Atraco a los rojillos en el Coliseum
Un penalti injusto por manos en el tiempo de descuento permitió a
Diego Castro poner el empate. Kiko Sola había avanzado a los visitantes

Mucho respeto entre los dos equipos en los
primeros minutos. Se notó que ambos venían escaldados de sus partidos
de Copa del Rey y comenzaron con más miedo que atrevimiento. De esta
manera, los poco aficionados que se encontraban en el Coliseum
bostezaban con ganas en los primeros compases de partido.
El dominio fue alterno, pero las pocas ocasiones las ponía Osasuna.
Nino se plantó delante de Moyá tras un gran pase de primeras de Kike
Sola, pero el portero getafense adivinó el disparo del delantero rojillo
y mandó el balón a córner. Posteriormente, Nano no aprovechaba una
buena asistencia de Armenteros y mandaba el balón cerca del palo
izquierdo de la portería de Moyá.
El sopor continuaba, pero el Getafe tuvo la más clara en el último
instante de la primera parte. Álvaro Vazquez se plantó delante de Andrés
Fernández, le dribló, pero tardó mucho en disparar, permitiendo que
Arribas despejase en la línea su lanzamiento. En el rechace, Pedro León
tampoco acertó a introducir el balón en la portería y ambos equipos se
marcharon a los vestuarios.
La segunda parte empezó con más ritmo que la primera, aunque eso no
era complicado. El Getafe se volcó un poco más arriba pero la primera
ocasión clara de peligro, la volvió a tener, como ya ocurriera en la
primera parte, Nino. El delantero osasunista disparó desde fuera del
área y Moyá repelió con una gran parada.
Poco a poco, el encuentro se fue trabando y volviendo al ritmo
cansino de la primera parte. Ninguno de los equipos era capaz de generar
fútbol ni ocasiones. Ni siquiera con los cambios correspondientes la
situación mejoró y la grada se impacientó.
A falta de doce minutos, la emoción aumentaría con una jugada
excesiva de Armenteros. El extremo zurdo rojillo entro con mucha fuerza y
a destiempo a Varela en una zona del campo en la que era totalmente
innecesario. Teixeira Vitienes, que empezaba a tener la muñeca floja, no
lo dudó y le mostró la tarjeta roja.
Pero ni contra diez fue capaz el Getafe de lograr un tanto que diese
alegría a sus aficionados. Por el contrario sería Osasuna el que
aprovechase un contrataque para ponerse por delante en el marcador. Nino
cedía para que Kike Sola se antepusiese a Abraham y batiese por bajo a
Moyá.
Pero todavía le quedaría una vuelta de tuerca al encuentro. Cuando
todo parecía decidido, el línea se inventó un penalti completamente
inexistente por manos que se encargaría de transformar Diego Castro. La
indignación pamplonica era clara pero ya no podían hacer nada.
El punto no les sirve de mucho a ninguno de los dos equipos, aunque
tal y como transcurrió el encuentro, los de Luís García se pueden dar
con un canto en los dientes por no haber cosechado una derrota. La poca
afición azulona silbó a los suyos tras el final del partido. Osasuna, por
su parte, no conseguirá alejarse mucho de los puestos de descenso.
Getafe CF: Moyá; Valera, Lopo, Abraham, Mané; Xavi
Torres, Míchel; Pedro León (Diego Castro, min. 63), Barrada (Gavilán,
min. 72), Lafita; Álvaro Vázquez (Paco Alcácer, min. 69).
Atlético Osasuna: Andrés; Damiá, Arribas, Miguel Flaño, Nano
(Marc Bertrán, min. 67); Puñal, Raoul Loe; Cejudo (Oier, min. 80), Nino,
Armenteros; Kike Sola.
Goles: 0-1, min. 84: Kike Sola; 1-1, min. 90: Diego Castro, de penalti.
Árbitro: Teixeira Vitienes (Comité Cántabro). Mostró
cartulina amarilla a Nano (min. 48), Kike Sola (min. 86) por parte de
Osasuna y a Lopo (min. 65), Míchel (min. 76), Lafita (min. 75) y Varela
(min. 83) por parte del Getafe. Expulsó con roja directa al jugador del
conjunto navarro Armenteros (min. 79).
Incidencias: Partido correspondiente a la décimosexta jornada de la Liga BBVA disputado en el Coliseum Alfonso Pérez
ante cerca de 8.000 espectadores. Presenció el partido en el palco el
presidente del Consejo Superior de Deportes, Miguel Cardenal.

El Mallorca prosigue con su caída libre
Un solitario gol de Aduriz fue suficiente para que
los leones se llevaran los tres puntos en un encuentro en el que los
locales merecieron mejor suerte
Con algunas sorpresas en ambos bandos, como
la de Javier Arizmendi que hizo retrasar a Emilio Nsue y no salir a Ximo
Navarro, y la posición de Mikel San José como mediocentro defensivo en
el Athletic.
