Justo reparto de puntos entre rojillos y blanquivioletas que no les sirve para alejarse de la zona de peligro. Los pucelanos pueden terminar la jornada en puestos de descenso
El Sadar se convertía en testigo directo de una de las seis finales que le restaban a Osasuna y Valladolid
en la lucha por la permanencia. Dos conjuntos que llegaban al duelo
situados al borde del precipicio del descenso, separados por dos puntos.
Su delicada situación provocaba que todo lo que no fuese ganar les
podía condenar a acabar la jornada en zona de descenso a falta de cinco
partidos para el final. De ahí la importancia vital del choque.
La
trascendencia del partido no se hacía notar en unos minutos iniciales
en los que Osasuna, espoleado por su afición, llevaba el mando del
partido ante la pasividad de los visitantes, que no eran capaces de
salir de su campo con el balón jugado. Los navarros ganaban metros a
medida que pasaban los minutos y en el minuto nueve pudieron
adelantarse si no llega a ser por el larguero. El zapatazo desde la
frontal de Álvaro Cejudo lo repelió el poste, evitando un auténtico
golazo.
El Valladolid no daba señales de vida y se limita a pasar
los minutos encerrado en su campo, esperando a cazar una posible contra
que no se produjo en toda la primera parte. La parsimonia de los
blanquivioletas corroboraba porque era el equipo de la Liga con menos
victorias a domicilio junto con el colista Betis (1). A pesar de ello,
los de Javi Gracia sólo se acercaban tímidamente al área visitante y se
llegó al descanso con el 0-0 inicial.
El descanso cambio la cara
del Valladolid, que comenzó la segunda mitad mejor asentado y
estrellando un balón en el palo. El centro desde la esquina de Víctor
Pérez sorprendió a Andrés Fernández y, de no ser por el poste, hubiese
sido un gol olímpico del mediocentro. Osasuna respondía en la siguiente
jugada con un mano a mano de Cejudo, que no consiguió superar a Jaime.
El portero aguantó hasta el final y le acabó arrebatando el esférico.
Los
visitantes mantenían un dominio estéril sobre los pamplonicas que, a
pesar de ello, eran los que gozaban de las mejores ocasiones. Oriol
Riera, libre de marca, perdonó de manera incomprensible en una de sus
mejores facetas, el remate de cabeza. El gol no llegaba y sólo un error
defensivo en el último tramo del encuentro podía hacer presagiar un
cambio de resultado.
La tuvo el Valladolid en los pies de Javi
Guerra, en la que fue la ocasión más clara del partido para los
visitantes. El remate del malagueño lo detuvo con una buena estirada
Andrés Fernández, salvando un punto crucial para su equipo. El punto no
deja satisfechos a ninguno, especialmente a los de JIM, que dependerán
de lo que hagan Getafe y Almería en sus respectivos encuentros para
situarse o no en descenso al cierre de la jornada.
Atlético Osasuna: Andrés Fernández; Marc Bertrán, Arribas, Miguel Flaño, Damià; Raoul Loé, Silva; Cejudo (Lobato, m.69), De las Cuevas (Oier, m.78), Roberto Torres; y Oriol Riera (Acuña, m.89).
Real Valladolid: Jaime; Rukavina, Jesús Rueda, Mitrovic, Peña; Víctor Pérez (Marc Valiente, m.75), Álvaro Rubio; Larsson (Manucho, m.53), Óscar, Bergdich (Jefren, m.91); y Javi Guerra.
Árbitro: Clos Gómez (Comité Aragonés). Mostró tarjeta amarilla a Mitrovic (m.65), del Valladolid.
Incidencias: Partido de la trigésima tercera jornada de la Liga BBVA disputado en el estadio El Sadar ante 17.914 espectadores.
El Celta rescata un punto ante el conformismo txuri-urdin
Un gol de Santi Mina, el segundo que marca en Primera División, permitió a los de Luis Enrique salvar un punto
La lucha del Celta tuvo su premio y
consiguió salvar un punto ante la Real Sociedad en un choque que se le
había puesto cuesta arriba con la expulsión de Aurtenetxe al inicio de
la segunda mitad. Canales abrió el marcador a los ocho minutos. El
jugador cántabro volvió a ver portería en liga casi un año después. Su
último tanto lo había marcado el 20 de abril de 2013 como jugador del
Valencia ante el Málaga. Nolito lograba la igualada marcando de penalti.
Con el Celta buscando el segundo el que lo consiguió fue el equipo de
Arrasate con un tanto de Griezmann a dos minutos del descanso. Los
celestes no perdieron la fe y lograron la igualada por medio de Santi
Mina.
La Real trató de tomar la iniciativa aunque el Celta tapaba bien los
huecos y obligada a retroceder a su rival. La primera ocasión fue para
los de Arrasate en un cabezazo de Canales directamente a las manos de
Yoel a los dos minutos de juego. El propio jugador fue el encargado de
abrir el marcador y estrenar su cuenta goleadora en esta liga. A los
ocho minutos un disparo de Sergio Canales golpeó en un defensa pero el
rechace llegó a él que batió a Yoel colándole el balón por debajo del
brazo.
Ni siquiera con el marcador en contra fue capaz de reaccionar el
Celta que no dio ninguna sensación de peligro en los primeros compases,
de hecho, ni apareció por las inmediaciones de la meta de Bravo. Con el
paso de los minutos los gallegos pusieron algo más de intención a su
juego y tuvieron su primer remate en las botas de Nolito aunque Bravo
despejó el esférico, ya en el minuto 23.
A partir de ese momento el cuadro celeste se hizo con el mando del
partido y asedió la meta de Claudio Bravo. La insistencia tuvo su premio
cuando en el minuto 36 Estrada Fernández señaló penalti a favor de los
gallegos por un derribo de Íñigo Martínez, al que le perdonó la segunda
amarilla, sobre Mario Bermejo. Como ya hiciera ante el Sevilla, Nolito
convirtió la pena máxima, poniendo la igualada en el marcador.
