La garra de Caparrós acaba con un conformista Valencia
Cada uno tuvo su parte y si la primera fue para el Valencia, por su calidad, la segunda fue del Mallorca, por su corazón.
Había expectación por conocer los onces
iniciales y el planteamiento de cada técnico y mientras que en el equipo
valencianista sólo llamaba la atención la incorporación de Parejo,
Joaquín Caparrós apostaba por el mismo once que había puntuado en
Pamplona de la mano de Miguel Ángel Nadal con la obligada ausencia de
Nsue por sanción a quien sustituía Pereira.
Unai Emery planteaba un sistema táctico muy flexible dando mucha
libertad a sus jugadores más ofensivos; en el Mallorca la cosa era bien
distinta al plasmarse un clarísimo y férreo 4-4-2 que después se vería
acompañado de una constante presión.
Excepto aisladas arrancadas y el empujón inicial, dominaba el juego
el equipo ché y así como transcurría el tiempo la posesión era más clara
de los valencianistas aunque sólo creaban peligro a balón parado; los
bermellones se iban diluyendo como un azucarillo y sin grandes
exhibiciones ni desplegando un juego excesivamente vistoso, los
levantinos andaban cada vez más cerca del gol y a la salida de un
córner, en el minuto 38 y ante el enésimo desbarajuste defensivo local a
balón parado (a Caparrós parece no haberle dado tiempo a corregir este
gran problema balear), tras tocar, sin oposición, Víctor Ruiz de cabeza,
Rami, sobre la línea de gol, adelantaba a los suyos (0-1) con la duda de si había sido un clamoroso error de Aouate o un remate en fuera de juego.
Tras la reanudación el equipo local salió a por todas y en el 51’ a
punto estuvo de empatar a la salida de un córner forzado por Cendrós,
que había sustituido al renqueante Zuiverloon en el descanso, al rematar
de cabeza Hemed y salir el balón rozando la escuadra. La replica ché
fue similar en el minuto 61.
El encuentro había cambiado y aunque más con el corazón que con la
cabeza, los de Caparrós empujaban e incluso embotellaban a los
visitantes, luego llegaría el carrusel de cambios, entrando Feghouli,
Tejera, Alfaro, Topal y Adúriz por Piatti, Pina, Víctor, Parejo y
Soldado respectivamente. Como suele suceder en estos casos el partido se
rompió, igualándose las fuerzas sin un claro dominador al tiempo que la
calidad del juego descendía vertiginosamente.
El Mallorca se veía impotente para empatar el encuentro y los
valencianistas se encontraban cómodos, disponiendo incluso de alguna
ocasión a la contra. Cuatro fueron los minutos de prolongación y los de
Joaquín Caparrós no perdieron la fe fruto de lo cual, en el 92’, tras
una jugada embarullada en el área local, el árbitro decretó penalti a
instancias del juez de línea por manos de Topal ¿claramente
involuntarias?). El israelí Tomer Hemed, que se está destapando como un
prodigioso lanzador de penaltis, batió a Guaita por la derecha igualando
el marcador (1-1).
Si alguien mereció ganar, estos fueron los valencianistas pero quizás
por su conformismo no se pueda considerar injusto el empate que los
chicos de Caparrós han conseguido por tenacidad. Algo nuevo se ha
empezado a vislumbrar en el equipo balear en el cual el Chory Castro ha
disputado los 90 minutos después de muchísimos meses; ¿logrará
recuperarlo Caparrós?.
Incierta nota para el colegiado andaluz Paradas Romero que si bien
realizó un muy buen arbitraje en líneas generales, nos ha sembrado de
dudas en las dos jugadas decisivas del encuentro.
RCD Mallorca: Aouate; Zuiverloon (Cendrós, min. 46), Chico, Ramis, Bigas; Pereira, Martí, Pina (Tejera, min. 68) Castro; Víctor (Alfaro, min. 76) y Hemed.
Valencia CF: Guaita; Bruno, Rami, Víctor Ruiz, Jordi Alba; Pablo, Parejo (Topal, min. 77) Canales, Albelda, Piatti (Feghouli, min. 62); Soldado (Aduriz, min. 82).
Goles: 0-1, min. 39: Rami empuja el balón a la red tras una salida en falso de Aouate a la salida de un corner; 1-1, min. 90: Hemed, de penalti por manos de Topal en el aérea.
Árbitro: Paradas Romero (Comité Andaluz). Amonestó a Martí, Chico, Bigas, Albelda, Feghouli, Topal. Al finalizar el partido enseñó tarjeta roja a Rami del Valencia, cuando se dirigía a los vestuarios.
Incidencias: Partido correspondiente a la octava jornada del campeonato de Liga disputado en el Iberostar Estadio ante unos 14.000 espectadores. Los dos equipos posaron con una pancarta contra el racismo, en una campaña impulsada por la UEFA.
Getafe y Villarreal no salen de su mediocridad liguera
Empate que sabe a poco y no consigue solucionar la crisis de ambos conjuntos, aunque al menos muestran una mejoría en el juego.
Getafe y Villarreal se citaban
en el Coliseum Alfonso Pérez con la necesidad de recuperar sensaciones
tras el dubitativo arranque de temporada que ambos conjuntos había
protagonizado hasta la fecha buscando aquella victoria que les otorgase
confianza para dar ese paso definitivo de confianza y autoestima
necesario para encadenar una buena racha.
El Getafe comenzó mejor el partido que el Villarreal, ligeramente estático en los compases iniciales, y
los azulones muy pronto demostraron que estaban dispuestos a explotar
las bandas sin un juego demasiado pretencioso pero sí práctico que se
tradujo en varios acercamientos a la potería de Diego López.
Güiza tendría las primeras ocasiones
del cuadro madrileño, pero el andaluz dejó en evidencia a lo largo de
la primera parte que su estado de forma sigue sin ser el mejor posible
para un jugador de élite, fallando alguna pelota clara ante la pasividad
de la defensa del Submarino Amarillo.
Sin embargo, poco a poco el Villarreal fue
reaccionando, aunque de una forma tímida, al dominio rival apostando por
el juego de combinación intentando explotar su mayor calidad en la medular y la velocidad de Rossi.
El italiano, quizá algo casando después de sus compromisos
internacionales, lo intentó en varias ocasiones sin llegar a ver puerta.
El Submarino llegaría a tener hasta dos ocasiones claras antes de que ambos equipos enfilasen el camino a vestuarios: primero fue Zapata, tras una buena jugada de estrategia,
el que buscaría el primer gol tras un remate de cabeza que salió
desviado por centímetros, y después Senna, que lazó un disparo
sensacional desde media distancia que detuvo Codina haciendo una gran
intervención.
Tras la reanudación, tanto Luis García como Garrido intentaron retocar sus esquemas buscando más profundidad
en la medular y en la delantera, dando oportunidades a Adrián Colunga
en el bando madrileño y a Wakaso por parte del Submarino. La dinámica no
cambiaba sobre el césped, mientras se echaba de menos un punto más de
velocidad en el juego.
Y mientras pasaban los minutos, parecía que
solo Rossi era capaz de poner una velocidad superior para decantar el
partido hacia el lado del Villarreal ante un Getafe que no llegaba con
claridad a la portería de Diego López: el italiano tuvo una oportunidad clarísima después de una gran jugada
en la que se deshizo de hasta tres rivales, pero su disparo ajustado se
marchó cerca del palo de Codina, que seguía alternando intervenciones
de mérito con cierta inseguridad.
