miércoles, 22 de febrero de 2012

EL MADRID EN LA CHAMPIONS Octavos de Final Partido de Ida


CSKA DE MOSCÚ [1-1] REAL MADRID

El Madrid se congela en el último instante
 

Los merengues cosecharon un empate después de encajar un gol en el último minuto del descuento obra de Vernblom. Antes había marcado Cristiano Ronaldo.

 

 

Hubo un momento en el que en el Real Madrid había auténtico pavor a los octavos de final de la Champions. Y no hace mucho además. Sin embargo, este Madrid es distinto. Lleva año y medio demostrándolo casi partido tras partido, y en casi todas las circunstancias. Esta vez debía enfrentarse al frío y el caucho del terreno, pero ni eso frenó a un conjunto merengue muy serio y muy sólido ante un impotente CSKA, que sólo se acercó a Casillas en la última oportunidad del partido. Paradójicamente, la que le mantiene vivo en la eliminatoria merced al gol de Wernbloom en el descuento. Antes, Ronaldo había aprovechado una serie de errores encadenados del cuadro ruso para encarrilar la eliminatoria, y aunque lo cierto es que bien pudieron caer más goles del lado blanco, al final el CSKA dejó helados a los pupilos de Mourinho con este inmerecido, aunque no malo, empate.

El encuentro comenzó como se esperaba. Con el necesario periodo de adaptación al césped artificial y el gélido ambiente en Moscú. Al Real Madrid se le notaba incómodo, con muchas imprecisiones tanto en movimientos, como pases y controles. Momento en el que los rusos aprovecharon para lanzarse al cuello merengue. No en vano, pasaba por ser el momento más delicado de la eliminatoria para los pupilos de Mourinho, y por ende, el momento en el que las inmensas diferencias entre ambos clubes más se reducían. De ahí la más clara oportunidad para el equipo del Ejército Rojo, con un remate de Dzagoev desde el balcón del área pequeña que se marchó fuera.

Sin embargo, lejos de lo que pudiera parecer a priori, el Real Madrid no terminaba de acostumbrarse al frío ni al terreno, estirando así esa fase inicial de descontrol e imprecisiones. Poco a poco fue tomándole el pulso al partido, templando los nervios iniciales, haciéndose con la posesión ante una zaga bien pertrechada atrás, pero sin llegar a someter al rival ni dominar el encuentro. Cuajando un partido serio, áspero, con oficio, pero sin la brillantez a la que acostumbra. De ahí que el primer gol del partido llegase como llegó. Tras una espiral de errores rusos inexplicable que resolvió el jugador con mejor técnica de cuantos había en el campo: Ronaldo, que con este tanto se convierte ya el segundo máximo goleador blanco de la historia en Europa.  

 

Khedira ya había podido marcar al cuarto de hora si no hubiera rematado al cuerpo de Chepchugov cuando estaba solo dentro del área en otro despiste de la zaga local. Pero a la media hora, Cristiano no perdonaría los tres errores consecutivos del CSKA. Primero, del central Berezoutski al no despejar bien ante la presencia del jugador de la fe inquebrantable –Higuaín-, luego de Shennikov al no marcar bien a Khedira en el centro posterior de Coentrao, y también de Tosic al no acertar a cabecear el cuero, lo que dejó el balón muerto para que Ronaldo hiciera buena la recuperación del Pipita con un fuerte y preciso chut desde dentro del área. Quizás éste no fuera el nivel real de un CSKA que llevaba dos meses sin partido oficial, pero desde luego sí que no era el nivel que exigen unos octavos de Champions.

Con el 0-1 en el electrónico, el CSKA se quitó el corsé tras el paso por los vestuarios. Su mejor baza en la eliminatoria pasaba por las condiciones del Luzhniki. Y sabedor de que conformarse con ese resultado para el Bernabéu era poco menos que hacerse el harakiri, el cuadro ruso adelantó líneas, y aumentó la presión. El partido mantuvo las imprecisiones, e incluso creció el juego subterráneo, pero sin duda se abrió también. Lo que, paradójicamente, terminó por beneficiar a un Real Madrid que a la contra generó más ocasiones que en la primera parte.

