El equipo rojillo sacó los tres puntos con mucho oficio ganando a un rival directo por la permanencia en un partido que tuvo claro como afrontar y jugar para llevárselo
El miedo o temor es una emoción caracterizada por una intensa sensación, habitualmente desagradable, provocada por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado. Cuando se intensifica se produce el terror. El que da la Segunda División. Esta turbación atenazó al Almería en el primer partido de la jornada. En la final que jugaba contra Osasuna. Ambos se presentaban en descenso con 30 puntos, los mismos que el Valladolid, ahora equipo referente para la salvación.
Y solo bastó un poco de intensidad,
colocación y de saber lo que tenía que hacer en cada momento. Esas ideas
no fluyeron en los jugadores del Almería, correosos en los primeros
instantes pero sin nada predeterminado. Miel sobre hojuelas para unos
rojillos con gana de desquitarse de esa racha de seis jornadas sin ganar
(cinco derrotas) y al que se le había quedado el sabor agridulce del
punto obtenido ante la Real Sociedad cuando mereció más.
Así las
cosas, en el minuto 18, una acción colectiva dejaba a Oriol Riera solo
para fusilar a Esteban y marcar su undécimo tanto en liga, dar
continuidad a la diana que logró el pasado fin de semana y olvidar esa
racha que le ha tenido dos meses sin mojar. Poco después, en una acción a
balón parado, Arribas le “sacó los colores” a Marcelo Silva (que
debutaba como titular en liga) ganándole la posición por alto en el
balcón del área pequeña y hacer el segundo de la noche. El central ha
marcado tres tantos con Osasuna, los tres de cabeza. El resto del
partido, replegarse, tocar incluso con comodidad en el campo y esperar
los balones bombeados almerienses. Coser y cantar.
Auspiciado por
sus gestas recientes en los Juegos del Meditérraneo: le remontó a la
Real Sociedad en dos ocasiones (4-3) y le empató un 0-2 al Valencia, el
Almería cambió la actitud tras el paso por los vestuarios. Durante un
cuarto de hora llegó a atrincherar a Osasuna, que hacía lo mismo que
antes, pero con los dientes más apretados. La consecuencia no fue otra
que el aumento de centros colgados, un disparo a las nubes de Óscar Díaz
y una doble intervención de Andrés Fernández en una acción anulada por
fuera de juego.
Fuegos de artificio para alguien especialista en
estas lides. Incluso cuando la “tormenta amainó” Lobato tuvo el tercero
en sus botas. Fue justo antes de que Soriano aprovechara un rechace para
marcar el gol 200 del Almería en Primera, el décimo tercero con la
camisola del Índalo (el quinto que más) y meter de lleno a su equipo en
el partido. El propio Soriano, con la cabeza, tuvo el empate en el
arreón andaluz que continuó al gol. Fueron unos instantes de sufrimiento
que capearon como solo Osasuna sabe hacer, con Javier Acuña metiendo
miedo y forzando la expulsión in extremis de Rafita.
Un equipo
joven, con poca experiencia en Primera y con muchas dificultades de
empezar con buen pie en su propio campo fue presa fácil para los
navarros que, como vienen demostrando en los últimos años, se mueve como
“pez en el agua” en este tipo de situaciones y que cuando tiene que
puntuar, puntúa. Hoy no solo se llevó los tres puntos, sino que golpea
la línea de flotación de la confianza de unos de sus rivales directos e
igualar el average tras perder 0-1 en la ida. Casi nada.
UD Almería: Esteban; Rafita, Silva (Azeez, min.70), Trujillo, Mané; Verza, Corona (Barbosa, min.70); Suso, Soriano, Aleix Vidal; Óscar Díaz (Rodri, min.63).
Atlético Osasuna: Andrés Fernández; Marc Bertrán, Arribas, Flaño, Damiá; Loe, Silva; Cejudo (Oier, min.73), De las Cuevas (Lobato, min.60), Roberto Torres; Oriol Riera (Acuña, min. 84).
Goles: 0-1, Oriol Riera, min.19; 0-2, Arribas, min.33; 1-2, Soriano, min.73.
Árbitro: Mateu Lahoz (Comité Valenciano). Amonestó a Suso (m. 1) de la UD Almería, y a Marc Bertrán (m. 23), del
Osasuna. Expulsó a Rafita por doble amonestación (m. 91 y 93).
Incidencias: Encuentro de la trigésimo segunda jornada de la Liga BBVA disputado en el Estadio Juegos Mediterráneos de Almería con una asistencia de unos 15.000 espectadores.
Un empujón más hacía el título
Los de Simeone salvan la primera de las finales que le restan para proclamarse campeón de la Liga tras imponerse por la mínima a un correoso pero inofensivo Villarreal.
Ya solo quedan seis. La teoría del partido a partido de Diego Pablo
Simeone se ha transformado en una pelea por ganar como sea, en una final
a final. Así los rojiblancos salen victoriosos en un partido tan feo
como tramposo a un Villarreal que prometió más al principio pero que se
fue desvaneciendo poco a poco.
Uno de los logros que Diego Pablo Simeone ha conseguido para este
Atlético es su enorme capacidad para sobreponerse según qué
inconvenientes se le presenta. Ante el Villarreal, el principal escollo
era poder comprobar si se puede vivir sin Diego Costa. Y prueba
superada. Y eso que Diego es mucho Diego. Y más si encima si además son
baja Gabi, capitán y proyección simeonística en el césped, y Arda Turan,
ese jugador tan especial por ser el único que puede ofrecer al equipo
una pausa acorde a la intensidad que desprenden los rojiblancos.
Pero este Villarreal ya no es el de la primera vuelta. Le falta esa
frescura que tan buenos resultados le dio a principios de temporada y
que ha colocado al equipo en una posición privilegiada en puestos
europeos pese a ser un equipo recién ascendido. Pero las innumerables
bajas, sobre todo las de sus máximos exponentes ofensivos, Ikechukwu
Uche y Giovani dos Santos, merman las capacidades de un equipo
acostumbrado históricamente a soñar con poder ganar a cualquiera y
dondequiera.
