El cuadro blanco mantiene la ventaja de dos partidos con respecto al Barcelona antes del Clásico.
El Real Madrid llegará al
Clásico del próximo 10 de diciembre pleno de moral, de fuerzas, de
ilusión, y con un colchón de al menos tres puntos reales para seguir
siendo líder aunque pierda, después de una trabajadísima victoria en El
Molinón. Sin Xabi Alonso en el campo y con un Sporting
muy batallador, hubo de dejar el esmoquin en el vestuario y ponerse el
mono para bajar al barro, pero incluso en este inusual paisaje volvió a
dar muestras de que este equipo va muy en serio a por la Liga.
Di María fue el gran oxigenador esta vez,
primero con un gol de pillo a la media hora que permitió respirar más
tranquilo a los blancos, y luego, con una asistencia de lujo a Ronaldo
para que marcara el segundo tanto y sacar los suspiros de los locales.
Marcelo marcó el tercero ya en el descuento para certificar una goleada
que quizá fue demasiado castigo para un Sporting tan serio como el Real
Madrid, aunque con un monumental déficit de pegada y solidez atrás
comparado con este soberbio equipo blanco.
Empezó el partido como
se esperaba: tenso, igualado, duro, disputado. Una cosa era que
Preciado hubiera hecho las paces con Mourinho, y que todo fuera miel
sobre hojuelas entre ellos, y otra que el sportinguismo las hubiera
hecho con el madridismo. Y por ello, el cuadro rojiblanco cumplió con su
reciente historia y salió a morder a los merengues, a apretarles, a
hacerles sudar, a arrancarles un rechinar de dientes. José Mourinho
apostó por un doble pivote sin creador, un trivote sin la pata de la
imaginación con Lass y Khedira, lo que
contribuyó aún más si cabe a ese partido que se preveía: de brega en el
centro del campo, y dominado y condicionado en algunas fases por un
Iturralde González en plan pistolero con todo lo que se movía a su
alrededor.
Sin embargo, algo sí que cambió con respecto a
años anteriores. Y es que si bien en otro momento de la más reciente
historia de los blancos un partido así hubiera servido para desconectar a
los jugadores madridistas ante la ausencia de un faro que les guiase y
con un árbitro desquiciando a propios y extraños, esta vez no fue así.
El Real Madrid impuso un fuerte ritmo, aprovechando ese físico
prodigioso que se ha curtido, tanto para agobiar y robarle los balones
al Sporting cuando defendía, como para atravesarlo con puntiagudos
ataques desde las bandas cuando tenía el balón en su poder. Y es que sin
el mariscal en el centro del campo, y con un atasco considerable en la
medular, Di María, Ronaldo y Marcelo se erigieron muy inteligentemente en los mandamases merengues desde la línea de cal, sobre todo la izquierda, haciéndole pasar a Damián Suárez un calvario constante.
Y
precisamente por ahí llegó el gol de Di María cumplida la media hora de
partido. El argentino aprovechó un despiste de Damián Suárez para
robarle la cartera, internarse hasta la portería rival guiándose por la
línea de fondo cual funambulista, y marcar sin casi ángulo tirando del
viejo truco del engaño. “Juan Pablo, sal de debajo del larguero que voy a
centrar” pareció decirle al meta rojiblanco para luego tirar a puerta
sin oposición, ganándose el positivo al más listo de la clase y poniendo
en ventaja al Real Madrid.
Un gol que le vino al cuadro blanco como
anillo al dedo. Y es que si bien seguía sin haberle podido entrar ni el
pelo de una gamba a ni un jugador de la tensión física, los pupilos de
Mourinho sí que supieron administrar sus agobios y sus fantasmas
mentales con el marcador a favor, traspasándole la presión al Sporting.