Salió valiente el equipo de Marcelo Bielsa y en su
primera ocasión, el ex-mallorquinsta Aritz Adúriz, sin oposición,
aprovechaba un centro de Andoni Iraola conectando un preciso cabezazo
cruzado.
Negros nubarrones sobre el Iberostar Estadio
pese a lo cual los de Joaquín Caparrós no se pusieron nerviosos y
comenzaron a encadenar buenas ocasiones.
De hecho, las tuvieron
Gio dos Santos en el 15’ de falta directa, Tomer Hemed en el 34’ al
revolverse dentro del área, cuatro minutos más tarde fue de nuevo el
israelí el que pudo igualar el marcador, esta vez de difícil cabezazo,
un minuto después, en el 39’ nueva mano prodigiosa de Gorla Iraizoz a
remate de Víctor Casadesús.
Así y todo tuvo el Athletic su
segunda ocasión en el minuto 41 cuando subió Aymeric Laporte por la
izquierda y su centro lo remató fuera Aritz Adúriz; aunque continuó el
dominio balear y en el 42’ Gio dos Santos estuvo a punto de conseguir
batir al meta bilbaíno de un centro o lanzamiento directo, nunca lo sabremos.
Sin
cambios tras el descanso, salieron en tromba los mallorquines y casi
lograron su objetivo en el 48, merced a Tomer Hemed; cuatro minutos más
tarde desbordó muy bien Pedro Bigas por la izquierda y Víctor Casadesús
desaprovechó la mejor ocasión de los locales.
Se fueron nivelando
las fuerzas y el encuentro entró en una fase más anodina a pesar de los
cual, en el 68’, un remate de cabeza de Aduriz pudo suponer el 0-2.
Los baleares dispusieron de un par de ocasiones más pero ya sin ton ni
son fueron perdiendo fuelle y acabaron sin ponerle cerco a la meta rival
a excepción del último minuto de la prolongación que, finalmente, quedó en nada.
Pese
a “ganar” por 15 saques de esquina a 3 y llevar el peso del encuentro,
ni la suerte ni el acierto acompañaron al conjunto balear que, a pesar
de mejorar su imagen, entra en una situación realmente angustiosa con 2
puntos obtenidos de los últimos 33 disputados, mientras el Athletic
obtiene un importante bálsamo a su eliminación copera
RCD Mallorca: Aouate; Nsue, Nunes, Geromel, Bigas;
Arizmendi(Alfaro, min. 85), Márquez (Martí, min. 73), Pina, Dos
Santos(Brandon, min. 73); Víctor y Hemed.
Athletic de Bilbao: Iraizoz, Ekiza, Iraola, Laporte,
Aurtenetxe;Susaeta (Ibaiz Gómez, min. 63), San José, De Marcos
(Gurpegui, min.78), Ander Herrera; Muniaín (Toquero, min. 87) y Aduriz.
Goles: 0-1, min. 10: Aduriz de cabeza tras un centro
de Iraola
Árbitro: Del Cerro Grande (Comité Madrileño). Amonestó a
San José, Laporte, Bigas, Geromel, Susaeta, Brandon.
Incidencias: Partido correspondiente a la décimosexta jornadade la Liga BBVA disputado en el Iberostar Estadio ante unos
12.824 espectadores.
Murmullo y sopor en Los Cármenes
Reparto de puntos en un choque desdibujado y al que faltó grandes oportunidades de peligro
En una tarde-noche en la que el puesto de
entrenador de Anquela parecía pender de un hilo, el empate puede tomarse
como un mal menor. Partido soso en el que nadie tomó el control del
partido ni la responsabilidad ofensiva. Con este punto, los rojiblancos
salen momentáneamente del abismo y los donostiarras no pierden la
referencia de los equipos que marcan las plazas europeas.
El Granada salió más enchufado al campo, los
nefastos resultados de los últimos partidos parecían espolear al equipo
que salió a morder al rival. Un monólogo que duró un cuarto de hora, el
tiempo que tardaron Xabi Prieto y Carlos Vela en encontrar huecos en la
zaga local, una defensa desmoralizada por los últimos resultados
conseguidos. Dani Benítez se resistía a ceder la batuta del encuentro y
sus internadas recordaban a los donostiarras el peligro que tiene el
costado izquierdo rojiblanco, acompañado por Siquieira.
Las
fuerzas se equilibraban y la agresividad del inicio se relajaba. Ninguno
de los dos conjuntos parecía querer dominar o carecía de las ideas para
hacerlo. La fase final del primer tiempo vivía de tímidos ataques
continuados de un área a otra, en la que la falta de acierto impedía
subir el primero al marcador.
