ESPAÑA [1-1] FINLANDIA
Brasil, un poco más lejos
Los problemas para generar ocasiones, la autocomplacencia tras el gol y un despiste defensivo condenan a la selección al patinazo más estridente de los últimos tiempos
La autocomplacencia, la falta de filo en los metros finales, un punto de cansancio físico y un error defensivo imperdonable condenaron a España a un patinazo sonoro ante Finlandia que le obliga a ganar el martes en Saint-Denis para certificar su presencia directa en la Copa del Mundo de Brasil. Ni siquiera el gol de Sergio Ramos, en su partido cien, evito el dislate. No se reconoció en ningún momento la campeona de todo. Tuvo el balón sin intención, circuló sin velocidad y se creyó victoriosa tras un tanto que ciertamente no cambió el paisaje.
Una simple apreciación posicional explica a
la perfección la textura de un partido que amalgamó a los veinte
futbolistas en apenas veinte metros. Sin tajo atrás, los centrales,
Ramos y Piqué, vivieron gran parte del encuentro metidos nítidamente en
campo contrario. Defendió por amontonamiento Finlandia, aparejando dos
líneas de cinco en la cornisa del área. Se estrechó el rival a la hora
de defender, colapsó los carriles centrales y achicó al máximo los
espacios. Se embarcó España entonces en un ejercicio de paciencia y
circulación que derivó en un toque plomizo, sin profundidad, ni filo.
Rescató
el encuentro de nuevo el debate sobre la necesidad o no de un punta.
Durante más de una hora, España prescindió de la figura de un delantero
clásico, y ni con el gol encontró la claridad el equipo de Vicente del
Bosque. Tampoco la salida de Negredo, más allá de una ocasión, cambió el
sino. El pinchazo de España tranciende al debate del nueve o no o al
concurso de Arbeloa. Fueron más estructurales que todo eso las fallas
del equipo de Vicente del Bosque.
Salió bien de inicio España,
con Jordi Alba fomentando su asociación con Villa en la izquierda e
Iniesta adueñándose del partido. Arbeloa actuó como extremo derecha,
aprovechando los arrastres al centro del Silva. Tres disparos de media
distancia de Iniesta, Cesc y Silva fueron todo el peligro ofensivo de
España en la primera mitad, en la que Finlandia vivió cómoda pese a
reposar en zonas de máximo peligro. Tampoco tuvo apuros en la segunda.
No los tuvo en todo el partido en realidad pese a la abrumante posesión
de España, a todas luces esteril.
A la salida de un corner
parecía que iba a encontrar España el resuello. Se elevó Sergio Ramos y
burló a balón parado lo que no había conseguido con el juego en sí.
Apenas se movió un ápice el partido tras el tanto. Finlandia no se
desnudó y España fue cayendo cada vez más en un transito conformista que
le desconectó del partido. La intensidad sigue siendo un bien
innegociable en el fútbol, y eso lo recordó la campeona del mundo ante
un rival menor, sin entidad. Encontró un premio excesivo Finlandia con
el gol de Pukki pero sí que fue justo el partido con una España que
declinó competir y quiso ganar sólo por escudo. Arreó tras el sopapo la
selección y Negredo y Mata tuvieron un par de ocasiones. El camino a
Brasil se complica tras dos partidos malos ante Francia y Finlandia y
sólo vale ganar el martes en Paris para evitar purgar en la repesca.
España: Valdés; Arbeloa, Piqué, Sergio Ramos, Jordi Alba; Busquets, Cazorla (Pedro, m. 46), Iniesta; Silva, Villa (Negredo, m. 65) y Cesc (Mata, m. 76).
Finlandia: Mäenpää; Raitala, Moisander, Toivio,
Arkivuo; Tainio (Sparj, m. 69), Roman Eremenko, Ring; Hetemaj, Pukki
(Halsti, m. 93) y Hämäläinen.
Goles: 1-0, m.49: Sergio Ramos. 1-1, m.79: Pukki.
Árbitro: Ovidiu Alin Hategan (Rumania). Amonestó a Silva (89') por España, y a Mäenpää (85') y Moisander (89') por Finlandia.
Incidencias: Encuentro de clasificación al Mundial
2014, disputado en el estadio El Molinón, lleno, con 30.000
espectadores. Finlandia portó brazaletes negros en memoria del
exfutbolista Kai Pahlman.
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