Los nervios atenazaban el juego de ambos equipos y evidenciaba aquel dicho que reza que "el fútbol son estados de ánimo". El ritmo era poco alegre y monótono por momentos, mientras ni Villarreal ni Getafe eran capaces de aportar ese plus necesario para cosechar la victoria por el miedo a perder.
El
cronómetro era el único que ponía emoción a un partido que ya había
bajado muchos enteros cuando se rozaba el minuto noventa. El Getafe tenía la pelota, pero fue Wakaso el último que lo intentó desde
media distancia, aunque no obtuvo recompensa y su disparo se marchó
fuera. También la tuvo Sarabia en un contragolpe, pero
Con este resultado, ninguno de los dos equipos supera su crisis
pero suman un punto que puede ser bueno si en las próximas jornadas se
encadena una buena dinámica. Nadie consiguió proponer en el Coliseum lo
suficiente como para ganar.
Getafe CF: Codina; Valera, Lopo, "Cata" Díaz, Miguel Torres; Casquero (Míchel, min. 66), Rubén Pérez; Pedro Ríos, Sarabia, Diego Castro (Miku, min. 87); Güiza (Colunga, min.85).
Villarreal CF: Diego López; Zapata, Gonzalo, Marchena,
Catalá; Senna (Wakaso, min. 45), Bruno; Valero, De Guzmán (Joselu
(min.86), Cani (Hernán Pérez, min. 80); Rossi.
Árbitro: Teixeira Vitienes (Comité Cántabro). Mostró
cartulina amarilla a Gonzalo (min. 14), Borja Valero (min. 56), Catalá
(min. 58) y Marchena (min.65) por parte visitante y a Sarabia (min. 35),
Valera (min.47), Rubén Pérez (min. 61) y Míchel (min. 77) por parte
local.
Incidencias: Partido correspondiente a la octava
jornada del campeonato nacional de Liga disputado en el Coliseum Alfonso
Pérez ante cerca de 8.000 espectadores.
Higuaín desquicia al Betis con su estado de gracia
El Pipa Higuaín hizo un hat-trick y Kaká anotó otro golazo, pero fue Cristiano Ronaldo quien tiró del equipo en los mejores y peores momentos.
El Real Madrid se da un festín ante el Betis en un partido donde los visitantes plantaron cara durante toda la primera parte. El rápido gol de Higuaín tras la reanudación, y sobre todo, el segundo tanto obra de Kaká, rompieron el choque a favor de los blancos en una nueva exhibición del Pipita. El argentino volvió a destacar dentro de la sintonía global con tres goles más para su cuenta en lo que fue su tercer hat-trick en los últimos cuatro partidos. Una marca que da buena cuenta de la salud del ‘20’ blanco, pero también de un Real Madrid que después de los tropiezos en septiembre parece caminar ya a velocidad de crucero hacia el frente.
Empezó el partido como últimamente mal acostumbra el Real Madrid, con el equipo contrario mirándole a los ojos directamente. Decía Mourinho en la previa que el Betis es uno de los equipos que mejor juega en España, y lo cierto es que no le faltó razón a tenor de lo visto en la primera mitad. Bien plantado en defensa, con firmeza y sin respeto en ataque, los pupilos de Pepe Mel se puede decir que hasta dominaron en el primer cuarto de hora ante un Madrid que aún andaba afinando el teclado en busca de los acordes deseados. Fue con la lesión del voluntarioso Vadillo cuando las tornas cambiaron.
El cuadro verdiblanco entró en shock cuando uno de sus mejores baluartes se marchó en camilla, y los de blanco aprovecharon el despiste para hacerse con el balón casi en propiedad. De ahí hasta el descanso el Real Madrid percutió de todas las maneras habidas y por haber: con posesiones largas, con contraataques lanzados de los que tanto le gustan (Ronaldo estuvo a punto de cabecear a gol así al minuto veinte), por la derecha, por la izquierda, mediante Kaká, Higuaín, Ozil, Ronaldo, Arbeloa o un Marcelo que hizo del carril izquierdo su particular pista de aceleración.
El caudal de fútbol fue abundante, sin
embargo esta vez en los blancos quizá se echó en falta algo más de
vértigo en los metros finales ante un Betis que ni mucho menos se
diluyó en su planteamiento defensivo, sin hincar la rodilla atrás y sin
renunciar tampoco a sus posesiones siquiera. Aptitud y actitud la de
los béticos que provocó que no se moviera el electrónico antes del
descanso.
Sin embargo, todos los cimientos de lo construido en la primera mitad se vinieron abajo cual castillo de naipes nada más regresar de los vestuarios, en un fallo de concentración de lo más infantil. Atacando en estático, Marcelo asistió en profundidad a Ronaldo por alto, que se coló hasta la cocina sin que ni Chica ni Amaya anduvieran al corte. El luso, en el mano a mano con Casto, decidió mostrar de nuevo su cara más solidaria y le regaló el tanto en bandeja a un Higuaín que entraba al remate completamente solo en el segundo palo. Y es que un minuto de despiste es suficiente cuando está el Madrid enfrente.
El tanto descolocó nuevamente al Betis, que sufrió en sus propias carnes lo que alguien una vez llamó el miedo escénico del Bernabéu. El Real Madrid se abalanzó sobre su víctima con todo su peso al ritmo de los rugidos del coliseo blanco, y los de verde y blanco de pronto olvidaron a lo que jugaban. Al minuto 55, Casto detuvo sendos disparos a bocajarro de Higuaín y Kaká en una jugada que venía de tres ataques blancos consecutivos. Pero apenas tres minutos más tarde, la sangre terminó por llegar a la arena para regocijo del respetable.
Y fue nuevamente en una jugada de tiralíneas de esas que últimamente traza tan finamente el cuadro blanco. Robo en campo contrario, Xabi se deshace de un rival y lanza la diagonal sobre Ronaldo, que tras una galopada por la banda izquierda centra atrás para que Kaká dentro del área, y aprovechando que no había nadie en medio metro a la redonda, cruce el cuero al palo donde no llegaba Casto. No se puede hacer más fácil algo tan sumamente difícil. El Real Madrid volvía a encontrarse con la belleza de lo simple en un affaire tan prometedor como embaucador.
El tanto parecía cerrar el partido definitivamente, pero si la primera parte hubo más fútbol que goles, la segunda iba a ser al contrario. Y todos contribuyendo a que el encuentro terminara siendo un festival blanco, y más concretamente, un nuevo festival de Higuaín. Así, mediada la segunda parte, Molina aprovechó una serie de rechaces dentro del área para reducir distancias, demostrando que los goles feos cuentan igual que los bonitos. Pero la respuesta a la euforia visitante no tardó en llegar, y de forma contundente además. Pues Higuaín contestaría con dos goles más en los cuatro minutos siguientes hasta poner el abultado 4-1 en el marcador.