De ahí que Callejón en dos ocasiones, Ronaldo en un mano a mano y en un tiro desde la frontal del área, y hasta Ramos al cabecear un córner pudieran haber finiquitado la eliminatoria. No llegó finalmente para los blancos ese gol que hubiera dejado pie y medio en los cuartos de final. Y sin embargo fue el CSKA el que aprovechó uno de sus escasos acercamientos a la portería de Casillas para equilibrar la eliminatoria en la última jugada del partido. Una falta lateral bombeada al área acabó en la cabeza de Berezoutski después de ser peinada por otro jugador local, que cambió la trayectoria del balón hasta los pies de un Wernbloom que fusiló a Iker desde el área pequeña sin marca. Un gol que adquiere un valor superlativo para un CSKA que estaba desahuciado y que sin embargo mantiene un hilo de oxígeno hasta el partido de vuelta.

Aunque quizás lo peor del partido no fuera el empate final, sino la lesión de Benzema cuando apenas se llevaban doce minutos transcurridos. El galo disparó desde lejos, y quién sabe si porque con el frío aún no habían entrado en calor sus músculos, pero el caso es que en seguida notó el dolor en su ingle derecha. Lo que convierte este resultado en poco menos que una hazaña de ésas pírricas, aunque pueda sonar un poco despótico.

Las guerras pírricas en el año 280 antes de Cristo enfrentaron a griegos, romanos y cartaginenses. En ellas participó también Pirro, el rey de Epiro, que al finalizar el conflicto armado dijo “Otra victoria como ésta y volveré solo a casa” en relación con el número de bajas en sus filas. Y algo así le ha pasado al Real Madrid esta noche, pues pese al buen resultado que se traen de Moscú, la lesión de Benzema es una de las peores noticias que podrían haber recibido. Y es que más allá de la posible eliminación de un rival que parecía asequible, ahora podrían perder a uno de sus mejores hombres también para sus partidos de Liga, y quién sabe si en unos presumibles cuartos de final europeos.

 


CSKA de Moscú: Chepchugov; Shénnikov, V. Berezutsky, Ignashévich, A. Berezutsky; Aldonin (Honda, m.67), Wernbloom; Dzagóev, Tosic (Necid, m.82), Musa (Oliseh, m.63); y Doumbia.

Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Sergio Ramos, Pepe, Coentrao; Khedira, Xabi Alonso; Özil (Albiol, m.84), Callejón (Kaká, m.75), Cristiano Ronaldo; y Benzema (Higuaín, m.15).

Goles: 0-1, m.28: Cristiano Ronaldo. 1-1, m.93: Wernbloom.

Árbitro: Bjorn Kuipers (Holanda). Amonestó a Xabi Alonso, Sergio Ramos, Coentrao y a Wernbloom.

Incidencias: Partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones disputado en el estadio olímpico Luzhnikí ante 70.000 espectadores (casi lleno). Los aficionados rusos lanzaron desde uno de los fondos varias bengalas en los primeros minutos que cayeron el terreno de juego cerca del portería defendida por Casillas.

RESTO DE LA JORNADA

 

SS NAPOLI [3-1] CHELSEA FC

El Nápoles deja contra las cuerdas a Villas-Boas
 

El equipo italiano gana al inglés con dos goles de Lavezzi y uno de Cavani. Mata había adelantado a los de Villas-Boas, cuya continuidad en el banquillo pende de un hilo.

 

 

El ambiente de San Paolo exigía que los napolitanos salieran a merendarse a los ingleses. Con el once de gala (Campagnaro como gran novedad) los de Walter Mazzarri (en la grada) embotellaron durante los 10 primeros minutos al once de Villas-Boas. En la escuadra del Chelsea destacaron la titularidad de Malouda (Essien y Lampard en el banquillo) y Bosingwa en el lateral izquierdo. La suplencia de Torres era ya del todo conocida.