Y así comenzó el partido. Marcelino García Toral –el asturiano nunca
ha ganado a los rojiblancos en el Calderón– era conocedor de que sus
opciones en el Manzanares pasaban por mezclar robo de balón y rapidez
ofensiva. Por eso, la dupla formada por Pina y Bruno Soriano adquirió
protagonismo en el primer tramo del partido, intentando superar a la
rojiblanca, formada por Mario Suárez y Koke. Pero todos los intentos
amarillos se ahogaban al llegar a la zona defensiva atlética. Ni Jérémy
Perbet –un jugador más de área y golpeo– ni mucho menor sun inexperto
Joan Román –primer partido como titular en Primera División– crearon
peligro en la portería de Thibaut Cortois.
Tampoco el Atlético. Pero no le hace falta. Porque con su fútbol
marabuntístico comenzó a meter en su área al Villarreal solamente
mediante las incursiones de un espléndido Filipe Luís y los envios en
largo de Koke. Así se creó el córner que se convirtió en el primer gol
del partido. Saque de esquina que ejecutó como suele ser habitual en él
Koke con uno de sus envenados envíos y Raúl García, en el primer palo y
tras deshacerse de un rival, cabeceó a la red para lograr el primer
tanto del partido –octavo tanto del navarro en esta Liga, cinco de ellos
de cabeza–.
En la segunda mitad, el Villarreal apareció mucho más en ataque pero
sin apenas mordiente. Y eso que Simeone recuperó su dibujo más habitual
al dar entrada a Tiago en el mediocentro para intentar disponer de una
mejor y más productiva posesión. Pero no sucedió así y el conjunto de
Marcelino comenzó a meter balones a un solitario pero omnipresente en el
área Jérémy Perbet.
Y así fueron sucediendo los minutos hasta que el partido estuvo a
punto de ofrecer un final muy del Atlético cuando en una internada por
banda izquierda y posterior centro al área a punto estuvo Toby
Alderweireld de introducir el balón en su propia portería. Pero este es
otro Atleti. Un equipo que gana todas las finales que se le presentan.
Atlético de Madrid: Courtois; Juanfran, Alderweireld, Godín, Filipe Luis; Mario Suárez, Koke, Cebolla (Tiago, 57’), Diego Ribas (Sosa, 70’); Raúl García y Villa (Adrián, 61’).
Villarreal CF: Sergio Asenjo;
Mario, Gabriel, Pantic, Jokic; Bruno, Pina, Trigueros (Jonathan
Pereira, 69’), Cani (Moi Gómez, 82’); Joan Román (Aquino, 63’) y Perbet.
Goles: 1-0. M. 14: Raúl García.
Árbitro: Gil Manzano (Colegio Extremeño). Mostró tarjeta amarilla a Gabriel (42’), Raúl García (69’) y Mario Suárez (80’).
Incidencias: Partido correspondiente a la trigésimo segunda jornada de la Liga BBVA,
disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 54.800 espectadores,
entre ellos 10.000 niños.
Demasiado premio para tan poco juego
El argentino Leo Messi logró dos tantos en un mal partido de los blaugranas. Los verdiblancos, con un pie en Segunda, dieron la cara en un Camp Nou casi repleto
El Barcelona
repetía una y otra vez la misma secuencia. El balón chocaba siempre en
un muro verdolaga que aprovechaba cada ocasión para salir a la contra
con rapidez y soltura. La intensidad defensiva por parte del Betis fue
la clave de una primera mitad en la que el habitual juego culé no quiso
aparecer en ningún momento.
Messi rompió la monotonía de una
primera parte marcada por el lento juego del Barcelona, y lo hizo desde
los once metros, consiguiendo su gol número 24 en Liga, el sexto de
penalti. El astro argentino se aprovecha de que su equipo es, junto con
el Hoffenheim, el conjunto europeo con más penaltis a favor en sus
respectivas ligas (12).
Leo Messi engañaba a Adán y transformaba
la pena máxima cometida por un Jordi Figueras que se pasó y mucho de
frenada. Alexis caracoleaba dentro del área para un lado y para otro.
Juan Carlos, Vadillo y Lolo Reyes gestionaban bien el acercamiento del
chileno, haciéndole retroceder en todo momento, pero el central catalán
no lo supo ver y llegó para barrer descaradamente a Alexis. Dudó Prieto
Iglesias pero acabó pitando.
Tras el gol, el Betis
dio un paso adelante y el Barcelona pecó de relajación. La intensidad
bética crecía por momentos, y aprovechaban con galopadas de Leo
Baptistao todas las imprecisiones que cometía el Barcelona en ataque,
que no eran pocas. El atacante brasileño comandaba cada ataque de su
equipo, recogiendo el balón en su campo para dirigirlo hacia uno y otro
flanco del ataque bético, donde estaban el rapidísimo Cedrick y un
siempre voluntarioso Vadillo.
Tras el paso por vestuarios, Xavi
estuvo a punto de sentenciar el partido muy pronto con un lanzamiento de
falta directa que se estrelló en el larguero. Pero el Betis no quería
eso. El equipo de Gabriel Calderón, descarado como nunca se le había
visto en el resto de la temporada, siguió creando problemas a un
Barcelona que no supo atar el partido hasta la recta final del mismo.
Por
momentos peligraban los tres puntos para el equipo de la Ciudad Condal.
Hasta que la mala suerte se alió una vez más con el Betis. Jordi
Figueras, intentando tapar un pase de Adriano, cambió por completo la
trayectoria del balón y lo introdujo en su portería ante la hierática
mirada de Adán, que nada pudo hacer.
Reaccionó pronto el equipo
de Calderón. El técnico argentino había introducido un doble cambio poco
después del descanso. Rubén Castro y Jorge Molina habían saltado a
escena. Fue el primero quien aprovechó un pase de N’Diaye para batir a
Pinto con un disparo raso dentro del área. No se daba por vencido el
Betis, que puso el susto en las gradas del Camp Nou en más de una
ocasión, casi siempre a balón parado. Ese gran problema del equipo de
Martino.
Prieto Iglesias volvió a señalar penalti en el área del
Betis, esta vez por una mano de Amaya. Adán acertó esta vez el
lanzamiento de Messi, pero el rechace favoreció de nuevo al argentino,
que no perdonó y consiguió su gol número 25 En Liga. Corría el minuto 86
y la mente de los jugadores del Barcelona estaba ya en el partido del
miércoles. Enganchados una semana más a la Liga, los del Tata tendrán
que cambiar la imagen y el juego de cara al miércoles, ya que visitan
uno de los estadios más complicados de Europa, y hoy no han estado a la
altura ante el colista de la categoría.