Y ambos goles llegaron de forma muy similar, con Di María en el papel de asistente, y el Pipita en el de cazador. En la primera Higuaín sorteó a Casto por su derecha para marcar a puerta vacía casi sin ángulo, mientras que en la segunda, superó al guardameta con una vaselina. Soluciones igualmente válidas, igual de bonitas, y también igual de efectivas para redondear una tarde de ensueño para el ‘20’ merengue (9 goles en los últimos 4 partidos), y superar así la peliaguda visita de un Betis que ni con cuatro balones en el saco perdió la cara al encuentro.
Sin embargo, todos los cimientos de lo construido en la primera mitad se vinieron abajo cual castillo de naipes nada más regresar de los vestuarios, en un fallo de concentración de lo más infantil. Atacando en estático, Marcelo asistió en profundidad a Ronaldo por alto, que se coló hasta la cocina sin que ni Chica ni Amaya anduvieran al corte. El luso, en el mano a mano con Casto, decidió mostrar de nuevo su cara más solidaria y le regaló el tanto en bandeja a un Higuaín que entraba al remate completamente solo en el segundo palo. Y es que un minuto de despiste es suficiente cuando está el Madrid enfrente.
El tanto descolocó nuevamente al Betis, que sufrió en sus propias carnes lo que alguien una vez llamó el miedo escénico del Bernabéu. El Real Madrid se abalanzó sobre su víctima con todo su peso al ritmo de los rugidos del coliseo blanco, y los de verde y blanco de pronto olvidaron a lo que jugaban. Al minuto 55, Casto detuvo sendos disparos a bocajarro de Higuaín y Kaká en una jugada que venía de tres ataques blancos consecutivos. Pero apenas tres minutos más tarde, la sangre terminó por llegar a la arena para regocijo del respetable.
Y fue nuevamente en una jugada de tiralíneas de esas que últimamente traza tan finamente el cuadro blanco. Robo en campo contrario, Xabi se deshace de un rival y lanza la diagonal sobre Ronaldo, que tras una galopada por la banda izquierda centra atrás para que Kaká dentro del área, y aprovechando que no había nadie en medio metro a la redonda, cruce el cuero al palo donde no llegaba Casto. No se puede hacer más fácil algo tan sumamente difícil. El Real Madrid volvía a encontrarse con la belleza de lo simple en un affaire tan prometedor como embaucador.
El tanto parecía cerrar el partido definitivamente, pero si la primera parte hubo más fútbol que goles, la segunda iba a ser al contrario. Y todos contribuyendo a que el encuentro terminara siendo un festival blanco, y más concretamente, un nuevo festival de Higuaín. Así, mediada la segunda parte, Molina aprovechó una serie de rechaces dentro del área para reducir distancias, demostrando que los goles feos cuentan igual que los bonitos. Pero la respuesta a la euforia visitante no tardó en llegar, y de forma contundente además. Pues Higuaín contestaría con dos goles más en los cuatro minutos siguientes hasta poner el abultado 4-1 en el marcador.
Y ambos goles llegaron de forma muy similar, con Di María en el papel de asistente, y el Pipita en el de cazador. En la primera Higuaín sorteó a Casto por su derecha para marcar a puerta vacía casi sin ángulo, mientras que en la segunda, superó al guardameta con una vaselina. Soluciones igualmente válidas, igual de bonitas, y también igual de efectivas para redondear una tarde de ensueño para el ‘20’ merengue (9 goles en los últimos 4 partidos), y superar así la peliaguda visita de un Betis que ni con cuatro balones en el saco perdió la cara al encuentro.
Real Madrid: Iker Casillas; Arbeloa, Sergio Ramos, Pepe, Marcelo; Lass, Xabi Alonso, Kaká (Di María, m. 60); Özil (Coentrao, m. 74), Cristiano Ronaldo (Altintop, m. 77) e Higuaín.
Real Betis Balompié: Casto; Chica, Amaya, Dorado, Nacho; Iriney, Beñat (Momo, m. 77), Salva Sevilla (Santa Cruz, m. 58); Vadillo (Sergio, m. 21), Jorge Molina y Rubén Castro.
Goles: 1-0, m. 46: Higuaín. 2-0, m. 59: Kaká. 2-1, m. 69: Jorge Molina. 3-1, m. 70: Higuaín. 4-1, m. 73: Higuaín.
Árbitro: Delgado Ferreiro (Colegio Vasco). Amonestó a Pepe (25) por el Real Madrid, y a Beñat (65) y Momo (86) por el Real Betis.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la octava jornada de Liga, disputado en el estadio Santiago Bernabéu, lleno, ante 83.000 espectadores.
El Barça se mantiene inmune al Virus FIFA
El Barça supera con solvencia a un Racing de Santander desaliñado olvidándose así de viejos fantasmas FIFA. Lo peor del partido: la lesión de Gerard Piqué que estará dos semanas de baja.
Guardiola y su equipo han
demostrado que los problemas se resuelven con tesón y dedicación y de
esta manera ganaban al Racing, que todavía no conoce la victoria, con un gol de Xavi y dos goles de Leo Messi que se reivindicó tras el nuevo desencuentro con la albiceleste.
Con el Virus FIFA detrás de la oreja el Barça salía a intentar hacer patente que no hay compromiso de Selecciones que pueda frenarle, con Iniesta “capitaneando” el proyecto, y con recién llegados como Xavi Hernández que a pesar del cansancio intentaría dar buena cuenta del empuje culé.
La mala pata empezaba pues de parte del Barça que veía como al poco tiempo del comienzo caía lesionado Gerard Piqué, al cual sustituía Abidal completando así la defensa de cuatro que Pep Guardiola escogiera para este partido. El encargado de batir esta zaga por parte del Racing, el debutante y joven Kone.
Con el Virus FIFA detrás de la oreja el Barça salía a intentar hacer patente que no hay compromiso de Selecciones que pueda frenarle, con Iniesta “capitaneando” el proyecto, y con recién llegados como Xavi Hernández que a pesar del cansancio intentaría dar buena cuenta del empuje culé.
La mala pata empezaba pues de parte del Barça que veía como al poco tiempo del comienzo caía lesionado Gerard Piqué, al cual sustituía Abidal completando así la defensa de cuatro que Pep Guardiola escogiera para este partido. El encargado de batir esta zaga por parte del Racing, el debutante y joven Kone.
Tras la tensión inicial el guión del partido
estaba llamado a ser el de siempre para ambos equipos y basado en lo que
habían hecho hasta este partido, es decir, el Racing acabaría perdiendo y el Barça metiendo varios goles.
El primero de ellos llegó casi por sorpresa tras una avanzadilla barcelonista donde Iniesta recoge el borde del área, caracolea, se contornea, mientras deja el balón a Leo Messi, para que después de dejar atrás a tres hombres driblase a Toño como si en el patio del colegio se tratase. Jugada maravillosa a modo de bálsamo para el Messi de Argentina que nada le sale, pero que sigue siendo día tras día el mejor jugador del mundo en el FC Barcelona.
El partido transcurrió en estado de hibernación a lo largo de toda la primera gracias en parte al medio campo blaugrana que con Thiago junto a Xavi e Iniesta provocaban un bucle de pases donde los jugadores del Racing lo único que podían hacer es correr tras el balón.
Y sería uno de estos centrocampistas el que llevaría el segundo tanto al marcador. Xavi Hernández remataba de cabeza el balón milimetrado que le dejaba Pedro Rodríguez mientras penetraba por la banda izquierda. Pase magistral del canario al borde de la media hora que sentenciaba en parte un partido que no parecía dar mucho más de sí, al menos por parte del Racing.
