Un muro llamado Isaac Becerra
El meta catalán del equipo albirrojo ha neutralizado cualquier intento de remontada por parte de los alfareros

Dos de los presupuestos más bajos de la Liga Adelante, Alcorcón y Girona,
se han cruzado en esta eliminatoria de semifinales del 'play-off' de
ascenso a Primera. Los catalanes navegaron con viento a favor merced al
tempranero gol ante un Alcorcón que se ha topado una y otra vez con la
sensacional actuación del cancerbero Isaac Becerra, un muro que ha
bloqueado el ataque alfarero.
El partido cumplió el guión
previsto. Los amarillos mostraron su fortaleza como locales en los
compases iniciales hasta que el cuadro catalán se desesperezó a través
de la estrategia. En una falta botada por Toni Moral, el balón moría en
las botas de Moisés Hurtado quien batía con un chut raso al meta Manu
Fernández, tras sortear un bosque de piernas. El Girona golpeaba
primero, con la importancia que tiene anotar fuera de casa.
El
conjunto alfarero vivía entre la precipitación en los pases como el
ansia por disparar desde cualquier posición. No había duda que el gol
albirrojo habia hecho daño y que las soluciones de los amarillos no eran
las más adecuadas. Por su lado, los gerundenses actuaban de manera
práctica. Atacando con pocos hombres y sin muchos riesgos; economizando
su juego.
El último cuarto de hora del primer acto veía a un
Alcorcón más reconocible y más asociativo. Kike López, Oriol y Juli
ajustaban su punto de mira ante una ordenada y cerrada defensa visitante
que era liderada por el meta Isaac Becerra. Rubí ganaba momentáneamente
la partida al técnico Bordalás en la batalla en los banquillos.
La
segunda parte continuaba con un inspirador Becerra, el cual no pudo
evitar el empate de la en un saque de esquina que el asturiano David
Miguélez se elevaba más que su defensor para nivelar el choque con un
testarazo picado, justo cuando peores sensaciones ofrecía la Agrupación.
El duelo sufría un lavado de cara para el tramo final.
La
seguridad del gol favoreció el asedio local sobre el área del Girona. El
cansancio por el calor y la acumulación de minutos hacían acto de
presencia, junto a los errores no forzados. Cualquier desenlace era
posible, máxime con el desgaste sufrido. El monólogo del Alcorcón no
encontraba su premio frente a la resistencia del cuadro catalán y el
buen hacer de Becerra que culminaba con su propósito de traerse del sur
de Madrid un resultado favorable. Montilivi decidirá.
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