FC Barcelona: Pinto; Alves, Bartra, Mascherano,
Adriano; Busquets, Xavi (Song, m.88), Iniesta (Cesc, m.78); Alexis,
Messi y Pedro (Neymar, m.78).
Real Betis Balompié: Adán;
Juanfran, Amaya, Jordi, Juan Carlos; N'Diaye, Lolo Reyes, Nono; Cedrick
(Rubén Castro, m.61), Vadillo (Molina, m.61); y Baptistao (Braian,
m.82).
Goles: 1-0, m.15: Messi, de penalti. 2-0, m.67: Jordi Figueras, propia puerta. 2-1, m.69: Rubén Castro. 3-1, m. 85: Messi.
Árbitro: Prieto Iglesias (Comité Navarro). Mostró cartulina amarilla a Reyes (m.60) y a Amaya (m.76).
Incidencias:
Asistieron 81.978 espectadores en partido disputado en el Camp Nou,
correspondiente a la trigésima segunda jornada. Antes del inicio del
partido se desplegó una gigantesca pancarta con la inscripción: "La
Masia no se toca", sobre el contencioso que el club azulgrana mantiene
con la FIFA a raíz del fichaje de jugadores menores de edad.
Cuatro goles y un apellido vasco
El ex-jugador realista allana la victoria blanca al borde del descanso. Los merengues sentenciaron con goles de Bale, Pepe y Morata en una segunda mitad arrolladora.
El Real Madrid salió a Anoeta con la necesidad de conseguir los 3 puntos ante la Real Sociedad para no decir adiós a sus esperanzas de ganar la liga. El encuentro comenzó con mucha intensidad por parte de ambos conjuntos. El Real Madrid intentaba tener el balón con posesiones largas e inertes pero era la Real Sociedad la que creó más ocasiones y sensación de peligro, sobre todo en los primeros minutos.
Los realistas avisaron con varios pases a la
espalda de los centrales madridistas, aunque la mejor ocasión
blanquiazul la tuvo Carlos Vela en el minuto 16 tras un córner peinado
al segundo palo y cuyo remate de cabeza obligó a Diego López a hacer un
paradón prodigioso. Aunque la jugada estaba anulada por un fuera de
juego, fue la oportunidad más destacable de los locales junto con un
remate de cabeza de Griezmann que se marchó fuera por poco.
A
partir de la media hora de juego, el Real Madrid se hizo con el mando
del juego, aunque con poca velocidad de balón y sin hacer daño a la bien
posicionada defensa txuri-urdin. Al borde del descanso y en la ocasión
más peligrosa de los merengues (hoy de naranja), Benzema hizo una buena
acción individual en el área que acabó despejando bien Bravo pero que
acabó en el fondo de las mallas tras empujarla Illaramendi a las mallas.
La
Real Sociedad acusó el gol golpe psicológico y salió algo afectado al
inicio del segundo acto. A los dos minutos de la reanudación, los
visitantes estuvieron a punto de aumentar su ventaja en el marcador tras
un enorme cabezazo de Sergio Ramos que se estrelló en el travesaño
después de un buen centro de Xabi Alonso. El Real Madrid gozó entonces
de sus mejores minutos y pudo matar el partido tras dos peligrosos
disparos de Bale y Xabi Alonso.
A partir del minuto 65, el
cansancio hizo mella en la Real Sociedad y la superioridad blanca se
acrecentó aún más. Benzema avisó con un excelente remate que lamió el
larguero, pero fue Gareth Bale el que encarriló la victoria. Un error en
el saque de Claudio Bravo cayó a pies del galés, que a más de 30 metros
de la portería y tras un par de zancadas depositó el balón en las
mallas con un ajustado y potente disparo.
Con el partido
sentenciado la Real Sociedad bajo los brazos y el equipo blanco
sentenció en el minuto 85 con un gol de Pepe tras un córner ganado por
alto por Ramos. Morata, que sustituyó a Bale en los últimos minutos, se
unió a la fiesta y puso un 0-4 que sigue manteniendo a los merengues en
la lucha por el título.
Real Sociedad: Bravo; Carlos Martínez, Mikel (Rubén
Pardo, min. 73), Iñigo Martínez (Ansotegi, min. 17), José Ángel;
Bergara, Elustondo, Zurutuza (Agirretxe, min. 62); Canales, Griezmann y
Vela.
Real Madrid: Diego López; Carvajal,
Pepe, Sergio Ramos, Nacho; Modric, Illarramendi, Xabi Alonso (Casemiro,
min. 86); Isco (Di María, min. 80), Bale (Morata, min. 85) y Benzema.
Árbitro: Hernández Hernández (Comité Canario). Amonestó a Mikel, Markel, Iñigo Martínez, Illarramendi y Xabi Alonso.
Goles: 0-1, min. 45: Illarramendi. 0-2, min. 66: Bale. 0-3, min. 84: Pepe. 0-4, min. 88: Morata.
Incidencias: Partido de la trigésima segunda jornada disputado en el
estadio de Anoeta ante unos 30.000 aficionados. Pitidos a Asier
Illarramendi cada vez que tocó el balón.
La Vida Pirata puede ser maravillosa
Goleada de los locales que les sirve para acercarse al objetivo de la permanencia e igualar a los celestes en la tabla
Si la lucha por el título está al rojo vivo,
no lo está menos la batalla por la permanencia, con nuevos equipos
implicados en apenas seis puntos. Hoy se medían dos de los conjuntos
implicados, Rayo Vallecano y Celta de Vigo,
que disfrutan de una situación privilegiada en esa guerra fraticida.
Para ambos, conseguir los tres puntos significaba dar un paso de gigante
en su objetivo de permanecer una temporada más en Primera.
La
tensión, los nervios y el miedo a cometer errores se adueñaron de los
dos equipos en los primeros compases. Había mucho en juego y ninguno
quería arriesgar en exceso. La igualdad era máxima y tan sólo se produjo
una ocasión de peligro en el primer cuarto de hora. La jugada ensayada
desde la esquina de los vigueses, que finalizó Iñigo López con un remate
fallido en boca de gol. No consiguió imprimirle potencia al cuero el
central celtiña y Rubén acabó atrapando el esférico sin mayores
problemas.