El Virus FIFA no aparecía y tanto era el control del juego culé que incluso Carles Puyol se atrevía a probar de delantero, fallando lo imposible a diez minutos del final de la primera parte a pase de la muerte de Pedro.
Con dos goles a favor, el Barça conseguía un final feliz en el parcial de la primera parte y con el objetivo de no dejarse engatusar por los de Cúper en el segundo periodo.
Un segunda parte que sin ir más lejos se convertía en un rondo gigante protagonizado por los jugadores del Barça y con un Racing como víctima que no hizo atisbo en ningún momento de crear peligro en el área de Víctor Valdés.
Un Rondo que no parecía gustarle mucho a Pep Guardiola que en varias ocasiones se le pudo ver fuera del banquillo corrigiendo visiblemente enfadado el juego de su equipo.
El Barça volvía a la defensa de tres en los segundos cuarenta y cinco minutos pasando Dani Alves a la posición de extremo visto que lo único que podía dar algo de brío a ese desteñido partido era más ataque.
Surge efecto el ataque extra cuando en el sesenta y siete Andrés Iniesta decide inventarse una frivolidad en manos de pocos, dentro del área y donde acaba enviando el balón de espuela directo al palo, con la suerte de que Leo Messi pasaba por allí.
Era así como el tercer gol del FC Barcelona se hacía efectivo en un partido mono-tema con ambos equipos como culpables en su juego, unos por la genialidad del mismo y el otro por el pasotismo ante el balón.
Con el Virus FIFa esfumado hasta la defensa de tres se volvía participativa en un ataque que el Racing permitió de todas todas, siendo el mismo Abidal el que aventuraba con una chilena casi al término del partito que finalmente solventa Toño.
Papel correcto del Barça que fue decreciendo en parte por el hastío del mismo partido y que hace desaparecer las tontas excusas en referencia al bajón físico después de los compromisos internacionales.
El primero de ellos llegó casi por sorpresa tras una avanzadilla barcelonista donde Iniesta recoge el borde del área, caracolea, se contornea, mientras deja el balón a Leo Messi, para que después de dejar atrás a tres hombres driblase a Toño como si en el patio del colegio se tratase. Jugada maravillosa a modo de bálsamo para el Messi de Argentina que nada le sale, pero que sigue siendo día tras día el mejor jugador del mundo en el FC Barcelona.
El partido transcurrió en estado de hibernación a lo largo de toda la primera gracias en parte al medio campo blaugrana que con Thiago junto a Xavi e Iniesta provocaban un bucle de pases donde los jugadores del Racing lo único que podían hacer es correr tras el balón.
Y sería uno de estos centrocampistas el que llevaría el segundo tanto al marcador. Xavi Hernández remataba de cabeza el balón milimetrado que le dejaba Pedro Rodríguez mientras penetraba por la banda izquierda. Pase magistral del canario al borde de la media hora que sentenciaba en parte un partido que no parecía dar mucho más de sí, al menos por parte del Racing.
El Virus FIFA no aparecía y tanto era el control del juego culé que incluso Carles Puyol se atrevía a probar de delantero, fallando lo imposible a diez minutos del final de la primera parte a pase de la muerte de Pedro.
Con dos goles a favor, el Barça conseguía un final feliz en el parcial de la primera parte y con el objetivo de no dejarse engatusar por los de Cúper en el segundo periodo.
Un segunda parte que sin ir más lejos se convertía en un rondo gigante protagonizado por los jugadores del Barça y con un Racing como víctima que no hizo atisbo en ningún momento de crear peligro en el área de Víctor Valdés.
Un Rondo que no parecía gustarle mucho a Pep Guardiola que en varias ocasiones se le pudo ver fuera del banquillo corrigiendo visiblemente enfadado el juego de su equipo.
El Barça volvía a la defensa de tres en los segundos cuarenta y cinco minutos pasando Dani Alves a la posición de extremo visto que lo único que podía dar algo de brío a ese desteñido partido era más ataque.
Surge efecto el ataque extra cuando en el sesenta y siete Andrés Iniesta decide inventarse una frivolidad en manos de pocos, dentro del área y donde acaba enviando el balón de espuela directo al palo, con la suerte de que Leo Messi pasaba por allí.
Era así como el tercer gol del FC Barcelona se hacía efectivo en un partido mono-tema con ambos equipos como culpables en su juego, unos por la genialidad del mismo y el otro por el pasotismo ante el balón.
Con el Virus FIFa esfumado hasta la defensa de tres se volvía participativa en un ataque que el Racing permitió de todas todas, siendo el mismo Abidal el que aventuraba con una chilena casi al término del partito que finalmente solventa Toño.
Papel correcto del Barça que fue decreciendo en parte por el hastío del mismo partido y que hace desaparecer las tontas excusas en referencia al bajón físico después de los compromisos internacionales.
FC Barcelona: Valdés; Alves, Piqué (Abidal, m.9), Puyol, Maxwell, Thiago, Xavi, Iniesta (Keita, m.71), Pedro (Adriano, m.73), Messi y Villa.
Racing de Santander: Toño; Francis, Álvaro, Bernardo, Christian, Diop (Torrejón, m.83), Tziolis (Edu Bedia, m.55), Adrián, Jairo, Munitis y Koné (Arana, m. 66).
Goles: 1-0, m. 11: Messi. 2-0, m.28: Xavi. 3-0, m.68: Messi.
Árbitro: Miguel Ángel Ayza Gámez (Comité Valenciano). Mostró cartulina amarilla a Diop (m.21) y a Edu Bedia (m.80).
Incidencias: Asistieron al encuentro 82.225 espectadores en partido correspondiente a la octava jornada de Primera División. Antes del inicio del partido se guardó un minuto de silencio en memoria de Chus Pereda, jugador del Barcelona entre 1961 y 1969, fallecido el pasado 27 de septiembre a los 73 años.
El Atleti se estrella contra Roberto y su inoperancia
El portero local fue el punto más alto que ha tenido el partido en Los Cármenes, donde el duelo de rojiblancos acabó siendo una entretenida igualdad. El empate no le sirve a ninguno de los dos contendientes.
Volvía la Liga BBVA tras el parón de las selecciones y el Atlético lo hacía visitando el Nuevo Los Cármenes en el encuentro que cerraba la jornada de sábado. El equipo de Gregorio Manzano, tras su empate frente al Sevilla
y con tan solo dos victorias contabilizadas en su casillero contra
equipos de la zona baja de la clasificación, visitaba el estadio del Granada con la intención de iniciar una racha que le lleve a sumar pleno de victorias en los próximos cuatro o cinco partidos.
Y el inicio del compromiso no parecía llevar a los colchoneros hacia ese destino. Es que el conjunto de Fabri Gonzalez se
hacía con el control del balón y creaba las mejores situaciones. Por
ejemplo, aquella en la que Uche acabó estrellando el cuero con la
madera. Los recién ascendidos lo tenían claro; no se podían permitir
pinchazos jugando en su propio feudo, pues no son últimos en la liga
española solamente porque el Sporting de Gijón ha 'decidido' hacer una pésima campaña.