Entonces fue cuando se vio la mejor versión de los hombres de Preciado,
que ya reclamaron un penalti de Lass poco antes del gol, y que pudo
haber marcado si Botía hubiera enfocado bien en un cabezazo al centro de
una falta. Pero paradójicamente, cuando más se estiraron los locales,
fue cuando llegó sentencia merengue.
Se veía venir. Y es que defendiéndose y jugando a la contra, este Madrid también se encuentra cómodo. Tanto o más que si tiene el control total del partido.
Y por cada vez que el Sporting pisaba el área de Casillas, el Real
Madrid pisaba dos la de Juan Pablo. Si el Sporting era el que alzaba la
cabeza y sacaba la lengua para avisar cual cobra, era luego el Real
Madrid el que parecía más cerca de hincar el diente. Así, le hicieron
falta dos metros a Di María y Ronaldo para construir el segundo y
decisivo gol. Una pared en el centro del campo en un ataque estático,
con una inverosímil asistencia del argentino para dejar solo a Ronaldo,
un recorte a Juan Pablo, y un remate casi sin ángulo del luso, y el
partido ya estaba en el bolsillo. Qué difícil hacerlo tan fácil. Qué
fácil parece lo difícil.
El partido le había salido al Madrid
tal y como lo había calculado, y la última media hora ya sólo tuvo que
aguantar el resultado. El Sporting no sacó la alfombra roja ni mucho
menos, y los de blanco tuvieron que lucharlo hasta el final. Pero la
introducción y el nudo ya estaba superados, y el desenlace estaba ya
escrito y sabido por todos. Higuaín, Benzema y Di María pudieron haber marcado al contraataque,
pero ni siquiera la expulsión de Eguren ni la entrada de Kaká después
de un mes fuera de los terrenos de juego cambiaron el sino de una
trabajada victoria para el Real Madrid. Sí le cambió la fachada Marcelo
en el descuento con un gol premio a su completísimo partido individual
dentro de una mejor sinfonía oclectiva, que le permitirá al Madrid salir
del Clásico por encima del Barcelona pase lo que pase. Algo que no es para nada baladí.
Sporting de Gijón: Juan Pablo; Damián, Botía,
Gregory, Canella; Eguren; Trejo (Nacho Novo, min.73), André Castro
(Sangoy, min. 67), Nacho Cases, De las Cuevas; y Barral (Bilic, min.
78).
Real Madrid: Casillas; Fabio Coentrao, Pepe, Sergio Ramos,
Marcelo; Khedira, Lass Diarra, Di María (Albiol, min.75), Özil (Kaká,
min.81), Cristiano Ronaldo; e Higuaín (Benzema, min.76).
Goles: 0-1. Min. 35. Di María; 0-2. Min. 56. Cristiano; 0-3. Min. 90. Marcelo.
Árbitro: Iturralde González (Comité Vasco). Mostró cartulina
amarilla a Barral (24'), Trejo (27'), Nacho Cases (45', Bilic (27')
-sentado en el banquillo-; expulsó del banquillo a Rui Farias (18'),
ayudante de Mourinho, y amonestó a Callejón (también por protestar desde
el banquillo). Expulsó también a Eguren por doble amarilla (80').
Incidencias: 27.000 espectadores acudieron al estadio de El Molinón. Casi lleno.
Rayo de esperanza a orillas del Sardinero
Tras la salida del argentino, Juanjo González debutó con victoria en el banquillo cántabro. Stuani anotó el gol decisivo y el Racing ya no es colista. El Villarreal, de mal en peor.
Sólo tres veces había podido ganar el Racing en las once ocasiones que el Villarreal visitó El Sardinero en primera División. Y no ganaban a este rival desde hacía casi cinco años. Pero ese no era el único muro que debía escalar el Gigante Montañés para salir adelante este sábado. Empezaba una nueva historia, con nuevo técnico en el banquillo. Y había mucha incertidumbre por ello, claro.