Pero, cosas del fútbol, cuando más buscaba el Celta el segundo quién
iba a lograrlo sería la Real Sociedad. En el minuto 43 Griezmann
aprovechó un mal control de Cabral para hacerse con el esférico, lo
protegió, se giró y lanzó un potente disparo que golpeó en el larguero
antes de colarse en la meta gallega. El francés se reencontraba con el
gol tras siete jornadas ligueras sin ver portería.
El partido se le complicó al equipo de Luis Enrique nada más
iniciarse la segunda parte cuando se quedaba con uno menos al ser
expulsado Aurtenetxe por una entrada con los tacos a Carlos Vela. Pero
no se notó la inferioridad numérica de un equipo gallego que siguió
buscando la igualada aunque la Real daba más sensación de peligro a
pesar de llegar menos a la meta de Yoel.
Pero la lucha y la entrega de los vigueses tuvieron su premio en el
minuto 82. Un centro de Orellana lo dejó pasar Fontás para que
apareciera Santi Mina y batiera a Yoel. Era el segundo tanto del joven
jugador tras el que marcara en septiembre ante el Athletic en San Mamés.
Los de Luis Enrique aguantaron hasta el final, incluso dispusieron de
alguna otra llegada a la meta de Bravo, para sumar el punto.
RC Celta de Vigo: Yoel Rodríguez; Hugo Mallo, Cabral (Íñigo López,
min.70), Aurtenetxe, Jonny; Fontás, Krohn-Dehli, Augusto Fernández
(Orellana, min.61); Rafinha, Nolito y Bermejo (Santi Mina, min.61).
Real Sociedad: Claudio Bravo;
Zaldua, Mikel, Íñigo Martínez, José Ángel; Zurutuza (Chori Castro,
min.85), Bergara; Vela, Canales (Rubén Pardo, min.75), Griezmann;
Aguirretxe (Seferovic, min.82).
Goles: 0-1 Canales, min.7; 1-1 Nolito (p), min.37; 1-2
Griezmann, min.42; 2-2 Santi Mina, min.81
Árbitro: Estrada Fernández
(Colegio Catalán). Expulsó con tarjeta roja directa al local
Aurtenetxe (min.47). Además, mostró tarjeta amarilla a Hugo Mallo,
Bermejo, Cabral por parte del Celta de Vigo, y a Íñigo Martínez,
Canales, Rubén Pardo y Griezmann por parte de la Real Sociedad.
Incidencias: Partido de la trigésimo tercera jornada de la
liga BBVA disputado en el estadio municipal de Balaídos ante 20.839
espectadores, según anunció el club vigués.
Hasta el rabo todo es toro
En un partido que se cerraba con el resultado más justo, un empate a cero como imagen de la falta de claridad ofensiva de ambos equipos, un testarazo del francés Perbet cambió el guión
La agradable temperatura de la tarde de
sábado en Vila-real invitaba más a echarse una buena siesta que a la
práctica del fútbol o siquiera a verlo desde las gradas de un estadio
como el de El Madrigal. Una circunstancia que los veintidós jugadores se
encargaron de promover con una pasión desmedida, como si su profesión
fuera una suerte de somníferos humanos en lugar de la de deportistas de
élite.
Más de uno y más de dos en las gradas del coliseo
amarillo debieron de dar alguna cabezada furtiva y es probable que el
volumen de los bostezos superase al de los cánticos en según qué fases
de la primera mitad. El Villarreal dominó claramente la posesión del
cuero hasta el descanso, con un 65,9%, pero la poca velocidad y
profundidad que los amarillos eran capaces de imprimirle a su juego
ofensivo le facilitaba enormemente el trabajo a un Levante que se
limitaba a esperar junto a los límites de su área para evitar que
cualquier ocasión local llegase a buen puerto. Los balones en largo sin
un destinatario claro eran la única alternativa que planteaba el
conjunto de Joaquín Caparrós durante la primera media hora del choque en
las contadas ocasiones en que se sorprendían a sí mismos con el balón
en sus botas.
Keylor Navas y Sergio Asenjo pasaron el primer
acto como dos testigos de lujo de un espectáculo que no merecía el mismo
apelativo. Ninguno de los dos equipos fue capaz de rematar ni una sola
vez entre los tres palos durante la primera mitad. De los tres disparos
del Villarreal en dicho periodo, la defensa del Levante consiguió
interceptar dos de ellos antes de que llegasen a los dominios de Keylor
Navas y el otro se marchó directamente fuera. La misma suerte que este
último corrieron los dos intentos del Levante antes del paso por
vestuarios, con Víctor y Simao como protagonistas.
Tras la
reanudación, apenas si cambió el guión del enfrentamiento. A pesar de
que, en los primeros diez minutos, el Levante apuntaba con más claridad
en dirección al área local y acumulaba más efectivos en los contragolpes
en los que basaba sus opciones de ataque, pronto regresaron los
granotas a sus dominios para centrarse en defender ante un Villarreal
que seguía sin dar muestras de ser capaz de generar peligro alguno.
Esta
circunstancia, sin embargo, unida a la lesión de Bruno, que no quería
abandonar el terreno de juego a pesar de no estar al 100%, acabó por
intentar aprovecharla el Levante, que llegó a marcar el ritmo del
partido durante algunos minutos, e incluso genero peligro en las botas
de Ángel y Diop, ambos desde fuera del área.
Esta nueva
situación enrabietó en cierto modo a los locales, heridos en su orgullo
al ver como después de haber dominado el partido hasta el momento, veían
que el gol visitante parecía más cercano que el suyo. Volvieron a
volcarse los villarrealenses sobre la meta de Keylor Navas, pero ni
Trigueros ni Aquino fueron capaces de convertir ese nuevo ímpetu en
cambios en el marcador. Así, en vista de la falta de éxito, las luces de
unos y otros fueron apagándose y todo apuntaba a que el partido iba a
morir con el resultado más próximo a lo que se había visto sobre el
terreno de juego: el empate a cero.
