina, Mata y Cesc buscando quizá mayor amplitud y velocidad. Sin embargo, la historia sufrió un cambio radical de guión en la segunda parte gracias a un tanto de Inglaterra en una jugada de balón parado: tras una falta, Darrent Bent mandó al palo un testarazo y dejó en bandeja un rechace a Lampard para que el del Chelsea anotase a puerta vacía, con un Reina que miraba desde el suelo.

A partir de ese momento, Inglaterra empezó a confiar más en su presión y además Capello reafirmó su planteamiento, que hasta ahora daba unos resultados óptimos. De hecho, el italiano metió en el césped a tres jugadores como Rodwell, Barry y Downing, buscando más potencial en la medular para fortalecer al equipo.

 

Con las rotaciones Inglaterra mejoró de forma evidente, sumando más intensidad a su presión y logrando generar ocasiones claras en acciones de combinación: Welbeck y el propio Rodwell estuvieron cerca de hacer un roto a la zaga española cuando ya se había cumplido la hora de encuentro, pero entre Jordi Alba y Reina desbarataron la ocasión.

A pesar de la ironía, la Roja perdió el cuero con Xabi Alonso, Cesc e Iniesta en la medular desafiando a la lógica mientras el autoestima de Inglaterra crecía de forma exponencial con cada pase que encontraba destinatario.

Solo un gol podía cambiar la dinámica, y Villa tuvo una oportunidad de oro a falta de cuarto de hora para el final del partido: el asturiano se encontró un rechace en el área tras un centro de Cesc y el delantero del Barcelona remató, ciertamente desestabilizado, para estrellar la pelota en la madera.


Pese a que el tanto no se materializó, España se lanzó en batería a la potería de Hart, pecando a veces de precipitación pero consciente de que el tiempo se terminaba y con él la posibilidad de lograr una victoria importante en Wembley.

Torres y Villa, que jugaban juntos por primera vez desde que lo hicieran en marzo ante la República Checa, fueron los encargados de ofrecer una doble asistencia a Cesc cerca del descuento: primero el centrocampista culé disparó centrado ante Hart y después envió una pelota a centímetros del palo, ejemplificando la falta de suerte que sufrió la Roja.

De esta forma, España suma una nueva derrota ante una campeona del mundo en partido amistoso y no acaba de ofrecer una gran imagen fuera de los partidos de clasificación para la Eurocopa. Mientras, Inglaterra gana un balón de oxígeno y le otorga crédito a una selección que ya ha sido cuestionada por su juego en el camino hacia Ucrania y Polonia.

 

Inglaterra: Hart; Glen Johnson, Jagielka, Jones (Rodwell, m. 57), Cole; Parker (Walker, m. 85), Lescott, Milner (Adam Johnson, m. 76), Walcott, Lampard (Barry, m.5 7); y Bent (Welbeck, m. 64).

España: Casillas (Reina, m. 46); Arbeloa, Sergio Ramos (Puyol, m.74), Piqué, Jordi Alba; Busquets (Fernando Torres, m. 64), Xabi Alonso; Xavi (Cesc, m. 46), Iniesta (Cazorla, m.74), Silva (Mata, m. 46) y Villa.

Goles: 1-0, m. 49: Lampard.

Árbitro: Frank De Bleeckere (Bélgica). Amonestó a Sergio Ramos (59') y Cesc (61'), por España, y a Milner (41'), por Inglaterra.

Incidencias: Encuentro amistoso disputado en Wembley, ante 87.189 espectadores. Inglaterra y España lucieron brazaletes negros y guardaron un minuto de silencio por el "Día del Recuerdo", en honor de todos los soldados británicos fallecidos desde la Primera Guerra Mundial.

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