Antes de que llegara la reacción del Atlético, que incluyó varias ocasiones claras
de gol, vendría un cabezazo de Mainz en el segundo poste, tras quedar
increíblemente solo ante la pasividad defensiva de los capitalinos en un
tiro libre desde la frontal. Si eso era increíble, más aún fue un
pelotazo largo de Roberto que de área a área dejó solo a Dani Benítez contra Courtois. El disparo salió a nada del poste derecho, pero era un enorme llamado de atención a la última línea colchonera.
Esa
jugada sirvió para que el Atlético se enterara que tenía que ser
agresivo y no esperar a un rival que en teoría era menos. Así fue como
entre Tiago y Mario comenzaron a
hacerse dueños del mediocampo, y empezaron a darle la pelota al que
sabe; a Diego. El brasileño generó lo mejor de esa primera parte para
los de Manzano, y en más de una oportunidad dejó a Reyes de cara a gol.
Por ejemplo, asistió al andaluz para que éste exigiera una espectacular
respuesta de Roberto, que minutos después volvería a ahogarle el grito
de gol al ex Sevilla y Real Madrid. El
Atlético desbordava a su rival, era una furia rojiblanca por momentos,
aunque en Los Cármenes lucía con camiseta negra. El primer tiempo se iba
sin mucho más para reseñar.
En el complemento la historia fue
similar a la etapa inicial, pues salía el Granada más 'enchufado' pero
luego el Atlético reaccionaría. Así, Diego siguió siendo de los mejores hombres del partido,
aunque no encontraba compañía en Falcao, uno de los peores, si no el
peor. Más tarde el ariete colombiano se iría reemplazado por un
olvidable encuentro. Adrián, que había saltado para la segunda mitad,
tuvo las mejores ocasiones pero en una se topó con Roberto y en otra
definió apresurado a la parte externa de la red.
Siguió yendo a por la victoria el Atlético de Madrid,
pero no encontró respuestas a la hora de definir y sí encontró
respuestas en el meta rival. Empate que deja con un mal sabor de boca al
Granada porque necesitaba ganar y porque en los minutos finales apretó
un poco más para ver si la noche colchonera era del todo nefasta. No lo
fue del todo, pero no hay nada que celebrar para ninguno de los dos.
Granada CF: Roberto, Nyom, Siqueira, Mainz, Íñigo López, Fran Rico, Abel Gómez (Mikel Rico, m.68) Martins, Uche (Franco Jara, m.75), Dani Benítez (Mollo, m.68) y Geijo.
Atlético de Madrid: Courtois, Juanfran, Filipe Luis, Miranda, Domínguez, Mario Suárez (Assuncao, m.56), Gabi, Tiago (Adrián, m.56), Diego, Reyes y Falcao (Pizzi, m.75).
Árbitro: Turienzo Álvarez (Colegio Castellano-Leonés). Mostró cartulina amarilla a los locales Fran Rico, Martins y Nyom; y a los visitantes Gabi, Tiago, Juanfran, Miranda y Assuncao.
Incidencias: Partido correspondiente a la octava jornada de
Liga en Primera división disputado en Los Cármenes ante más de 22.000
espectadores, prácticamente lleno.
Romaric acaba con las ilusiones vallecanas
Los hombres de Mauricio Pochettino lograron la victoria gracias a un solitario gol de Romaric. El Rayo se queda a un punto del descenso.
Matinal de domingo con partido de Primera en
Vallecas. Ganas de victoria por parte de ambos, animación de lujo, sol
en lo alto y fantásticas condiciones para la práctica del fútbol. Hasta
aquí todo bien, y podría ser más perfecto todavía si no fuese porque el
horario enfada a muchos, e incomoda a otros. Profesionales incluidos,
pues los compañeros de las radios siguen sin poder contar lo que sucede
en los campos de fútbol.
Por seguir destacando, también
relevantes la recuperación del terreno de juego vallecano, bastante
mejorado tras aprovechar este parón de dos semanas en el que el balón no
ha pisado el césped, y sensaciones más allá de lo terrestre al
comprobar que Alejandro Arribas no sólo entra en convocatoria, sino que
también está en el once titular apenas quince días después de
diagnosticársele seis u ocho semanas de baja por problemas en varias
vértebras. Parece ser que también aprovechó estos quince días sin
fútbol. O eso, o el central no es de este planeta.
Primer tiempo
sólo entretenido, con presión vallecana en la zona de ataque. Tamudo
motivado para hacer goles, quizá por aquello de jugar ante su equipo, el
que lleva metido muy dentro. Incansable, como siempre, a la hora de
molestar a los centrales visitantes. Lo mismo que Piti, en este caso por
la banda diestra, intentando superar a Didac, y volviéndole loco por
momentos.
Misma locura que la de Jordi y el recuperado Arribas,
que en algunas ocasiones llegaron a sufrir atrás. De hecho, al borde del
descanso, los visitantes reclamaron un posible penalti sobre Didac que
el gallego Iglesias Villanueva no señaló y que se saldó con amarilla
para Javi Márquez por protestar. A decir verdad, se apreció contacto de
Piti, con lo que no hubiese sido extraño señalar pena máxima a favor
espanyolista.
En cuanto a ocasiones claras, la de Álvaro, tras
increíble servicio de Sergio García desde la banda derecha. El canterano
no llegó por poco con un Dani que no llegó al balón a pesar de la
salida. Por parte local, la más destacada para Piti, en un saque de
banda lateral que a punto estuvo de colarse en la portería de Cristian
Álvarez.
El que sí acertó fue Romaric, justo después de
los minutos de refresco. Recibió en el borde del área, nadie le molestó,
continuó con el balón en la media luna, Arribas y Jordi decidieron
seguir sin molestarle, y en un momento dado, el africano se decidió a
engatillar y a poner el balón lejos del alcance de Dani para
adelantar a su equipo en el marcador. Apenas diez minutos después, ya
con Pacheco y Lass en el césped, Dani sí respondió al mediapunta e hizo
una de las paradas de lo que llevamos de temporada en Vallecas, gran
estirada, apurando, para dejar sin amplia ventaja a un Espanyol mejor en
el segundo tiempo.
Tras el gol, Sandoval se negó a dejar escapar
otro partido en casa e hizo los tres cambios pero estos movimientos no
fueron suficientes para sacar el partido adelante. Ni siquiera Tamudo y
Delibasic volcados, juntos arriba mejoraron el ataque local. Además,
Michu no apareció como otras veces. Únicamente Dani Pacheco, eléctrico
en su juego por la izquierda, lo intentó con buenas sensaciones, pero no
fue suficiente para, por lo menos salvar un punto que dejase buen sabor
de boca en la grada.
El Espanyol pudo incluso ampliar su ventaja
con un tiro de Rui Fonte. Pero el partido no hubo más que diluirse poco
a poco, con un Rayo que lo intentaba arriba con más corazón que cabeza
pero que no tuvo ocasiones demasiado claras para sumar. Sí acercamientos
que pudieron acabar con contras mortíferas y definitivas a favor de los
catalanes.
Rayo Vallecano: Dani Giménez;
Tito, Jordi, Arribas, Casado; Botelho (Lass, m.56), Movilla (Pacheco,
m.61), Javi Fuego, Piti (Delibasic, m.69); Michu y Tamudo.