En el arranque de partido Cavani dispuso de un mano a mano, pero el 'Matador' erró lo que normalmente nunca falla, Cech perfecto. El equipo Partenopei perdió la vergüenza desde el inicio buscando el primer gol. André Villas-Boas tuvo que modificar el lateral izquierdo después de que Bosingwa se lesionara en el minuto 11. Ashley Cole (había sonado para jugar de inicio) entró en su lugar. Por parte de los locales, Hugo Campagnaro tuvo  una pelea constante con el vendaje que tuvieron que ponerle después de un choque de cabezas contra Drogba.

Se tomaron un pequeño respiro los napolitanos permitiendo al Chelsea olvidarse de la tromba inicial.  Los 'blue' tuvieron la primera oportunidad en una fortuita jugada (17') en la que faltó comunicación entre Campagnaro y De Sanctis y que a punto estuvo de cazar Malouda para hacer el primer tanto de la noche. Dos minutos más tarde reanudaba el conjunto dirigido –hoy- por Nicolo Frustalupi a rodear el área inglesa. Por la banda derecha tuvo origen un pase de Lavezzi a Maggio dejando al carrilero internacional italiano completamente de cara a puerta, pero nuevamente Peter Cech obró la segunda parada de la noche. El Napoli acariciaba el gol.

Entonces apareció la ley del fútbol para golpear la suerte napolitana. Un balón aislado y un grave error defensivo de Campagnaro en el despeje se convertiría en una asistencia a Juan Mata (desaparecido en combate hasta entonces), que totalmente sólo ante el guardameta definió al primer toque, bajo y raso con decisión. David Luiz, en otra mala salida de De Sanctis en un saque de esquina, pudo hacer el segundo aunque no estuvo acertado en el remate de cabeza.

El minuto 37 fue la hora del 'Pocho'. En una acción de Cavani por la banda izquierda, serviría a Lavezzi para que el mejor de la primera parte (y del partido) maniobrara el primer tanto de los locales. Una mínima justicia en el marcador después de lo visto. El Napoli no merecía perder en el global de la primera mitad. Y hubo tiempo para más.

Fueron intensos los últimos instantes, Ramires pudo dos minutos después hasta volver adelantar al Chelsea en otro despiste defensivo de la zaga napolitana. El festival de errores defensivos en ambas áreas esta noche ha sido propicio para el espectáculo, y a la vez de infarto para los entrenadores.

Con el 2-1 la segunda parte nos ofreció otro gran inicio con ocasiones para los dos equipos. Mejor imagen la de un Chelsea de presión y confiado en la libertad de Mata en la zona central de los tres cuartos de campo. 

'Pocho' Lavezzi pudo ampliar la diferencia dada la hora de partido encarando a Cech (libre de marcas) aunque no definiría tan bien como lo hiciera en el primer gol.

Poco después respondería el Chelsea con una doble ocasión aunque también sin acierto. Primero Didier Drogba jugando con las espaldas de Arónica y Cannavaro, remató un balón que acabó en saque de esquina. Y del propio córner nació un cabezazo de Cahill que terminó rozando el palo izquierdo defendido por De Sanctis.

A falta de más de veinte minutos para el final, llegaría una errata más en el partido, en esta ocasión costaría un nuevo gol. Fue David Luiz el desgraciado; un balón largo de Campagnaro en busca de la fortuna terminó por ser un pase a Ezequiel Lavezzi. El argentino, culminó su recital actuación con el tercer tanto para el equipo de Mazzarri.

A base de épica lo intentaron los visitantes con disparos desafortunados desde la frontal, aunque el resultado de la ida ya estaba anclado en el marcador. Se le pone muy complicado al Chelsea para afrontar la vuelta en Stamford Bridge, la incógnita está en qué nombre ocupará la silla de entrenador.