Tras el descanso, los de Montanier
quisieron llevar la iniciativa lo que hizo acrecentar los murmullos del
público del Nuevo Los Cármenes. La desconfianza sobrevolaba el estadio
granadino aunque los dos centrales rojiblancos, Iñigo López y Mainz,
mantuvieran la firmeza para cortar el ataque 'txuri-urdin', algo más
fluido y dando sensación de peligro. Mereciendo más el gol que los
locales.
La impaciencia, los nervios y la ansiedad hacían juego
sin que nadie sacara provecho. Una doble ocasión de Ighalo,
especialmente clara, y de Benítez despertaban a la afición y
desesperaban a Anquela, cuyo puesto hubiera peligrado en caso de
derrota. El empate deja a la Real cerca del tren europeo y al Granada
durmiendo más tranquilo, sabiendo que momentáneamente está fuera de las
plazas de descenso.
Granada CF: Roberto, Nyom, Siqueira (Angulo, m.71),
Íñigo López, Mainz, Siqueira, Iriney, Mikel Rico, Brahimi (El Arabi,
m.62), Torje (Jaime Romero, m.69), Dani Benítez e Ighalo.
Real Sociedad: Bravo, Carlos Martínez, Mikel
González, Íñigo Martínez, De laBella, Illarra, Zurutuza (Rubén Pardo,
m.71), Xabi Prieto, Griezmann (Castro, m.75), Vela e Ifrán (Agirretxe,
m.81).
Árbitro: Teixeira Vitienes (Comité Cántabro). Mostró
cartulina amarilla a los locales Nyom, Ighalo y Jaime Romero, y a los
visitantes Carlos Martínez, Xabi Prieto y Vela.
Incidencias: Partido correspondiente a la
decimosexta jornada de Liga en Primera División disputado en Los
Cármenes ante 20.000 espectadores. Antes del partido se guardó un minuto
de silencio por el reciente fallecimiento de José Morales, ex
presidente de la Federación de Peñas del Granada CF.
Un Málaga de Champions acaba con la paciencia de Nervión
El conjunto malacitano no estuvo brillante, pero si efectivo para
hundir aun más a los locales, que fallaron múltiples ocasiones

El Málaga se ha llevado los tres puntos
del Sánchez Pizjuán, a pesar de hacer uno de los partidos más sosos de
la temporada, dos chispazos y una gran efectividad le valieron para
ganar.
Lo cierto es que el Sevilla fue bastante superior en la primera
mitad, e incluso mereció irse ganando después de errar varias ocasiones
clarísimas. A los dos minutos pudieron adelantarse los locales, pero
cuando Negredo tenía todo a favor, e incluso había regateado a Willy
Caballero, estrelló el balón en el palo. Esa jugada, podría definir cuál
sería la suerte de los locales para este encuentro.
Los nervionenses seguían dominando
totalmente el partido, y creaban un goteo constante de ocasiones pero
que siempre acababan marchándose lejos del marco malaguista. En el
cuadro visitante se defendían como podían ante la máquina de fallar
goles que era su rival, y solo Isco y Joaquín intentaban algo en ataque.
Pellegrini tenía trabajo para cambiarle la cara a su equipo de cara al
segundo tiempo.
El mensaje del técnico chileno debió calar en el vestuario, que nada
más salir al césped en la segunda mitad se adelantaron, en unas de la
primeras ocasiones de las que dispusieron, gracias a un cabezazo de
Demichelis. Un córner sacado por Joaquín fue cabeceado por el central
argentino en el segundo palo ante Diego López, que hizo la estatua, y
Fazio que intentó sacarla sin éxito en la línea.
A raíz del tanto visitante el partido cambió por completo, los de la
Costa del Sol podían dedicarse a defender frente a un Sevilla cada vez
más nervioso y precipitado en ataque. Míchel sacó todas las naves
poniendo a Reyes y Cicinho, pero las sustituciones, en vez de enmendar
al equipo, desestabilizaron aun más el esquema y el juego de los
blanquirojos, y los espacios para posibles contras visitante eran cada
vez mayores.
En una de esas contras, Joaquín se plantó solo ante Diego López y
Fazio, en un error infantil, lo derribó provocando penalti y su
expulsión. El portugués Eliseu transformó la pena máxima y sentenció el
partido, puso el 0-2 en el marcador. La zona malagueña de las gradas se
convirtió en una fiesta, los hinchas sevillistas era un clamor en contra
de los suyos, y algunos sectores pidieron el puesto del presidente Del
Nido.
A pesar de que quedaban aun veinticinco minutos, el Sevilla bajó los
brazos, perdió las esperanzas en el empate y solo quiso esperar a que
terminara el partido. Los malacitanos no quisieron hacer más sangres y
guardaron fuerzas para su encuentro intersemanal de Copa del Rey.
Los hispalenses siguen en caída libre en la liga BBVA, y parece que
ahora no están para otra cosa que en pensar en amarrar la permanencia.
El Málaga se confirma como claro aspirante a reeditar su clasificación
para la Champions League, y es el nuevo referente en el fútbol andaluz.
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