RCD Espanyol: Cristian Álvarez; Javi López, Amat, Héctor
Moreno, Dídac; Forlin, Javi Márquez (Baena, m.73); Sergio García,
Romaric (Pandiani, m.88), Verdú y Álvaro (Rui Fonte, m.55).
Goles: 0-1: m.56: Romaric.
Árbitro: Iglesias Villanueva (Comité Gallego).
Amonestó a Javi Fuego, Tamudo y Arribas del Rayo, y a Javi Márquez, Amat
y Romaric del Espanyol.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la octava
jornada de la Liga BBVA, disputado en el Estadio de Vallecas (Madrid)
ante 9.500 espectadores.
El Zaragoza comienza a carburar en el ocaso de los Pilares
Los maños fueron mejores y ganaron gracias a dos buenos goles de Postiga a una Real Sociedad que no fue capaz de formar ninguna jugada de ataque clara.
Gran victoria del Real Zaragoza ante la Real
Sociedad en La Romareda. El club maño fue mejor y se llevó la victoria
con dos golazos de Postiga para así poder adelantar por la derecha a un
equipo donostiarra que lleva encadenadas tres derrotas seguidas.
El partido sólo tuvo color local.
De hecho, la Real Sociedad no mantuvo el control de la pelota y del
juego en ningún momento, e incluso le costó generar ocasiones de gol y
mucho más finalizarlas, con falta de creación y ninguna definición
posible para un Aranburu que no gozó de demasiados balones.
Fue
Postiga, en cambio, quien se inventó un golazo de chilena -de lo mejor
de esta temporada junto con el de Baptista- para poner delante a los
maños a los 10 minutos de juego. El resto del primer tiempo fue
controlado por un Zaragoza que se dedicó a manejar la pelota y especular
con los tiempos de partido hasta que llegó la segunda.
Ya en el segundo tiempo, lejos de remontar la Real Sociedad, el Zaragoza anotó el segundo gracias a otra inspiración de Postiga, que fusiló en el área y acabó con todas las esperanzas del equipo visitante.
La
Real Sociedad se vio incapaz de dar la vuelta al marcador y encadenó su
tercera derrota consecutiva en Liga, así como también fue superada en
la tabla por el mismo Zaragoza, al que sacaba un solo punto de ventaja.
Real Zaragoza: Roberto; Juárez, Mateos
(Micael, min.65), Da Silva, Paredes; Ponzio, Meira (Zuculini, min.73);
Barrera (Juan Carlos, min.65), Luis García, Lafita; y Hélder Postiga.
Real Sociedad: Bravo; Carlos Martínez, Mikel, Íñigo Martínez,
De la Bella; Bergara (Demidov, min.46), Prieto, Aranburu (Mariga,
min.63), Zurutuza, Sarpong (Griezmann, min.69); y Agirretxe.
Goles: 1-0. Min.11, Hélder Postiga; 2-0. Min.49, Hélder Postiga.
Árbitro: Pérez Montero. Amonestó con cartulina amarilla por el
Real Zaragoza a Luis García, Ponzio y Lafita y por la Real Sociedad a
Íñigo Martínez, Carlos Martínez y Aranburu.
Incidencias: Partido correspondiente a la octava jornada de
Primera división disputado en el estadio de La Romareda, en tarde
calurosa, con terreno de juego algo seco pero en buen estado ante unos
25.000 espectadores.
Y en Orriols el sueño continua
Los granotas se niegan a despertar y logran una victoria contundente que deja al equipo de Pellegrini tocado tras un partido para olvidar por parte de los andaluces.
Partido de los grandes, entre dos equipos de
Champions. El futbol es así de impredecible, quien le diría a estos dos
hace un año que iban a estar en los primeros puestos de la
clasificación. Un equipo que invierte para ser alternativa, otro equipo que invierte
para mantener sus posibilidades de salvación. El resultado dejaría a
alguno de los dos en lo alto de la tabla como visitante inesperado.
Sin
Baptista ni Duda el equipo B salía con ganas de ser la alternativa. Los
primeros minutos de los granota no decepcionaron. Los pupilos de JIM
salieron a presionar arriba provocando el error al Málaga. El Levante marca territorio pero acaba perdiendo la posesión, no se siente incomodo ni mucho menos. Al contrario, aguantar y salir es lo que les ha puesto donde están.
Las
dos líneas juntas del Levante esperando el error del equipo andaluz.
Los demás equipos de la liga no defienden ni se juntan igual, y se notó
en el min. 13 en una internada por la banda derecha de Juanfran que
aprovechó el espacio que le habían dejado para poner un balón raso en el
punto de penalti que Barkero empujó a la portería. Gol del Levante. Y sorpresa o no, porque los granota nos están acostumbrando, el equipo local se ponía colider.
Ya lo decíamos, el futbol es impredecible y últimamente esta palabra la personifica el Levante. En el minuto 31 un balón en largo que dejaba solo a Kone obligó
al portero del Málaga a salir del área, y aparte de decisión correcta o
no del árbitro, expulsión de Caballero. Entró Rubén sustituyendo a
Caballero por Maresca.
La falta al borde del área era muy buena
para Barkero, el balón golpeó en la barrera y se desvió hacia Juanlu que
no perdonó y marcó el segundo del partido. Gol del Levante y casi
misión imposible para los andaluces con uno menos. Anímicamente el
Levante es de oro, les sale de todo y todo cuesta abajo. Antes del
descanso y con el Málaga en una nube una cesión de la defensa a Rubén,
aparentemente fácil de resolver, la aprovechó Kone, muy listo, que se adelantó a la jugada se hizo con el balón y marcó a puerta vacía.
Otro gol del Levante que dejaba sentenciado y hundido al Málaga tras un
error que no se debería achacar demasiado al portero. Fin de la primera
parte, el Levante sentenciaba el partido en 45 minutos con su estilo,
con su afición y su estado anímico.
Seba Fernández sustituye a Cazorla y Rondón
por Van Nistelrooy en la segunda mitad, Pellegrini cambiaba el dibujo
respecto dadas las circunstancias. El Málaga se quedaba sin su mejor
centrocampista. La segunda parte igual que la primera, el Málaga era dueño ficticio del balón,
quería pero no podía. El Levante ya había hecho los deberes y esperaba a
que el Málaga viniese para salir en contraataque. En el Levante salió
Juanlu por El Zhar. En el Ciutat de Valencia hay ganas de que este
jugador sea importante. Entró R. Suarez por Barkero y JIM daba descanso a
sus titulares.
El partido no encontró dueño y el Málaga parecía más resignado que optimista, esperando que pasasen los minutos. El Levante tuvo oportunidad de marcar el cuarto gol pero perdonó. En los últimos minutos entro Pallardó por Iborra y El Zhar perdonó el gol. Fin del partido y los 3 puntos para los granota.
El
Levante se ha colado en la fiesta de los grandes. Es invicto en el
campeonato y lleva 14 partidos sin perder desde el año pasado. Es uno de los mejores arranques de equipos modestos en la Liga. El Málaga se vio desbordado tras el primer gol y espera al Madrid la próxima jornada.
El Ciutat de Valencia se convierte en un fortín y coloca al Levante, con muchísimo merito, colíder junto al Barcelona. La gente del Ciutat de Valencia no se lo creía y se ve en una nube. Decíamos que al Levante le esperaba un maratón de partidos difíciles y ha superado el primero con nota. El Levante está de moda.