Poco a poco los nervios iniciales se fueron disipando y
el conjunto de Paco Jémez empezó a llevar la iniciativa. Merodeaba el
área de Yoel pero sin crear demasiado peligro. Hasta que un centro de
Iago Falqué le llegó con fortuna en el segundo palo a Rochina, cuyo
remate significó el 1-0. Iñigo López llegó a tocar el esférico sobre la
línea pero no lo suficiente como para impedir el gol. El Rayo controlaba
el balón y el Celta se mantenía a la expectativa. Al filo del descanso
Larrivey tuvo el segundo con un remate con la testa que se marchó muy
cerca del palo.
Se llegaba al descanso con el rayo golpeando
primero. Algo que es sinónimo de victoria para los franjirrojos, que se
han adelantado en el marcador en nueve ocasiones esta temporada y en
ninguna de ellas han cedido puntos. Si el dato era ya esperanzador para
los madrileños, más lo fue el inicio de la segunda mitad. Apenas seis
minutos después de la reanudación, un lanzamiento de Bueno sin aparente
peligro no lo consiguió bloquear Yoel y se coló en su portería. Se
diluían las esperanzas celestes.
Pero si la ventaja no era
suficiente, en el minuto 60, de nuevo Alberto Bueno, desvió a la red un
centrochut de Trashorras para sentenciar el encuentro. Media hora por
delante y el Celta quedaba muy tocado. Todo eran buenas noticias para el
Rayo, hasta que Razvan Rat quiso empañar la fiesta Rayista. El rumano
propinó un cabezazo en la cara a Charles con el balón en juego. El
asistente lo vio y Pérez Montero mandó a la calle al lateral
franjirrojo. Con la expulsión el Celta buscó el gol del honor pero ya
era demasiado tarde.
El Rayo suma tres puntos vitales en su lucha
por la permanencia e iguala al Celta de Vigo en la tabla clasificatoria
con treinta y seis puntos. Los madrileños han ganado en sus últimos
siete enfrentamientos con los vigueses en Primera y en seis de ellos no
encajaron ni un solo gol.
Rayo Vallecano:
Rubén; Arbilla, Gálvez, Zé Castro, Rat; Trashorras (Nacho, m.66), Saúl
Ñiguez; Rochina (Baena, m.53), Bueno (Jonathan Viera, m.76), Iago
Falque; y Larrivey.
RC Celta de Vigo: Yoel; Hugo Mallo, Iñigo López, Fontás, Jonny;
Augusto Fernández (Mario Bermejo, m.62), Krohn-Dehli, Rafinha; Orellana
(Alex López, m.46), Charles (Santi Mina, m.68) y Nolito.
Goles: 1-0: M.25 Rochina; 2-0: M.48 Bueno; 3-0: M.59 Bueno.
Árbitro: Pérez Montero (Comité Andaluz). Amonestó a Gálvez (m.39) y
Larrivey (m.73), del Rayo Vallecano. Expulsó con roja directa a Rat
(m.63).
Incidencias: Encuentro correspondiente a la trigésimo segunda jornada
de la Liga BBVA, disputado en el estadio de Vallecas (Madrid), ante
11.849 espectadores.
El Málaga traspasa sus temores al Granada
Con dos goles y un penalti provocado, Ignacio Camacho se convirtió en el gran protagonista de la victoria del Málaga
sobre el Granada (4-1). El equipo de Bernd Schuster pone tierra de por
medio con respecto a la zona de descenso y, a falta de seis jornadas
para la conclusión del campeonato, se sitúa con 38 puntos en su
casillero y sella prácticamente la permanencia. El Granada, por su parte, acumula tres derrotas consecutivas y tendrá que seguir batallando por continuar en Primera División.
Con el triunfo de hoy y el del pasado lunes ante el Betis, el equipo de Schuster da un paso de gigante para mantenerse una temporada más en la élite del fútbol español
Con dos goles y un penalti provocado, Ignacio Camacho se convirtió en el gran protagonista de la victoria del Málaga
sobre el Granada (4-1). El equipo de Bernd Schuster pone tierra de por
medio con respecto a la zona de descenso y, a falta de seis jornadas
para la conclusión del campeonato, se sitúa con 38 puntos en su
casillero y sella prácticamente la permanencia. El Granada, por su parte, acumula tres derrotas consecutivas y tendrá que seguir batallando por continuar en Primera División.
Las
cosas se le torcieron desde muy pronto al conjunto nazarí. Riki sufrió
un pinchazo cuando apenas se habían disputado los primeros diez minutos y
tuvo que ser sustituido por Piti. El conjunto malacitano aprovechó los
escasos minutos en los que los visitantes estuvieron con diez jugadores
para adelantarse en el marcador por mediación de Ignacio Camacho. El
centrocampista recibió un gran centro de Samuel para rematar de cabeza
de forma inapelable al fondo de las mallas y poner a su equipo por
delante en el simultáneo.
El
partido fue muy trabado en los primeros cuarenta y cinco minutos. Un
guión que le beneficiaba claramente a un Málaga que contaba con la
ventaja en el marcador. Las llegadas al área resultado ciertamente
escasas y la ocasión más clara del conjunto granadino fue obra de
Brahimi, que se plantó solo ante Caballero tras aprovechar un error en
un pase de Pablo Pérez. El argelino sorteó al portero argentino, pero su
remate se estrelló contra el lateral de la red.
El Málaga logró
el segundo tanto, también obra de Ignacio Camacho. Fue un tanto
prácticamente calcado al primero. Samuel puso el córner y el
centrocampista aragonés volvió a conectar un poderoso testarazo al
interior de la portería nazarí. El centrocampista ha conseguido su
segundo doblete de la temporada y suma ya cinco goles en la competición
liguera, igualando a Roque Santa Cruz como el máximo goleador de su
equipo.
El Granada pudo acortar la renta local con un penalti
ejecutado por El-Arabi instantes antes de la llegada del descanso, pero
Willy Caballero le adivinó las intenciones y detuvo el lanzamiento. El
argentino se tomó cumplida venganza, puesto que el delantero marroquí
logró marcarle tres goles en el encuentro de ida.