Pero el fútbol es un deporte
en el que un segundo de inspiración sirve para cambiar por completo el
guión de un encuentro. Y así fue. En el cuarto minuto de los cinco de
descuento, Nikos derribaba a Aquino en la banda derecha, junto al área,
provocando la que iba a ser la última acción del partido. Manu Trigueros
la botaba con precisión y Perbet se elevaba sobre sus rivales para
sacar un testarazo al fondo de las mallas que cerrase el choque
definitivamente a su favor, sorprendiendo a propios y extraños.
De
esta forma, saca el Villarreal tres puntos en un partido en el que los
espectadores apenas tuvieron algo que llevarse a la boca, más allá del
inesperado y postrero gol local, que le permiten dar un paso importante
en su camino hacia Europa. Mientras, el Levante vio como un chispazo
acabó por fundirle los plomos tras haber destinado todos sus esfuerzos a
evitar que el casillero local del marcador de El Madrigal se moviera.
Villarreal CF: Asenjo;
Mario, Musacchio, Pantic, Jaume Costa; Bruno (Nahuel, m. 72), Pina
(Trigueros, m. 46), Óliver Torres (Aquino, m. 46), Cani; Jonathan
Pereira y Perbet.
Levante UD: Keylor Navas; Vyntra, David Navarro, Juanfran, Nikos; Simao, Diop (El Adoua, m. 79); Pedro López (H. Rodas, m. 86), V. Casadesús, Rubén; y Babá (Ángel, m. 60).
Gol: 1-0, m.94: Perbet.
Árbitro: Hernández Hernández (Comité Canario). Amarilla a los
locales Trigueros (m. 73) y Pantic (m. 90); así como a los visitantes
Diop (m. 79) y Nikos (m. 94).
Incidencias: Partido correspondiente a la trigésimo tercera
jornada de la Liga BBVA disputado en el estadio El Madrigal ante la
presencia de 15.535 espectadores.
Todo es posible en Granada, salvo la Liga
Lo intentó de todas las maneras, pero fue imposible. Tras decir adiós a la Champions, a los culés se les escapa la Liga tras batir record de posesión y de remates esta temporada
Ni desde fuera, ni desde dentro, ni de
jugada, ni a balón parado, ni por arriba, ni por abajo. Karnezis era una
auténtica pesadilla con paradas salvadoras. Andrés Iniesta no paraba de
rematar desde lejos, Fábregas se animó al final con el mismo éxito,
Pedro se perdía con centros demasiado duros que no podían ser rematados.
Todos menos Leo Messi que apenas aparecía. Quien si destacó fue Neymar,
que no paraba de intentarlo, combinando, cayendo entre líneas,
asistiendo, desmarcándose,…., pero nada. En global, un 80,2% de
posesión, 29 remates totales, 33 centros al área y 13 saques de esquina.
Todos estos datos, menos el último, récord absoluto de los cules en un
encuentro de liga esta temporada. Brutal, todo para nada. Para caer
derrotado.
Llegaba el Barcelona a Granada muy tocado en su moral después de la
imagen ofrecida en el Vicente Calderón el pasado miércoles donde se
despidió de una de las tres competiciones a las que aspiraba. Aparte las
bajas en defensa no ayudaban. Tata Martino se veía obligado a rotar,
daba descanso a Dani Alves, Jordi Alba y Xavi, pero se debatía de quien
tenía que acompañar a Javier Mascherano en el centro de la defensa.
Finalmente, Sergio Busquets se impuso a Adriano y a Song, que también
fueron titulares, y no tuvo mayor problema, sobre todo si tenemos en
cuenta que el tanto de Brahimi (tres goles en liga, los tres en el Nuevo
Los Cármenes) se debió a un fenomenal servicio de Piti entre líneas que
no cerró bien Montoya.
Y eso que el lateral derecho del Barcelona, titular presente en
episodios para olvidar como Bilbao, San Sebastián, Orriols y Pamplona,
fue uno de los que más dio profundidad a un Barcelona que, tras el gol
encajado, comenzó a dominar, a tocar, a pasar y, sobre todo, a rematar
sobre la portería de Karnezis. El griego, que fue la sorpresa del once
de Lucas Alcaraz, solo había jugado el día que el Almería goleó al
Granada 3-0 y la eliminatoria en que el Alcorcón apeó a los andaluces en
los penaltis. El agobio fue inversamente proporcional a las
oportunidades manifiestas, pero la amenaza constante y los remates
estaban ahí. Tanto que, solo en la primera mitad, los blaugranas habían
disparado más sin marcar en un partido entero de liga (14).
El voluntarioso Neymar, que era el que más lo intentaba: no ha habido
partido en esta liga en el que lo haya intentado más (seis remates), se
pasaba de revoluciones y Manuel Iturra le sacaba de quicio. Un
desquiciamiento que después se trasladaría en un Leo Messi desconocido
que vería su primera amarilla de la liga. El Granada estaba desarbolado,
aunque forzó que Pinto sembrara todas las dudas posibles en un disparo
fácil de Piti que se le escaparía y que Álvarez Izquierdo anularía por
fuera de juego. Aún así, era cuestión de abrir la lata.
Al fin y al cabo se trataba de un plaza asequible, el Barcelona solo
había perdido al Granada en cuatro de sus 19 partidos ligueros como
visitante (4E 11D). De hecho, la última victoria del conjunto granadino
sobre los catalanes fue en la 71/72 (2-0), temporada en la que logró una
de sus dos mejores clasificaciones en Primera. Pues el milagro se
produciría. Claro, que se produciría, el Barcelona mordía el polvo en
Andalucía por primera vez desde marzo de 2008 cuando sucumbiera en el
Benito Villamarín
El problema del Barça no era la defensa, que no hizo falta y que
incluso estuvo expeditiva en las contras. El Arabi tuvo dos manos a
manos, pero Montoya primero providencial por detrás y segundo Pinto al
repeler unos contra unos consecutivos desbarataban las opciones nazaríes
por sentenciar. Porque el resto fue un monólogo. El Granada terminó con
cinco defensas, pero feliz porque ve el descenso más cerca (37 puntos).