Levante UD: Munúa; Javi Venta, Ballesteros,
Nano, Juanfran; Iborra (Pallardó, min. 78), Farinós, Valdo, Barkero
(Rubén Suárez, min. 69), Juanlu (El Zhar, min. 65); Koné.
Málaga CF: Caballero; Jesús Gámez, Demichelis, Mathijsen,
Monreal; Toulalan, Maresca (Rubén, min. 29), Joaquín, Isco, Cazorla
(Seba Fernández, min. 46); Van Nistelrooy (Rondón, min. 46).
Goles: 1-0, min. 13, Barkero. 2-0, min. 30, Juanlu. 3-0, min. 40, Koné.
Árbitro: Muñiz Fernández (Colegio Asturiano). Amonestó a Barkero
(min. 16), Nano (min. 19) y Juanlu (min. 38), por parte del Levante.
Expulsó a Caballero (min. 27), con roja directa, por parte del Málaga.
Incidencias: Partido correspondiente a la octava jornada de la Liga BBVA
disputado en el estadio Ciutat de Valencia ante 13.108 espectadores. Los
dos equipos saltaron al terreno de juego portando una pancarta en apoyo
de la campaña "un post-it por el alzheimer.com".
El Sevilla sufre para derrocar al colista
Un buen Sporting mereció algo más que una derrota en Nervión. Manu del Moral y Cáceres marcaron para el local, mientras que Barral descontó para el cómodo colista.
Si se daban algunos resultados, el Sevilla podría haber sido el líder de la Liga BBVA este domingo por la noche, mientras que el Sporting de Gijón, pasara lo que pasara, seguiría ocupando la última posición de la clasificatoria en la competición española. Así de distintas eran las realidades de dos equipos que se enfrentaron en el Ramón Sánchez Pizjuán. Uno no fue líder porque, pese a vencer, los otros resultados no se dieron. El otro se aseguró otra jornada como colista.
El
Sporting comenzó jugando en Nervión sin complejos, algo que a lo largo
del primer tiempo -si los tenía- disimuló por completo. Incluso generó
la primer llegada del compromiso, remate de Barral desde la frontal
mediante, a las manos de Javi Varas. A los seis minutos, Manu del Moral -reemplazante del lesionado Negredo- cabeceó fuera un buen envío desde la banda por parte del uruguayo Martín Cáceres. Precisamente el ex del Getafe sería
el encargado de abrir el marcador con un tremendo golazo. Un remate
desde el vértice izquierdo del área se clavó en toda la escuadra e hizo
delirar al graderío andaluz, que llegó hasta el Pizjuán en poco número a
raíz del complicado horario del match. 15 minutos y el Sevilla ya
ganaba 1-0.
Si el Sporting lo tenía complicado,
en desventaja parecía que lo tendría aún más. Sin embargo, nada de eso.
Siguió buscando la portería rival y no sin ideas. Por el contrario,
acabó esa primera mitad mereciendo hasta más que una igualdad que no
llegó. Convirtió en figura a Javi Varas a fuerza de desbordes con Lora y Canella, y la movilidad de Barral en
punta. El capitán tuvo una clarita en la que el meta local llegó
primero, y el propio Varas estuvo genial dos veces para evitar el 1-1 en
dos saques de esquina cabeceados por Trejo y André Castro. Más tarde, Barral fue el que se anticipó al cancerbero del Sevilla, pero tiró alto su disparo dentro del área pequeña.
Los córners parecían una buena forma de buscar el empate para los de
Manolo Preciado, pero no porque no tuvieran otros argumentos. Generaban
buenas ocasiones, sólo que la zaga andaluza rechazaba como podía y en
las alturas ganaban los asturianos. Manu del Moral era lo mejor del Sevilla, junto con Javi Varas. Los dos explicaban el 1-0 con que terminó el primer tiempo.
El complemento mostró un Sevilla algo más agresivo. Juan Pablo evitó, en el amanecer de ese segundo tiempo, el segundo del conjunto de Marcelino. Un cabezazo de Navarro pudo ser el 2-0, pero el meta visitante respondía en una de las pocas veces que hasta entonces había sido exigido. Pero nada pudo hacer en el primer gol de Cáceres en la temporada:
el colegiado vio manos de Canella -no era intencional-, pitó una falta
cerca del área que ejecutó Rakitic, y el uruguayo cogió el rechace que
dio el larguero tras el primer cabezazo de un compañero. El 2-0 distaba mucho de lo que mostraban ambos equipos en campo.
Barral puso suspenso y justicia en la noche de Nervión al marcar el descuento sobre los 64 minutos de partido. El punta mandó a la red una asistencia de Bilic, que dejó solito al capitán. El 2-1 pudo ser 3-1 enseguida, de no haber sido porque Kanouté desvió su remate tras gran pase de Rakitic,
de muy buen partido. Se iba el partido y el argumento del once local
para ampliar ventajas era rematar desde lejos, aunque sin éxito. Los visitantes quedaban descompensados en defensa porque iban a por la igualdad sin tanto orden. Nunca lo supo aprovechar del todo el elenco de Marcelino.
De
todas maneras, el Sevilla cumplió con su objetivo y suma otros tres
puntos pensando en la parte alta de la clasificación. Por su parte, el
Sporting de -por ahora- Manolo Preciado, agrega otro nuevo paso en falso
a su temporada y se complica más de la cuenta. ¿Lo positivo? No cayó ningún puesto... sigue último.
Sevilla FC: Javi Varas; Cáceres, Spahic,
Escudé, Fernando Navarro; Jesús Navas, Trochowski, Medel (Fazio, m.81),
Perotti (Rakitic, m.28); Manu del Moral (Armenteros, m.74) y Kanouté.
Sporting de Gijón: Juan Pablo; Lora, Botía, Iván Hernández, Canella; Rivera (Eguren, m.84), Nacho Cases (Bilic, m.61); Trejo (Luis Morán, m.80), Andre Castro, De las Cuevas; y Barral.
Goles: 1-0, M.15: Manu del Moral, de potente disparo desde fuera del área. 2-0, M.57: Cáceres, de cabeza, tras rematar Escudé al larguero. 2-1, M.64: Barral, a pase de Trejo.
Árbitro: Miguel Ángel Pérez Lasa (Comité Vasco). Amonestó a los locales Jesús Navas (m.22), Spahic (m.35), Rakitic (m.92) y Fernando Navarro (m.93), y a los visitantes Botía (m.28), Canella (m.56),
El Athletic recibía esta noche a Osasuna
con la intención de corroborar el buen juego desplegado en citas
anteriores con una victoria, la primera como local, en el campeonato
liguero. Y a buena fue que lo consiguió, un contundente 3-1 que
más bien pudo ser un 4-0 si no es por el conformismo en la segunda
parte que llevó a Javi Martínez a confiarse tanto que en el último
minuto cometió un penalti tan infantil como innecesario.
Sporting de Gijón: Juan Pablo; Lora, Botía, Iván Hernández, Canella; Rivera (Eguren, m.84), Nacho Cases (Bilic, m.61); Trejo (Luis Morán, m.80), Andre Castro, De las Cuevas; y Barral.