SS Napoli: De Sanctis; Campagnaro, Cannavaro, Aronica; Maggio, Gargano, Inler, Zuniga; Hamsik (Pandev, m.82) , Cavani, Lavezzi (Dzemaili, m.74)

Chelsea FC: Cech; Ivanovic, Cahil, Luiz, Bosingwa (Cole, m.12); Ramires, Meireles (Lampard, m.70) ; Malouda (Essein, m.70), Sturridge, Mata, Drogba

Goles: 0-1, m.27: Mata; 1-1, m.38: Lavezzi; 2-1, m.47: Cavani; 3-1, m.65: Lavezzi.

Árbitro: Carlos Velasco Carballo (España). Amonestó a Cavani, Meireles, Cahill.

Incidencias: Partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones disputado en el estadio San Paolo de Nápoles. Lleno absoluto.

FC BASILEA [1-0] BAYERN DE MUNICH

El Basilea vuelve a ejercer de matagigantes
 

Ambos equipos protagonizaron uno de los mejores partidos de la ida de los octavos de final y los locales fueron los encargados de dar la sorpresa gracias a un gol de Stocker.

 

 

Sorpresa la ocurrida esta noche en el estadio ST. Jakob Park de la ciudad de Basilea donde el equipo local ha logrado vencer al Bayern de Múnich, uno de los, a priori, grandes favoritos para la corona europea en esta temporada. El equipo alemán, cuenta además con la motivación de que la final se jugará en su propio estadio, el Allianz Arena.

El cuadro de Juup Heynckes llegaba con notables bajas al encuentro de hoy, ida de los octavos de final de la Champions League, pero aún así era favorito para llevarse la victoria ante un Basilea que pese a haber eliminado al Manchester United en la fase de grupos, partía como equipo menor. Además, el encuentro contaba con el morbo de que Shaquiri, jugador del Basilea, ya ha firmado con su rival de esta noche para la próxima temporada.

El partido empezó con un claro dominio de los bávaros que llegaban insistentemente a la meta suiza pero sin suerte de cara al gol. A partir del minuto 15, pese a que el Bayern seguía teniendo más posesión de la pelota, las ocasiones empezaron a llegar también por parte de los suizos, que sobre todo con el ya mencionado Shaquiri y con el incombustible Frei, pusieron en serios aprietos a Neuer, que gracias a varias buenas intervenciones y también a su asociación con los palos, logró mantener su meta a cero durante la primera parte.

 

Con el empate inicial se llegó al tiempo de descanso, con una primera mitad llena de ocasiones y merecedora de algún gol por parte de ambos equipos.

La segunda parte comenzó de igual manera, con aproximaciones por parte de los dos equipos pero que los porteros, ambos con una gran actuación en la noche de hoy, se encargaban de desbaratar.

Los entrenadores, Heynckes y Vogel, comenzaron a introducir cambios en sus equipos para que estos no perdieran la intensidad que todo el encuentro habían mantenido, teniendo así el equipo fuerzas para lograr el gol y también para no cometer errores en la retaguardia.

Cuando ya parecía que el marcador sería de 0-0 y que todo se decidiría en el estadio de la final, en el minuto 85 saltaba la sorpresa en tierras suizas. Stocker, jugador que había entrado en la segunda mitad, hacia el gol que tanto había buscado su equipo. Este llego tras una jugada de Zoua en la frontal del área, que al no encontrar incomodo, metió un gran pase entre líneas para el extremo suizo que ponía a su equipo por delante y le daba buenas posibilidades de cara a la clasificación para los cuartos de final de la competición.

Todo queda para la vuelta, en la que el Bayern de Múnich deberá remontar la eliminatoria si desea seguir vivo en la competición y lograr el objetivo que se marcaron a principio de temporada, levantar la copa ante su púbico en mayo.

 

FC Basilea: Sommer; Steinhofer, Abraham, Dragovic, Park; Huggel, Xhaka, Shaqiri (Zoa, 83), Fabian Frei (Stocker, 66); Alex Frei (Cabral, 89) y Streller.

Bayern de Munich: Neuer; Rafinha, Boateng, Badstuber, Lahm; Tymoschuk, Alaba; Robben, Kroos (Olic, 89), Ribery (Müller, 71); y Gómez.

Goles: 1-0: min 86, Stocker.