El Barcelona, a expensas de Real Madrid y Atlético de Madrid en la
durísima carrera por la liga.
Granada CF: Karnezis; Nyom, Ilori, Murillo (Mainz,
m.88), Foulquier; Iturra; Brahimi (Bravo, m.65), Fran Rico, Recio, Piti
(Coeff, m.72); y El Arabi.
FC Barcelona: Pinto; Montoya, Busquet (Alexis, m.74), Mascherano, Adriano (Alba, m.67); Song, Iniesta, Fabregas; Neymar, Messi y Pedro.
Árbitro: Delgado Ferreiro (Comité Vasco). Mostró cartulina amarilla a los visitantes Neymar, Messi y Busquets.
Gol: 1-0, m.15: Brahimi.
Incidencias:
Partido correspondiente a la trigésimo tercera jornada de la Liga BBVA
disputado en el Estadio Nuevo Los Cármenes ante más de 18.200
espectadores.
El ensayo para Mestalla funciona con precisión
El Real Madrid golea con facilidad al Almería con la previsible delantera que jugará la final de Copa del Rey si Cristiano Ronaldo no se recupera a tiempo
El Real Madrid
es una máquina de rubricar objetivos. Hasta cinco logró cumplir en el
duelo ante el Almería. Sumar tres puntos vitales que le aúpa al primer
puesto de la clasificación empatado con el Atlético. Coger confianza de
cara a la final del próximo miércoles en Mestalla. Saber vivir sin
Cristiano Ronaldo –y sin Sergio Ramos–. Demostrar diferentes
alternativas en ataque con cambios posicionales en jugadores importantes
como Di María y Bale. Y, el más importante por su destinatario y
próximo rival, el Barcelona. El Real Madrid no perdona.
Y eso que
el partido comenzó bien para Francisco y su Almería de autor. Bien
posicionados en el centro del campo, con Jonathan Zongo y Hélder Barbosa
tapando las subidas de los laterales, y un trivote en el centro del
campo para ahogar el buen hacer de Modric, Isco y el hoy titular Asier
Illarramendi. Pero el punto flojo estaba en una inexperta zaga de
Francisco, liderada por un Hans Martínez que realizaba su debut en la
Liga. Y el Madrid fagocitó esa inexperiencia.
El jugador que supo
leer a la perfección este déficit del conjunto almeriense fue Ángel Di
María. El extremo rosarino hizo de Bale en esa posición de falso extremo
derecho y con su eléctrica movilidad comenzó a desbaratar el
planteamiento de Francisco. En tres ocasiones –una de ellas al poste– lo
intentó el argentino ex del Benfica. Hasta que en una asociación suya
por la derecha con un valiente Nacho, y tras una serie recortar a un
contrario, la pegó con colocación para lograr el primer tanto del
partido.
El gol destruyó toda ilusión almeriense por lograr algo
positivo del Bernabéu y el Madrid comenzó a arrollar a su rival. Hasta
12 remates intentó el combinado de Carlo Ancelotti en el primer acto
–solamente dos el de Francisco– pero entre Esteban y la falta de
puntería evitaron una mayor goleada madridista. Puntuar en el Bernabéu
era posible para el Almería. Pero la salvación del equipo de Francisco
no pasa por lograr la hazaña en el coliseo blanco. Si no por empezar a
pensar en sus rivales directos.
La segunda parte sería otra
historia. Sobre todo porque Karim Benzema se puso el frac y comenzó a
hacer lo que mejor sabe. Dar pases de gol. Y con dos asistencias,
fantásticas ambas, el delantero galo dejó el choque visto para
sentencia. Primero asistió a Gareth Bale, para que el galés lanzara un
aviso a Neymar de que ha llegado su hora en el próximo clásico. Y
después a Isco, que supo aprovechar a la perfección su oportunidad y su
nuevo rol como mediapunta del equipo. La rúbrica la puso un motivado
Álvaro Morata tras recoger una sensacional asistencia de Illarramendi al
más estilo Bernd Schuster.
Real Madrid: Diego López; Nacho, Pepe, Varane, Coentrao (Llorente, 73’); Modric, Illarra, Di María (Casemiro, 64’); Bale (Morata, 70’), Benzema e Isco.
UD Almería:
Esteban; Nelson, Torsiglieri, Hans, Mané; Verza, Corona (Soriano, 72’),
Tébar, Barbosa; Zongo (Díaz, 69’) y Rodri (Vidal, 58’).
Goles: 1-0, Di María (28’); 2-0, Bale (52’); 3-0, Isco (56’); 4-0, Morata (85’)
Árbitro: Martínez Munuera (Comité Valenciano). No amonestó a nadie.
Incidencias: Encuentro de la trigésimo tercera jornada de Liga de Primera División
disputado en el estadio Santiago Bernabeu ante unos 65.800 espectadores.
Velasco Carballo se viste de nazareno en el Santo Entierro
La expulsión de Juan Carlos, tras un inexistente penalti sobre Bacca, determina un derbi sevillano que sentenció Gameiro con dos tantos que ponen al Betis casi en Segunda
El derbi sevillano más desigual de los últimos años comenzó intenso, aunque sin fluidez en el fútbol de ambos conjuntos. Pese al poco ritmo de juego y las constantes faltas e interrupciones que se vivieron en el primer cuarto de hora en el Benito Villamarín, el Betis fue el que llevó más la iniciativa ofensiva, sobre todo por banda derecha y a través de las constantes subidas por banda de Juanfran.
Con el transcurso del partido los béticos fueron embotellando al Sevilla en su campo, que a pesar de un par de remates peligrosos de Rubén Castro y Vadillo que se marcharon fuera, no pasaban apuros ante la inocencia de los ataques verdiblancos. A la media hora de juego el Sevilla pisó por primera vez el área rival y el partido dio un vuelco definitivo. Bacca se encontró solo frente a la portería de Adán cuando Juan Carlos le hizo una entrada por detrás que acabó derribando al colombiano. Pese a que el defensor tocó la pelota, Velasco Carballo señaló penalti y tuvo que expulsar a bético al tratarse del último defensor.