Goles: 1-0, M.15: Manu del Moral, de potente disparo desde fuera del área. 2-0, M.57: Cáceres, de cabeza, tras rematar Escudé al larguero. 2-1, M.64: Barral, a pase de Trejo.
Árbitro: Miguel Ángel Pérez Lasa (Comité Vasco). Amonestó a los locales Jesús Navas (m.22), Spahic (m.35), Rakitic (m.92) y Fernando Navarro (m.93), y a los visitantes Botía (m.28), Canella (m.56),
Incidencias: Partido disputado en el estadio Ramón Sánchez
Pizjuán ante unos 35.000 espectadores. Terreno de juego en buenas
condiciones. El Sevilla FC, por primera vez en esta temporada, no ha
permitido la entrada de las emisoras de radio siguiendo las directrices
de la Liga Nacional de Fútbol Profesional.
Los leones de Bielsa progresan adecuadamente
Los locales anotaron dos goles en sus dos primeras ocasiones y después cerraron la goleada al borde del descanso. Osasuna no marcó su único tanto hasta el tiempo de descuento.
El Athletic recibía esta noche a Osasuna
con la intención de corroborar el buen juego desplegado en citas
anteriores con una victoria, la primera como local, en el campeonato
liguero. Y a buena fue que lo consiguió, un contundente 3-1 que
más bien pudo ser un 4-0 si no es por el conformismo en la segunda
parte que llevó a Javi Martínez a confiarse tanto que en el último
minuto cometió un penalti tan infantil como innecesario.
El
conjunto de Marcelo Bielsa salió con las ideas muy claras, muy brioso y
apretando arriba desde el pitido inicial. El estilo de juego de
asociación implantado por el rosarino hace que cuando se pierde el balón
en campo contrario los jugadores estén tan próximos que al perder el
balón la presión sobre el rival poseedor del balón es asfixiante
permitiendo no sufrir en labores defensivas. Pero todo esto no servía para nada si el equipo era incapaz de perforar la meta del equipo rojillo,
que alrededor del cuarto de hora subió las líneas y presionó tan arriba
que el Athletic era incapaz de elaborar como hasta ese momento.
En
esta tesitura, los locales se veían obligados a jugar más en largo y,
por tanto, la posterior recuperación del balón se antojaba mucho más
complicada, si bien es cierto que cada balón que Amorebieta jugaba en
largo con Llorente, éste lograba bajarlo y dejárselo a un compañero en
condiciones, pero el juego se volvió más trabado y Osasuna llegó a
dominar por momentos.
Pero en una de estas, una buena combinación
de los leones llevó el balón hasta la banda derecha y tras varios
rechaces el balón que cayó a los pies de Muniain que sin dejar respirar al balón alojaba el balón al fondo de las mallas navarras. A partir de aquí, otro vendaval local en juego y coraje permitía a Gabilondo anotar el segundo gol de la noche tras un remate de Llorente que golpeó en el brazo de Roversio y que dejó el balón franco al de Añorga.
Otra
muy buena combinación llevando el esférico de un lado a otro del campo
al primer toque hizo que llegara el tercero al filo del descanso al aprovechar Javi Martínez un centro medido por Andoni Iraola.
El
segundo tiempo transcurrió sin mayores sobresaltos pues el equipo de
Mendilíbar era incapaz de hacer daño a una defensa crecida gracias a las
actuaciones brillantes de Amorebieta y Ekiza. El conformismo ya
mencionado tampoco hizo que el Athletic lograra una mayor renta en el
marcador.
Sí hubo tiempo para que el colegiado enseñara la
segunda cartulina a Lamah por golpear a Muniain en la cara y a que Ander
Herrera volviera a pisar un terreno de juego tras perderse por una
lesión en el menisco los últimos partidos.
Athletic de Bilbao: Iraizoz; Iraola, Ekiza,
Amorebieta, De Marcos (Aurtenetxe, min.46); Javi Martínez; Susaeta
(Ander Herrera, min.79), Iturraspe, Muniain (Toquero, min.75), Gabilondo; y
Llorente.
Atlético Osasuna: Andrés Fernández; Marc Bertrán, Roversio (Lolo,
min.40), Sergio, Damiá; Puñal, Nekounam; Cejudo (Ibrahima, min.62), Raúl
García, Lamah; y Nino (Annunziata, min.74).
Goles: 1-0, min.29: Muniain. 2-0, min.37: Gabilondo. 3-0, min.46+: Javi Martínez. 3-1, min.91: Nekounam, de penalti.
Árbitro: Estrada Fernández (Comité Catalán). Expulsó a Lamah,
en el minuto 69, por doble amonestación. Además, mostró tarjeta amarilla
a los locales Iraola y Javi Martínez, y al visitante Nekounam.
Incidencias: Unos 33.000 espectadores en San Mamés. Temperatura veraniega y terreno de juego en buenas condiciones. Octava jornada de Liga.
CLASIFICACIÓN PROVISIONAL DE LA LIGA BBVA
Posición
|
Equipo
|
Puntos
|
Jugados
|
Ganados
|
Empatados
|
Perdidos
|
GF
|
GC
|
1
| FC BARCELONA |
17
| 7 | 5 | 2 | 0 | 26 | 4 |
2
| LEVANTE UD |
17
| 7 | 5 | 2 | 0 | 11 | 3 |
3
| REAL MADRID |
16
| 7 | 5 | 1 | 1 | 24 | 6 |
4
| SEVILLA FC |
15
| 7 | 4 | 3 | 0 | 8 | 4 |
5
| VALENCIA CF |
14
| 7 | 4 | 2 | 1 | 10 | 7 |
6
| MÁLAGA CF |
13
| 7 | 4 | 1 | 2 | 10 | 7 |
7
| REAL BETIS BALOMPIÉ |
12
| 7 | 4 | 0 | 3 | 10 | 11 |
8
| ATLÉTICO DE MADRID |
9
| 7 | 2 | 3 | 2 | 8 | 6 |
9
| REAL ZARAGOZA |
9
| 7 | 2 | 3 | 2 | 9 | 13 |
10
| RCD ESPANYOL |
9
| 7 | 3 | 0 | 4 | 6 | 11 |
11
| ATHLETIC DE BILBAO |
8
| 7 | 2 | 2 | 3 | 10 | 10 |
12
| RCD MALLORCA |
8
| 7 | 2 | 2 | 3 | 6 | 8 |
13
| REAL SOCIEDAD |
7
| 7 | 2 | 1 | 4 | 7 | 10 |
14
| VILLARREAL CF |
7
| 7 | 1 | 4 | 2 | 7 | 11 |
15
| ATLÉTICO OSASUNA |
7
| 7 | 1 | 4 | 2 | 6 | 15 |
16
| RAYO VALLECANO |
6
| 7 | 1 | 3 | 3 | 6 | 11 |
17
| GETAFE CF |
5
| 7 | 1 | 2 | 4 | 6 | 10 |
18
| GRANADA CF |
5
| 7 | 1 | 2 | 4 | 2 | 8 |
19
| RACING DE SANTANDER |
4
| 7 | 0 | 4 | 3 | 4 | 12 |
20
| SPORTING DE GIJÓN |
1
| 7 | 0 | 1 | 6 | 3 | 12 |
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