El equipo de
Schuster dejó el partido visto para sentencia nada más comenzar el
segundo periodo. Ignacio Camacho, cuya incidencia en el marcador fue
enorme, provocó un penalti que Amrabat aprovechó para colocar el 3-0,
abortando cualquier intento de remontada por parte del Granada.
Los
instantes finales del partido fueron un correcalles, una vez que la
claridad del resultado provocó que ambos clubes fueran abandonando el
rigor táctico. Juanmi consiguió el 4-0 tras aprovechar un gran centro en
profundidad de Jesús Gámez. Mientras que El-Arabi marcó el gol de la
honra para el cuadro nazarí en los minutos finales.
Málaga CF: Caballero; Gámez, Angeleri, Flavio Ferreira, Antunes; Amrabat, Darder, Camacho, Samuel (Juanmi, m.65); Pablo Pérez (Eliseu, m.68), Santa Cruz (Rescaldani, m.78).
Granada CF: Roberto; Nyom (Foulquier, m.74), Ilori, Murillo, Angulo; Riki (Piti, m.14), Fatau (Buonanotte, m.46), Iturra, Fran Rico; Brahimi y El Arabi.
Goles: 1-0, M.14: Camacho. 2-0, M.36: Camacho. 3-0, M.50: Amrabat, de penalti. 4-0, M.74: Juanmi. 4-1, M.76: El Arabi.
Arbitro: Fernando Teixeira Vitienes (Colegio Cántabro). Mostró
tarjeta amarilla a los locales Falvio Ferreira (m.17), Antunes (m. 19) y
Caballero (m.69), y a los visitantes El Arabi (m.23), Murillo (m.48),
Buonanotte (m.56) e Iturra (m.87).
Incidencias: Partido correspondiente a la trigésimo segunda
jornada de la Liga, diputado en el estadio de La Rosaleda ante unos
30.000 espectadores, entre ellos varios cientos de granadinos.
Boakye cambia el guión del drama in-extremis
El ghanés Boakye apareció de la nada en el área para darle los tres puntos a los suyos después de un encuentro propicio para una buena siesta al sol de Alicante
Temperatura, ambiente y césped
espectacular recibían a Elche y Getafe en el Martínez Valero. Un aroma a
partido importante que nos regaló unos quince primeros minutos
eléctricos en los que ambos equipos salieron sin miedo a nada. El
objetivo de salvarse pesaba más que cualquier temor y ambos guardametas
tuvieron trabajo desde el inicio, aunque las ocasiones más claras se
resolvieron sin que ellos tuvieran que intervenir. Primero en un balón
de Cristian Herrera que se paseó delante de Codina, y un poco más tarde
en un golpeo al palo de Lafita desde fuera del área.
Pero fue un oasis en el desierto. Superado ese minuto 15, el
encuentro bajó sus pulsaciones y ambos equipos dejaron de lado la
inseguridad defensiva mostrada hasta entonces para empezar a ordenarse a
través de la pelota, olvidándose de atacar. Posesiones más largas que
propiciaron menos oportunidades. En una de las pocas que hubo, Damián
Suárez disparó y Rafa blocó con la mano. La pena máxima parecía clara
pero Iglesias Villanueva no lo vio, o consideró involuntaria la acción.
Tras el descanso, nada nuevo. El Elche manejaba el balón pero sin la
claridad necesaria y el Getafe fiaba su destino a una jugada a balón
parado con la que sumar su segunda victoria consecutiva. Avanzaban los
minutos y, vistos los pocos méritos futbolísticos, ninguno parecía capaz
de perforar la portería contraria. Los entrenadores movían el banquillo
en busca de un solo futbolista inspirado que pudiera resolver. Y
Escribá lo encontró en Boakye.
Con el partido casi acabado y ambos conjuntos dando por bueno el
empate, Carles Gil colgó un balón al área donde apareció la cabeza del
ghanés para llevar el delirio al Martínez Valero. Con la afición
ilicitana bostezando y enfilando los vomitorios después de una
placentera siesta, el joven delantero cambió las caras de sueño de su
afición por sonrisas. Convirtió el nerviosismo de toda la familia
blanquiverde por verse bordeando los puestos de descenso en ilusión por
estar un pasito más cerca de la salvación. Desde el palco, con un golpe
en su escritorio, Contra expresaba la rabia de los de su bando, de los
azulones, que no consiguen darle continuidad a la victoria en Mestalla y
deberán seguir peleando. Queda mucho, pero no tanto como para perder
así los puntos.
Elche CF: Manu Herrera, Damián, Botía, Pelegrín, Cisma, Carles Gil, Rubén Pérez, Carlos Sánchez (Javi Márquez, m.67), Rodrigues (Aarón, m.80), Coro y Cristian Herrera (Boakye, m.72).
Getafe CF: Codina, Arroyo, Lisandro, Alexis, Rafa, Pedro León (Sarabia, m.84), Borja (Castro, m.46), Lacen, Lafita, Juan Rodríguez (Michel, m.69) y Ciprian.
Gol: 1-0, m.93: Boakye.
Arbitro: Iglesias Villanueva (Comité Gallego). Amonestó al entrenador local Fran Escribá y a sus jugadores Carlos Sánchez, Damián Suárez y Aarón y a los visitantes Alexis y Lafita.
Incidencias: Partido de la trigesimo segunda jornada de la Liga BBVA disputado en el estadio Martínez Valero,
ante 31.100 espectadores. En los prolegómenos se homenajeó al ex jugador
y ex técnico ilicitano Carlos Maciá Bonet.
Musho Gameiro en el Pizjuán
El francés marcó dos golazos y fue la figura en el triunfo de los andaluces sobre los catalanes; Mbia había abierto la lata y Sergio García, descontado; Rakitic hizo el cuarto
Un doblete del delantero galo en el que
posiblemente hay sido su partido más completo desde que juega en
España, más los goles de Mbia y Rakitic, impulsan la candidatura del
conjunto de Emery para jugar la previa de la próxima Liga de Campeones.
El Espanyol, por otro lado, ve frenadas sus opciones europeas con esta
derrota.
Cuando se publicaron las alineaciones del partido y
faltaba Ivan Rakitic en el equipo titular de Unai Emery saltaron las
dudas en la parroquia sevillista. Sobre todo al comienzo del encuentro,
en el que la declaración de intenciones de ambos conjuntos era
inversamente proporcional a sus trayectorias –e intereses– en esta Liga.