Árbitro: Nicola Rizzoli (Italia) amonestó a Abraham, Müller, Rafinha

Incidencias: Partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones disputado en el estadio St.Jakob Park de Basilea.

OLYMPIQUE DE MARSELLA [1-0] INTER DE MILÁN

El Inter paga su resultadismo en el último instante

El conjunto italiano no brilló en territorio galo y ahora está obligado a la remontada en el partido de vuelta. El partido fue soporífero, pero el Marsella fue menos apático.

 

 

Marsella e Inter de Milán protagonizaron un partido poco vistozo, con un par de ocasiones y de poco ritmo. Ninguno de los dos atraviesa un gran momento y apelaron a la garra antes que el buen fútbol para intentar conseguir un resultado que les permitiera encarrilar su pase a los cuartos de final de la Champions League.

El partido comenzó con el desorden característico de los equipos que no atraviesan por un buen momento. El Inter de Milán siguió presentando los mismos desajustes defensivos que en la Serie A, pero a diferencia de los partidos del fútbol italiano, el equipo de Claudio Ranieri demostró una actitud muy diferente. Dispuesto a sacar el partido hacia adelante y con la convicción de que hay partidos que se ganan con más corazón que con cabeza.

Los de Didier Deschamps tampoco llegaban a este partido muy bien que digamos. En la Ligue 1 marchan cuartos y en la fase de grupos de la Champions League habían caído en dos de sus tres partidos en condición de local. Números que tampoco invitaban al optimismo a los franceses y, en realidad, de lo único que podíamos estar seguros era de la garra que mostrarían ambos equipos.

Brandao fue el jugador más incisivo del conjunto local y fue el que tuvo las mejores ocasiones de los locales. Si tenía que haber un equipo al frente en el marcador durante la primera mitad, tenía que ser el Marsella. Eso sí, no precisamente por estar haciendo un gran partido, sino que en comparación con la floja actuación de los atacantes del Inter y la falta de ideas en labores ofensivas, lo del Marsella pareció mucho más, por algunos momentos.

Sin embargo, haciendo muy poco el Inter de Milán pudo irse a los vestuarios con la ventaja a su favor y con un gol realmente importante en estas eliminatorias de ida y vuelta. Mauro Zárate fue quien tuvo el tanto en sus botas, pero su remate fue demasiado suave y no pudo sorprender a Mandanda. El descansó llegó y el 0-0 era el resultado que reflejaba el electrónico. El partido no daba síntomas de querer dar un cambio radical en la segunda parte.

La etapa complementaria inició igual de gris como culminó la primera. El ritmo del partido fue bajando con el pasar de los minutos y la falta de ideas de ambos conjuntos era realmente alarmante. Sneijder y Stankovic buscaron sorprender con tímidos intentos, pero nada  como para romper con el empate sin goles.

Al final, cuando todo indicaba que el 0-0 sería el marcador final de este partido, André Ayew apareció en el último minuto y le ganó la posición a Chivu para conectar un servicio desde el córner que terminó en el fondo de las redes. Inter está obligado a la heróica en el partido de vuelta. Un partido en el que podrían perderle el sentido a lo que resta de temporada.

 

Olympique de Marsella: Mandanda; Azpilicueta (Fanni, m.80), Nkoulou, Diawara, Morel; Diarra, Cheyrou (Kaboré, m.84); Amalfitano, Valbuena, A.Ayew; Brandao (J. Ayew, m.73)

Inter de Milán: Julio César; Maicon (Nagamoto, m.46), Lucio, Samuel, Chivu; Zanetti, Cambiasso, Stankovic; Sneijder; Forlán, Zarate (Obi, m.63)

Goles: 1-0, m.93: Ayew.

Árbitro: Cüneyt Çakir (Turquía), Amonestó a los marselleses Dawara y Obi y a los interistas Stankovic, Chivu, y Zarate.

Incidencias: Partido de octavos de final de la Liga de Campeones disputado en el estadio Velódromo de Marsella ante unos 40.000 espectadores.

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