Gameiro transformó la pena máxima con un remate fuerte y al centro para poner el 0-1 con el que se llegó al descanso ante la impotencia e indignación de los jugadores locales, que quedaron muy tocados anímicamente tras la polémica decisión arbitral.
En la reanudación, el partido perdió ritmo y de nuevo se volvieron a ver constantes interrupciones. El Betis se acercaba al área en pocas ocasiones y a través de jugadas a balón parado pero el Sevilla daba mayor sensación de peligro y pudo sentenciar el partido en varias ocasiones aprovechando su superioridad numérica. Adán salvó a su equipo del segundo gol hasta en 3 ocasiones, primero a remate de Gameiro en el minuto 54 y después en 2 acciones casi consecutivas con remates de Vitolo y Carriço que desbarató de nuevo el cancerbero verdiblanco.
El Betis atacaba con más corazón que cabeza y lo intentó hasta el final buscando balones colgados al recién entrado Brian Rodríguez. Antes Rubén Castro lo había intentado con un libre directo que desvió Beto a córner, en la única intervención de mérito del portero luso en todo el partido. Ya con el Betis muy cansado, el Sevilla sentenció el derbi con un nuevo gol de Gameiro en el minuto 82. El delantero galo aprovechó un buen pase de Diogo, que le cedió el esférico para que solo tuviera que empujarla y poner un 0-2 que desahucia a su más encarnizado rival a Segunda División.
Real Betis Balompié: Adán; Juanfran (Brian Rodríguez, m.78), Amaya, Jordi Figueras, Juan Carlos; Nono, N'Diaye; Leo Baptistao (Cedrick, m.60), Vadillo (Chica, m.40); Jorge Molina y Rubén Castro.
Sevilla FC: Beto; Diogo Figueiras, Carriço, Fazio, Alberto Moreno (Fernando Navarro, m.45); M'Bia, Iborra; Trochowski (Vitolo, m.46), Reyes; Gameiro y Bacca (Rakitic, m.74).
Goles: 0-1, M.29: Gameiro, de penalti. 0-2, M.82: Gameiro.
Árbitro: Carlos Velasco Carballo (Comité Madrileño). Expulsó con roja directa en el minuto 26 al bético Juan Carlos por hacer un penalti en una jugada de claro peligro. Además, amonestó a los locales N'Diaye (m.5), Rubén Castro (m.30), Baptistao (m.57) y Chica (m.61) y a los visitantes Trochowski (m.13), Reyes (m.34), Vitolo (m.55) y Fernando Navarro (m.69).
Incidencias: Partido de la trigésimo tercera jornada de la Liga BBVA, disputado en el estadio Benito Villamarín ante cerca de 33.000 espectadores, entre ellos unos 1.500 sevillistas ubicados en una zona acotada para la afición visitante. Terreno de juego en buenas condiciones. El comienzo del encuentro se retrasó unos minutos para retirar unos papeles lanzados desde la grada de Gol Sur al área que defendía el Sevilla y que impedían la buena visibilidad.
Resacón dulce en Mestalla
Un tanto del ex-madridista Parejo y un penalti parado a Damián Suárez por Vicente Guaita fueron los detalles que decidieron el derbi regional
El Valencia
se impuso al Elche por 2-1 y alarga la agonía de la permanencia de los
ilicitanos en Primera División. De esta manera, el Valencia ha ganado
nueve de sus últimos 11 enfrentamientos con el Elche en Primera (1E 1D),
solo perdió el último que disputaron (2-1 esta temporada). Imponiéndose
al ilicitano en diez de sus últimos 13 partidos como local en la máxima
categoría (24 goles a favor y solo cuatro en contra).
No es nada nuevo en el mundo del fútbol que un equipo de la misma
Comunidad, con el que no tiene una gran rivalidad, se encuentre menos
motivado que el otro que puede estar más necesitado. Más que nada porque
tampoco es nada nuevo en el mundo del fútbol que un equipo sin
aspiraciones, independientemente de su situación geográfica, se pueda
dejar llevar bien porque sus objetivo estén ya lejanos o bien porque
acumule un desgaste físico debido al interés suscitado en otra
competición, en este caso la Europa League. Sin hablar de lo que se
jugaba el Elche, que se presentaba en Mestalla con tan solo cuatro
puntos de la zona peligrosa. Ante tal suspicacia, el conjunto che hizo
los deberes.
Un equipo, el de Fran Escribá, que quiere permanecer en Primera
debido a un bloque muy férreo. Solo había encajado dos goles en las
últimas cinco jornadas Habitual en su sistema es la aparición del
trivote en el centro del campo cuando los encuentros son a domicilio.
Ello provocaba estragos en la zona ancha de un Valencia que, con
jugadores más creativos, se estrellaba una y otra vez en la muralla
ilicitana a lo largo y ancho de la primera hora.
El guión del derbi tuvo un paréntesis entre el 22 y el 28. En el
minuto 22, Pablo Piatti recogía un balón suelto dentro del área para
marcar su cuarto tanto liguero y adelantar al Valencia. Seis minutos
después, la defensa ché, en especial Míchel, se dormía en los laureles,
robaba Carlos Sánchez para asistir por primera vez en liga a un Coro que
empataba la contienda. El ex del Espanyol se convierte en el pichichi
(5) del equipo menos goleador de la liga (26). Y todo ello ante un
conjunto valenciano que demostraba, una vez más, que es el que más
puntos ha perdido tras ir por delante en el marcador en esta liga. Con
éste, 21 suma ya.