El Sevilla esperaba y el Espanyol comenzó a enseñar los dientes. Pero
solo a eso. Porque muy rápido el conjunto hispalense tomó las riendas
del partido.
Y lo logró gracias a un inesperado protagonista
–aunque no para el sabio de Emery–, Piotr Trochowski. El exjugador del
Hamburgo no es Rakitic pero ni falta que le hace. Con su menuda
movilidad comenzó a conectar con los dos delanteros impuestos por el
técnico de Hondarribia en este duelo ante un casi siempre correoso
Espanyol. Primero avisó con un zurdazo desde fuera del área que se
marchó alto. Y en su segunda intervención ofensiva estrenó a Germán,
portero que debutaba en Primera División tras la expulsión de Kiko
Casilla en el pasado derbi ante el Barça. Y así, en la jugada siguiente,
Trochowski efectuaba un saque de esquina con un centro potente y
teledirigido al primer poste que encontró la huracánica llegada de
Stéphane Mbia para lograr el primer tanto del partido.
El gol
ofreció mayores alternativas al Sevilla pues tanto Bacca como Vitolo y
Kevin Gameiro adquirieron una mejor predisposición en ataque.
Precisamente estos dos últimos jugadores produjeron el segundo tanto
cuando la primera parte estaba a punto de finalizar. Se marchó el
grancanario con ese desparpajo insular por banda derecha y su centro al
área lo recogió el delantero galo tras controlar el balón con el pecho
al más puro estilo Kanoute para fusilar con un voleón de derecha al
guardameta ilicitanto del Espanyol.
La segunda parte comenzó
con un espasmo transformado en un nuevo penalti cometido por Federico
Fazio –ya lleva tres en esta Liga–. Aunque tampoco tuvo más opciones el
ex de Ferro Carril Oeste para detener a un Stuani que se planataba solo
ante Beto tras el intento de despeje infantil de Diogo Figueiras. La
pena máxima la materializó Sergio García engañando a Beto y encendía la
luz de la preocupación hispalense.
Unai Emery reaccionó dando
entrada a Rakitic por Bacca y así intentar mantener un poco más la
posesión ante un Espanyol que comenzaba a atacar más con los pulmones
que con la cabeza. Pero los pericos no se amedrentaron con la presencia
del genial centrocampista de Argovia y a punto estuvieron de silenciar,
sobre todo con un zurdazo de Sergio García que se marchó alto por poco, a
una afición que ya sueña con escuchar el himno de la Liga de
Campeones.
El partido se cerró a falta de cinco minutos con
otro de los aciertos estratégicos de Unai Emery en el partido: dar
entrada al velocísimo Marko Marin. Pero no fue por su velocidad sino por
su calidad pues el alemán ex del Chelsea filtró un pase que dejó
completamente solo a Gameiro para que el delantero galo lograse su tanto
nº 11 en esta Liga –la temporada pasada solo logró ocho con el París
SG en la Ligue 1–.
La rúbrica, cómo no, la puso el jugador de
moda del conjunto de Emery, Ivan Rakitic, tras recoger un balonazo de
Nico Pareja, plantarse solo ante el joven y asediado portero
espanyolista y superarle con un disparo raso y potente. 12 goles y 10
asistencias para el elegante y productivo centrocampista croata, que se
ha convertido esta temporada en el primer jugador del Sevilla que supera
los dos dígitos en goles y asistencias en una temporada liguera desde
el regreso de los sevillistas a la máxima categoría. Un futbolista de
Champions.
Sevilla FC: Beto; Diogo Figueiras, Fazio, Nico Pareja, Alberto Moreno; Iborra, M'Bia; Trochowski (Marko Marin, m.74), Gameiro, Vitolo (Jairo, m.84); y Bacca (Rakitic, m.62).
RCD Espanyol: German Parreño; Javi López, Raúl Rodríguez,
Sidnei, Fuentes; Abraham (Álex Fernández, m.46), David López; Stuani,
Pizzi (Manu Lanzarote, m.74), Simao (Córdoba, m.59); y Sergio García.
Goles: 1-0, m.18: M'Bia. 2-0, m.44: Gameiro. 2-1, m.46: Sergio García, de penalti. 3-1, m.84: Gameiro. 4-1, m.89: Rakitic.
Árbitro: Carlos Del Cerro Grande (Colegio Madrileño). Amonestó a los locales Fazio (m.46), M'Bia (m.51) y Diogo (m.60).
Incidencias: Partido de la trigésimo segunda jornada de la
Liga BBVA, disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán ante cerca de
30.000 espectadores. Césped en perfecto estado. Tarde calurosa. Se
guardó un minuto de silencio en memoria de Antonio Díaz Gil, 'Liz II',
jugador del Sevilla en la década de los cincuenta fallecido este fin de semana.
Un punto de sopor en Pucela
Pucelanos y chés igualaron en un partido aburrido y sumaron un punto que poco les sirve de cara a sus aspiraciones
Tras la dolorosa derrota del pasado jueves en
la Europa League, el Valencia tenía una buena oportunidad en Pucela de
coger el último tren hacia Europa y de lavar la mala imagen mostrada en
los últimos dos partidos. Para ello debía superar a un Real Valladolid
sumido en puestos de descenso a pesar de su victoria en la última
jornada ante un rival directo como el Almería. No corren buenos tiempos
para los valencianos ni para los vallisoletanos, por lo que la victoria
hoy era crucial para ambos. En el caso de los de Pizzi era una
obligación. Para los de JIM una necesidad.
El partido
arrancó con un ritmo muy alto y con el Valladolid apretando, más por
corazón que por juego. El hecho de jugar en casa obligaba a los
pucelanos a llevar la iniciativa. Poco le duró el dominio. El Valencia
comenzó a estirarse y a controlar el juego en la zona de máquinas. Así
llegó la primera ocasión clara del partido para los ché. El pase al
espacio de Vargas y el remate cruzado de Alcácer lo desvió Jaime con una
buena intervención. Los de JIM no se amilanaron y en la acción
posterior pudieron adelantarse por medio de Larsson, pero su remate lo
taponó con acierto Rubén Vezo. Precisamente fue el sueco quien dio la
nota negativa de la primera mitad al tener que retirarse del campo por
lesión en el minuto veintidós. Entró Jeffren.
El partido
continuaba por los mismos derroteros. Ritmo frenético sin apenas un
minuto de tregua y con alternancia de llegadas en uno y otro área. Los
dos conjuntos buscaban el gol pero si arriesgar en exceso. Y fue el
Valencia quien más cerca estuvo de conseguirlo gracias a un centro de
Feghouli que no supo aprovechar a bocajarro Eduardo Vargas. El chileno
perdonó la más clara del partido con todo a su favor. Los últimos
minutos de la primera mitad fueron de claro color naranja. Los de Pizzi
no lo aprovecharon y el descanso le vino a las mil maravillas al
conjunto vallisoletano.
La segunda mitad comenzó como acabó
la primera, con el Valencia llegando a las proximidades de la meta de
Jaime. Los del Turia seguían llevando el manejo del partido aunque le
faltaba precisión en los metros finales. Sufría el Valladolid ante el
dominio de los visitantes, que volvieron a perdonar el gol. El pase de
Vargas, el control maravilloso de Alcácer, pero no así la definición,
que se estrelló en el cuerpo de Jaime. Noche aciaga de cara a puerta
para el joven delantero valencianista.
El marcador no se
movía y las ocasiones llegaban cada vez con menos asiduidad. Los ché
acusaban el esfuerzo de la primera mitad y los blanquivioletas sólo
creaban peligro a balón parado. El tiempo corría en contra de ambos, ya
que el empate era malo para sus intereses. El Valladolid le puso coraje
en el tramo final y consiguió encerrar al Valencia espoleado por su
afición. El marcador ya no se movió y el empate no es un buen resultado
para ambos.
Real Valladolid: Jaime; Rukavina, Rueda, Valiente, Peña; Rubio (Rossi, min.77), Víctor Pérez, Larsson (Jeffren, min.22), Óscar; Manucho (Bergdich, min.58) y Javi Guerra.
Valencia CF: Guaita; Joao Pereira, Javi Fuego, Vezo, Bernat; Keita, Parejo, Feghouli (Piatti, min.61), Vargas (Michel, min.81), Fede (Oriol Romeu, min 91) y Paco Alcácer.
Árbitro: César Muñiz Fernández (Comité asturiano). Mostró tarjeta amarilla al jugador local Álvaro Rubio (min. 55) y al visitante Javi Fuego (min.70).
Incidencias: Partido correspondiente a la trigésimo segunda
jornada de la liga BBVA disputado en el estadio José Zorrilla ante unos
16.000 espectadores.
El camino a la Champions es cosa de Aduriz
Dos goles del delantero donostiarra en el primer tiempo decidieron el partido. San José falló un penalti con 0-0 y se anotó un autogol. Esguince de Mikel Rico.
Mucha tensión y ganas de hacer bien las cosas
en los primeros minutos, aunque pronto se esfumó la intensidad y ambos
equipos se tomaron el partido de un modo muy diferente. El Levante,
enmarañado en su propia tela de araña, echaba balones fuera ante la
insistencia de los jugadores del Athletic, que querían pisar área y
aprovechar las pocas oportunidades que sabían que iban a tener.
Y San José la tuvo muy pronto, y muy clara. En una acción aislada, Muniaín fue derribado dentro del área por Juanfran. Era el minuto 12, penalti favorable al Athletic para encarrilar el partido pero el defensor rojiblanco mandó fuera el esférico. No están finos los de Valverde esta temporada desde los once metros, y ya han fallado cuatro de las ocho penas máximas de las que han gozado.
Tan sólo tres minutos después, Aritz Aduriz aparecería para enmendar el error de su compañero Mikel San José. El veterano delantero aprovechó un pase de Susaeta a la medular del área para golpear de primeras. El máximo goleador del Athletic tuvo la suerte del goleador, ya que su disparo rebotó en la pierna de Simao para engañar completamente a Keylor Navas y acabar entrando para poner el 1-0 en el luminoso.
Sin noticias de la reacción del Levante, las pocas pinceladas de fútbol las ponía el Athletic. Sobre todo en la primera media hora, hasta la lesión de Mikel Rico. La salida del terreno de juego del 17 del Athletic restó presencia al equipo en el área del Levante. Sólo las arrancadas de Muniaín alertaban de peligro a los defensas del equipo granota, que por el otro flanco tenían también bajo supervisión a un Markel Susaeta que se hinchó a poner centros al área en los primeros cuarenta y cinco minutos.
Caparrós se desesperaba en la banda en los minutos más aburridos del partido, que señalaban prácticamente al túnel de vestuarios cuando apareció de nuevo Aduriz para rubricar su doblete. El delantero del Athletic conectaba un cabezazo imposible para Keylor Navas, tras un centro impecable de Ander Herrera, que demostraba tener un guante en su pierna menos buena.
Comenzaba la segunda parte con dos cambios en el equipo de Caparrós, que buscaba profundidad en las bandas y tener más el balón con la entrada de Pedro López y Sergio Pinto. El Levante encontró el premio a una insistencia que se había mostrado más en ganas e intensidad que en ocasiones sobre la meta de Gorka. San José redondeó su noche de infortunios con un gol en propia, un gol que operó de forma negativa en los jugadores del Levante. Lejos de avanzar filas en busca del gol, el Levante volvió a ser el equipo sin alma de la primera mitad, quizá con algo más de mordiente pero sin llegar a tratar bien el balón en ninguna fase del partido.
Aduriz pudo sentenciar el choque en un uno contra uno ante un gran Keylor Navas, pero el meta costarricense se impuso y logró hacerse con el balón en el intento de vaselina del delantero guipuzcoano. Poco más daría de sí una segunda parte que, a buen recaudo, esperaba algo más del Levante, y más aún cuando los de Caparrós tuvieron casi media hora por delante para meter al Athletic en su área.
Victoria importante para el Athletic que mantiene al Sevilla a seis puntos a falta de otras tantas jornadas para el final de la Liga. El Levante, por su parte, tiene que esperar para certificar su presencia la próxima campaña en Primera División, podrá intentarlo el fin de semana que viene en El Madrigal ante el Villarreal.
Y San José la tuvo muy pronto, y muy clara. En una acción aislada, Muniaín fue derribado dentro del área por Juanfran. Era el minuto 12, penalti favorable al Athletic para encarrilar el partido pero el defensor rojiblanco mandó fuera el esférico. No están finos los de Valverde esta temporada desde los once metros, y ya han fallado cuatro de las ocho penas máximas de las que han gozado.