Tras el descanso, la contienda siguió la misma tesitura. Al Elche
le interesaba entorpecer y Juan Antonio Pizzi buscaba movilidad
(entraba Fede Cartabia) y, cuando buscaba pegada con el ingreso de Paco
Alcácer, Dani Parejo se sacó de la manga un zurriagazo desde 30 metros
para sorprender a Manu Herrera, marcar su primer gol de la temporada en
Mestalla y colocar el 2-1 definitivo en el marcador.
La sobriedad defensiva del Elche se hizo añicos y apenas tuvo poder
de reacción. Todo ello si descontamos la gran parada de Vicente Guaita,
que emuló a su compañero y enemigo Diego Alves, en el penalti marrado
por Damián Suárez. El uruguayo remató raso a la izquierda, y ahí el de
Torrente se llevó la merecida ovación del respetable después de una
temporada muy complicada. El Valencia controló hasta el final, aunque a
Richmond Boakye, que ha marcado tres de sus cuatro goles en liga más
allá del minuto 90, le dio tiempo a meter el susto a la afición che en
una jugada ensayada que falló de forma incomprensible. Al final, el
derbi cayó en las manos de un conjunto valencianista que, desde que está
Juan Antonio Pizzi en el banquillo, ha ganado este tipo de partidos.
Valencia CF: Guaita; Barragán, Vezo, Fuego, Bernat; Oriol, Parejo, Míchel (Fede, m.46), Piatti, Vargas (Alcácer, m.63) y Jonas (Keita. m,73).
Goles: 1-0, m.22: Piatti. 1-1, m.28: Coro. 2-1, m.61: Parejo
Árbitro: Álvarez Izquierdo (Comité Catalán). Amonestó por el Valencia a Piatti, Fuego y Parejo, y por el Elche a Rubén Pérez y Cisma. Espulsó al valencianista Barragán, por doble amonestación en el minuto 93.
Incidencias: Partido correspondiente a la tirigésimo tercera jornada de la Liga BBVA jugado en el estadio de Mestalla, ante 42.000 espectadores
Cuatro finales y un sueño por cumplir
Los de Simeone consiguen una trabajada victoria que les hace más líderes. Los azulones siguen en descenso. Diego Costa se retiró lesionado con gestos de mucho dolor tras el 0-2
El líder se presentaba en el Coliseum Alfonso Pérez sabiendo que una
victoria ante sus vecinos del sur les dejaría más líderes de lo que lo
eran la jornada pasada. La sorprendente derrota de del Barça ayer ante
el Granada permitía a los rojiblancos afianzar aún más el primer puesto
de cara a este tramo final de temporada. Para ello, debía superar a un
Getafe, que se jugaba la vida ante los colchoneros para intentar salir
de los puestos de descenso.
El Atlético planteó el partido desde el inicio como suele ser habitual. Ritmo, intensidad y fútbol directo, algo que hace de forma automática, como si se tratara de máquinas perfectamente engrasadas. El partido estaba controlado por los rojiblancos pero enfrente se topaba con un Getafe, que se estaba jugando la vida y no cedía ningún espacio a los de Simeone. El fútbol no tenía fluidez y las ocasiones, a cuentagotas, llegaban a balón parado. Diego Costa estaba muy activo tras su regreso y los jugadores azulones sólo conseguían pararle mediante continuas faltas. Así en apenas tres minutos forzó una amarilla para Mosquera y otra para Alexis.
El juego trabado favorecía al Getafe, que contenía bien los movimientos de los colchoneros. El gol sólo parecía posible con una acción a balón parado o mediante un error de los jugadores azulones. De la primera forma llegó una clarísima ocasión para Godín. La falta botada por Koke y el cabezazo del uruguayo lo desbarató Codina sobre la línea. Parecía que los colchoneros tendrían que apretar en la segunda parte. Entonces se produjo el error en el Getafe. Juanfran envió un balón a la olla que cabeceó Diego Godín a la red, aprovechándose de la salida en falso de Codina. El meta salió a por uvas y permitió al central adelantar a su equipo al borde del descanso.
El gol permitió a los de Simeone afrontar la segunda parte sin prisas y con mucha más tranquilidad. El Getafe no encontraba forma de meter mano a los rojiblancos, que dormían el juego llevándolo a su terreno. No podían despistarse los visitantes, que recibieron un serio aviso a la salida de un córner. Juan Rodríguez cabeceó algo centrado y Courtois salvó bajo palos. Avisaban los azulones, que no olvidaban el humillante 7-0 endosado en la ida en el Calderón.
El Getafe no era capaz de inquietar otra vez a Courtois y el Atlético tuvo la sentencia con un penalti claro por agarrón de Lafita sobre Miranda, que mandó a los vestuarios al 7 azulón por cortar una ocasión manifiesta de gol. Codina adivinó la intención de Diego Costa y también acertó a detener el remate posterior de Raúl García. El meta azulón dejaba a su equipo con vida en el partido pero tenía que afrontar los últimos veinte minutos con un hombre menos. Así la cosa era mucho más plácida para los rojiblancos.
Apenas sufrían los de Simeone cuando una internada de Adrián sirvió para regalar el gol a Diego Costa y sentenciar el partido. El hispano brasileño se golpeó la tibia con el poste y tuvo que abandonar el campo con gestos evidentes de dolor. La imagen del golpe fue muy impactante y los gestos de sus compañeros no hacían presagiar nada bueno. Victoria vital para los rojiblancos empañada por la lesión de su jugador franquicia.
Getafe CF: Codina; Arroyo, Alexis, Rafa, Roberto Lago (Samir, min. 80); Juan Rodriguez, Mosquera (Lacen, min. 68); Pedro Leon, Diego Castro (Colunga, min. 58), Lafita; Ciprian
Atlético de Madrid: Courtois, Juanfran, Godín, Miranda, Filipe; Mario, Gabi, Koke, Raúl García (Diego Ribas, min.71), Villa (Adrián, min. 62) y Costa (Cebolla Rodríguez, min. 88)
Goles: 0-1 Godín (min. 40). 0-2 Diego Costa (min. 83)
Árbitro: Fernández Borbalán (Comité Andaluz). Mostró cartulina amarilla a Godín (min. 16), Villa (min. 46) y Diego Costa (min. 85) por parte del Atlético de Madrid y a Mosquera (min. 22) y Alexis (min. 25) por parte del Getafe. Expulsó a Lafita con doble amonestación (min. 51 y 66).