Tan sólo tres minutos después, Aritz Aduriz aparecería para enmendar el error de su compañero Mikel San José. El veterano delantero aprovechó un pase de Susaeta a la medular del área para golpear de primeras. El máximo goleador del Athletic tuvo la suerte del goleador, ya que su disparo rebotó en la pierna de Simao para engañar completamente a Keylor Navas y acabar entrando para poner el 1-0 en el luminoso.
Sin noticias de la reacción del Levante, las pocas pinceladas de fútbol las ponía el Athletic. Sobre todo en la primera media hora, hasta la lesión de Mikel Rico. La salida del terreno de juego del 17 del Athletic restó presencia al equipo en el área del Levante. Sólo las arrancadas de Muniaín alertaban de peligro a los defensas del equipo granota, que por el otro flanco tenían también bajo supervisión a un Markel Susaeta que se hinchó a poner centros al área en los primeros cuarenta y cinco minutos.
Caparrós se desesperaba en la banda en los minutos más aburridos del partido, que señalaban prácticamente al túnel de vestuarios cuando apareció de nuevo Aduriz para rubricar su doblete. El delantero del Athletic conectaba un cabezazo imposible para Keylor Navas, tras un centro impecable de Ander Herrera, que demostraba tener un guante en su pierna menos buena.
Comenzaba la segunda parte con dos cambios en el equipo de Caparrós, que buscaba profundidad en las bandas y tener más el balón con la entrada de Pedro López y Sergio Pinto. El Levante encontró el premio a una insistencia que se había mostrado más en ganas e intensidad que en ocasiones sobre la meta de Gorka. San José redondeó su noche de infortunios con un gol en propia, un gol que operó de forma negativa en los jugadores del Levante. Lejos de avanzar filas en busca del gol, el Levante volvió a ser el equipo sin alma de la primera mitad, quizá con algo más de mordiente pero sin llegar a tratar bien el balón en ninguna fase del partido.
Aduriz pudo sentenciar el choque en un uno contra uno ante un gran Keylor Navas, pero el meta costarricense se impuso y logró hacerse con el balón en el intento de vaselina del delantero guipuzcoano. Poco más daría de sí una segunda parte que, a buen recaudo, esperaba algo más del Levante, y más aún cuando los de Caparrós tuvieron casi media hora por delante para meter al Athletic en su área.
Victoria importante para el Athletic que mantiene al Sevilla a seis puntos a falta de otras tantas jornadas para el final de la Liga. El Levante, por su parte, tiene que esperar para certificar su presencia la próxima campaña en Primera División, podrá intentarlo el fin de semana que viene en El Madrigal ante el Villarreal.
Levante UD: Keylor Navas, Vyntra (Pedro López, m.46), Rodas, Juanfran, El Adoua, Diop (Sergio Pinto, m.46), Simao, Xumetra (Babá, m.75), Víctor, Rubén García y Barral.
Athletic de Bilbao: Iraizoz, De Marcos, Etxeita, San José, Balenziaga, Iturraspe, Mikel Rico (Erik Morán, m.31), Susaeta (Toquero, m.85), Ander Herrera (Beñat, m.79), Muniain y Aduriz.
Goles: 0-1, m.15: Aduriz. 0-2, m.45: Aduriz. 1-2, 66: San José, en propia puerta.
Árbitro: Estrada Fernández (Comité Catalán). Mostró tarjeta amarilla a los locales Rubén García y Víctor Casadesús y al visitante Erik Morán. Expulsó a Barral, por doble tarjeta amarilla, con el tiempo ya finalizado.
Incidencias: Partido de la trigésimo segunda jornada de la
Liga BBVA disputado en el estadio Ciutat de València ante 10.600
espectadores. Terreno de juego en buenas condiciones. Se guardó un
minuto de silencio en memoria de Óscar Martínez, jugador del juvenil B
del Ontinyent fallecido este fin de semana.
Posición
|
Equipo
|
Puntos
|
Jugados
|
Ganados
|
Empatados
|
Perdidos
|
GF
|
GC
|
1
| ATLÉTICO DE MADRID |
79
| 32 | 25 | 4 | 3 | 70 | 22 |
2
| FC BARCELONA |
78
| 32 | 25 | 3 | 4 | 92 | 26 |
3
| REAL MADRID |
76
| 32 | 24 | 4 | 4 | 90 | 32 |
4
| ATHLETIC DE BILBAO |
59
| 32 | 17 | 8 | 7 | 55 | 35 |
5
| SEVILLA FC |
53
| 32 | 15 | 8 | 9 | 59 | 47 |
6
| REAL SOCIEDAD |
50
| 32 | 14 | 8 | 10 | 54 | 48 |
7
| VILLARREAL CF |
49
| 32 | 14 | 7 | 11 | 51 | 38 |
8
| VALENCIA CF |
41
| 32 | 11 | 8 | 13 | 44 | 45 |
9
| LEVANTE UD |
40
| 32 | 10 | 10 | 12 | 30 | 40 |
10
| RCD ESPANYOL |
40
| 32 | 11 | 7 | 14 | 35 | 40 |
11
| MÁLAGA CF |
38
| 32 | 10 | 8 | 14 | 35 | 40 |
12
| RAYO VALLECANO |
36
| 32 | 11 | 3 | 18 | 37 | 68 |
13
| RC CELTA DE VIGO |
36
| 32 | 10 | 6 | 16 | 34 | 47 |
14
| ELCHE CF |
35
| 32 | 8 | 11 | 13 | 26 | 42 |
15
| GRANADA CF |
34
| 32 | 10 | 4 | 18 | 29 | 46 |
16
| ATLÉTICO OSASUNA |
33
| 32 | 9 | 6 | 17 | 28 | 53 |
17
| REAL VALLADOLID |
31
| 32 | 6 | 13 | 13 | 32 | 50 |
18
| GETAFE CF |
31
| 32 | 8 | 7 | 17 | 29 | 49 |
19
| UD ALMERÍA |
30
| 32 | 8 | 6 | 18 | 34 | 60 |
20
| REAL BETIS BALOMPIÉ |
22
| 32 | 5 | 7 | 20 | 28 | 64 |
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