Incidencias: Partido correspondiente a la trigésimo tercera jornada de la Liga BBVA disputado en el Coliseum Alfonso Pérez de Getafe ante cerca de 12.000 espectadores.
La clemencia rayista deja escapar la permanencia
Los de Paco Jémez dominaron el partido durante prácticamente los noventa minutos, pero no fueron capaces de matarlo y, casi con el tiempo cumplido, Colotto puso el definitivo empate.
Apenas había comenzado el partido cuando el Espanyol, el equipo que menos se jugaba en el choque, ya estaba por delante. En el segundo minuto del encuentro, Sergio García armó una fantástica jugada por banda derecha que culminó con un centro a Pizzi que, dentro del área, no dudó en dejar el balón en el segundo palo donde, en boca de gol, Stuani se lanzó con todo para empujar el balón al fondo de las mallas.
Tras el tanto, fueron pasando unos minutos sin un dominador claro hasta que, poco a poco, el Rayo empezó
a dar la sensación de sentirse más cómodo sobre el terreno de juego,
avanzando posiciones en dirección al área de Casilla. Así, no tardó en
llegar la primera ocasión clara para los franjirrojos, a balón parado.
Trashorras ponía una falta bombeda al interior del área donde Larrivey,
incomprensiblemente libre de marca, remataba de cabeza alto, dejando el
balón en el tejadillo de la portería.
A partir de ese momento, el dominio del balón del Rayo se fue
asentando, pero las ocasiones visitantes eran progresivamente menos
escasas. Así avanzó el primer acto hasta que un tropiezo de David López
volvía a cambiar las cosas. Alberto Bueno se internaba en el área local
por su parte izquierda y, cuando el jugador de Sant Cugat perdía el
equilibrio, el ex del Real Madrid aprovechaba para sacar un pase hacia
el centro, desde donde Iago Falqué, sin rivales alrededor, sacaba un
disparo con el interior para batir a Casilla tres minutos antes del paso
por vestuarios.
La segunda mitad se iniciaba con poca claridad de ambos equipos, pero
solo habían pasado cinco minutos tras la reanudación cuando Nacho,
desde larga distancia, sacaba un fantástico centro al corazón del área,
sabedor de que Larrivey iba a ser capaz de llegar hasta ese punto y de
elevarse más que nadie para batir a un Kiko Casilla que salió de su
portería demasiado dubitativo con un testarazo parabólico.
Se adelantaba el Rayo, pero el balón y el peligro seguían siendo
suyos. A pesar de que el Espanyol daba ciertas muestras de querer
acercarse al área de Rubén, sus ataques eran deslavazados y dubitativos y
el tiempo iba pasando para desesperación de la afición local. No
cambiaba la situación hasta que Javier Aguirre dio entrada a Lanzarote y
Córdoba, con más intensidad que sus predecesores en los últimos metros.
Pero el conjunto periquito no transformaba sus intenciones en aciertos y
el Rayo aprovechaba que más locales se metían en su mitad del terreno
de juego para salir con velocidad y dominar aún con más comodidad el
choque, aunque el provecho de sus incursiones era similar al de los
ataques locales. Solo algunos disparos de Rochina que Casilla no sufrió
para detener y un gol bien anulado a Alberto Bueno por fuera de juego
daban una mínima sensación de que el marcador pudiera moverse.
El dominio vallecano, sin embargo, no se transformó en goles y, en
fútbol, quien perdona, paga. A la salida de un córner en el minuto 88,
Colotto remataba desde dentro del área pequeña de cabeza el balón a la
red y las oportunidades perdidas pasaban como diapositivas por la mente
de los jugadores, técnicos y aficionados rayistas.
Poco después se cerraba el choque y ambos equipos sumaban un punto
que, si bien no es malo para ninguno de los dos, tuvo un sabor más
agridulce para los madrileños. El Rayo controló más el balón (67,8%),
remató más (11 a 6) y lo hizo en más ocasiones a portería (5 a 2).
También centró más veces al área (15 a 8) y sacó más córneres (5 a 2)
pero, en la única estadística que vale para la clasificación, la de los
goles anotados, ambos equipos firmaron tablas. El conjunto vallecano
estuvo excesivamente clemente en su control del choque y eso le llevó a
perder dos puntos que ya parecían suyos ante un Espanyol que transformó
en gol sus únicos dos remates entre los tres palos.
RCD Espanyol: Kiko Casilla; Javi López (Álex Fernández, min.76), Colotto, Sidnei, Fuentes; Víctor Sánchez, David López; Stuani, Pizzi (Córdoba, min.59), Simao (Lanzarote, min.59) y Sergio García.
Rayo Vallecano: Rubén; Arbilla, Borja López, Zé Castro, Nacho; Trashorras, Saúl; Rochina (Lass, min.76), Bueno (Seba Fernández, min.89), Iago Falqué y Larrivey.
Goles: 1-0, min.3: Stuani; 1-1, min.43: Falqué; 1-2, min.53: Larrivey; 2-2, min.87: Colotto.
Árbitro: Undiano Mallenco (Comité Navarro). Amonestó a Zé Castro (min.29), Rubén (min.64), Trashorras (min.88), Sidnei (min.89).
Incidencias: Partido correspondiente a la trigesimotercera jornada de la Liga BBVA disputado en el estadio de Cornellà-El Prat ante 16.110 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por Alejandro Hernández, antiguo empleado del club blanquiazul.
Aduriz afina la melodía de la Champions en el Botxo
Recital de Aduriz, que hizo un doblete. Ander Herrera sentenció el choque. El Málaga rompió una racha de tres victorias consecutivas fuera de casa
El vendaval de alegría e intensidad que brindó el Athletic
a su gente en los primeros minutos del partido dejó estragos
irrevocables en un Málaga mermado que acusó y mucho las bajas que llevó
consigo a Bilbao. Así, el equipo andaluz rompe una racha de tres victorias consecutivas lejos de La Rosaleda. Estragos causados en parte por Aritz Aduriz,
que en el minuto cuatro de partido remataba un centro de Susaeta desde
la esquina para hacer el 1-0. Era el gol número 50 de Aduriz con el
Athletic, y como no podía ser de otro modo llegó de cabeza, como casi el
50% de los goles del delantero guipuzcoano esta temporada (siete de
quince).
El Athletic, con la Champions en la mente, seguía
empecinado en no ceder ni un palmo de terreno al Málaga. Desorientados y
sin criterio, los hombres de Schuster fueron un equipo sin alma durante
casi toda la primera parte. Empequeñecidos más aún por un Athletic
que procuraba una amplitud de campo suficiente para hacer más dura la
presión del Málaga que, a ratos, ni se molestaba.
Apoyos
constantes y presión arriba. Lo que más gusta en San Mamés, y lo que
interpretó a la perfección el Athletic en una primera mitad en la que
sólo les faltó algo más de acierto de cara a puerta. Acierto que sí
tendrían los leones en el primer minuto de la segunda parte. Aduriz
finalizaba a placer una contra del Athletic. Un gol que impidió que el
Málaga creciera en el partido. Los de Schuster, que incluso hizo un
cambio en el descanso, evidenciaron ciertos atisbos de mejoría en los
minutos finales del primer acto, desvanecidos por completo con el
segundo gol de Aduriz.
El segundo tanto del Athletic, sin apenas
tiempo para que los aficionados volviesen a sus asientos, dio paso a un
intercambio de fuego cruzado entre ambos equipos que pudo devolver al
Málaga al partido. Darder o Iakovenko pudieron recortar distancias, pero
lo que llegaría sería la sentencia del Athletic en el 62. Fue obra de
Ander Herrera, que recogía un rechace en la frontal del área para batir a
un Willy Caballero que pudo hacer algo más.
Comenzaba a gustarse
el equipo de Valverde con el 3-0, algo que no gustó a los jugadores del
Málaga que, impotentes por las largas posesiones del equipo rival,
dieron alguna patada a destiempo. Un punta más sacó Schuster para la
recta final del encuentro, muy tarde para la reacción.
San
Mamés, con el partido agonizando, calentaba motores para recibir una
nueva edición de la Champions League. Jugando así no se escapa, deben de
pensar los jugadores y la afición del Athletic, y es que hoy los leones
no dieron opciones a un Málaga que rompe una racha de tres victorias
lejos de La Rosaleda. Suena el himno de la Champions en San Mamés, que
hoy ha llevado en volandas al equipo para devolver los seis puntos de
ventaja sobre el Sevilla.
Athletic de Bilbao: Iraizoz;
Iraola, San José, Laporte, Balenziaga; Iturraspe, E. Morán (Etxeita
min.85); Susaeta (Albizua min.86), Herrera (Beñat min.77), Muniain;
Aduriz.
Goles: 1-0, Aduriz, min.4; 2-0, Aduriz, min.46; 3-0, Ander Herrera, min.62.
Árbitro: José Luis González González (Colegio Castellano-leonés). Amonestó a Pablo Pérez (min.42), Weligton (min.45), Juanmi (min.58), Iakovenko (min.82)
Incidencias: Partido presenciado en un San Mamés cerca del lleno por unos 34.000 espectadores. Los jugadores del Athletic lucieron brazalete negro en memoria del ex jugador del club bilbaíno Antonio Aldonza, fallecido hace unos días.
CLASIFICACIÓN PROVISIONAL DE LA LIGA BBVA
Posición
|
Equipo
|
Puntos
|
Jugados
|
Ganados
|
Empatados
|
Perdidos
|
GF
|
GC
|
1
| ATLÉTICO DE MADRID |
82
| 33 | 26 | 4 | 3 | 72 | 22 |
2
| REAL MADRID |
79
| 33 | 25 | 4 | 4 | 94 | 32 |
3
| FC BARCELONA |
78
| 33 | 25 | 3 | 5 | 92 | 27 |
4
| ATHLETIC DE BILBAO |
62
| 33 | 18 | 8 | 7 | 58 | 35 |
5
| SEVILLA FC |
56
| 33 | 16 | 8 | 9 | 61 | 47 |
6
| VILLARREAL CF |
52
| 33 | 15 | 7 | 11 | 52 | 38 |
7
| REAL SOCIEDAD |
51
| 33 | 14 | 9 | 10 | 56 | 50 |
8
| VALENCIA CF |
44
| 33 | 12 | 8 | 13 | 46 | 46 |
9
| RCD ESPANYOL |
41
| 33 | 11 | 8 | 14 | 37 | 42 |
10
| LEVANTE UD |
40
| 33 | 10 | 10 | 13 | 30 | 41 |
11
| MÁLAGA CF |
38
| 33 | 10 | 8 | 15 | 35 | 43 |
12
| RC CELTA DE VIGO |
37
| 33 | 10 | 7 | 16 | 36 | 49 |
13
| GRANADA CF |
37
| 33 | 11 | 4 | 18 | 30 | 46 |
14
| RAYO VALLECANO |
37
| 33 | 11 | 4 | 18 | 39 | 70 |
15
| ELCHE CF |
35
| 33 | 8 | 11 | 14 | 27 | 44 |
16
| ATLÉTICO OSASUNA |
34
| 33 | 9 | 7 | 17 | 28 | 53 |
17
| REAL VALLADOLID |
32
| 33 | 6 | 14 | 13 | 32 | 50 |
18
| GETAFE CF |
31
| 33 | 8 | 7 | 18 | 29 | 51 |
19
| UD ALMERÍA |
30
| 33 | 8 | 6 | 19 | 34 | 64 |
20
| REAL BETIS BALOMPIÉ |
22
| 33 | 5 | 7 | 21 | 28 | 66 |
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