Pero las sensaciones habían sido buenas entre semana, porque Juanjo González, técnico joven pero muy identificado con el Racing, conocía bien la casa. Por ello, hizo apenas unos pocos retoques en su once para el debut, aunque confirmó a Colsa y Munitis como sus dos principales bastiones. Y apostó por Cristian Stuani en punta.
Estas decisiones le traerían buenas noticias al Racing, ante un Villarreal que llegaba aturdido a El Sardinero. De inicio, sorprendió no ver a Nilmar en el once, sabiendo que el brasileño estaba disponible, y sí a Cani. Marco Ruben fue el único punta, con el paraguayo Hernán Pérez un poco más atrás.
No fue bueno el primer tiempo. Al menos no en cuanto a grandes emociones, porque no las hubo. El mérito del Racing, en cualquier caso, fue cortar el circuito creativo del Villarreal, ahogando a Valero y a Cani. Ninguno de los dos hizo prácticamente nada, especialmente el aragonés, tragado por Bernardo en el lateral diestro y por los apoyos de Diop y Colsa.
El Racing, en tanto, se fue creciendo con el paso de los minutos, aunque sin poder llegar con claridad hasta el área de Diego López. Jugó bien Arana por la derecha, y también Munitis en la banda opuesta, pero faltaba la última puntada para que la bola llegase clara a Stuani.
Pero llegó. Una tenía que ser, al menos, y vaya si sabría aprovecharlo el Racing. A los 27 minutos, el primer remate franco de todo el partido acabó en gol, con una gran acción del Racing. Colsa luchó, recuperó y abrió rápido a Arana. El extremo sacó un centro precioso y Stuani remató con todo, de cabeza, el 1-0.
El charrúa, que había anotado su único gol en esta Liga en una victoria (la única hasta aquí, 1-0 frente al Betis), demostró todo su oportunismo, y confirmó en la red lo que se merecían los cántabros. El Villarreal se fue al descanso sin rematar una sola vez a puerta. Lamentable producción.
JC Garrido, que ya estaba contra las cuerdas antes de este partido, se la jugó y sacó para el segundo tiempo a Nilmar y De Guzmán, por Cani y Ángel, inadvertidos en Santander. Los cambios surtieron efecto, de inmediato, y el brasileño casi anota el 1-1 rematando con apenas dos minutos en el campo. Atrapó Toño, pero ya intervenía el meta local.
Poco después, fue justamente De Guzmán el que remató desde media distancia, pero demasiado alto, y el Racing comenzaba a sufrir. Afortunadamente, su técnico, González, vio muy bien por dónde pasaban las necesidades del equipo: mandó al campo a Lautaro Acosta, y el argentino, que reaparecía tras casi tres meses, jugó un gran segundo tiempo.
El trabajo del Laucha Acosta fue importante para fijar la defensa del Villarreal, para pillar espacios a la contra y, cómo no, para rascar faltas que hicieran pasar el tiempo. Y que trajeran más y más nerviosismo al equipo rival, que es lo que ocurrió.
Ya no habría más ocasiones claras en el segundo tiempo. Fue mérito del Racing y su gran trabajo defensivo -muy bien Torrejón y Álvaro, y perfecto el colombiano Bernardo en las coberturas en la derecha-; y fue también, cómo no, una clamorosa evidencia negativa en el Villarreal.
Este equipo, que estaba hecho para avanzar en Champions y quedarse en Zona Europea en Liga, está cada vez peor, sumando este sábado su sexta derrota en Liga. ¿Quién podrá solucionar su hemorragia constante de puntos?
Racing de Santander: Toño; Álvaro,
Torrejón, Bernardo, Cisma; Arana, Diop, Colsa, Adrián (Luque, min 84),
Munitis (Christian, min 73); y Stuani (Acosta, min 62).
Villarreal CF: Diego López; Mario, Gonzalo (Moises Gómez, min
62), Musacchio, Joan Oriol; Cani (De Guzmán, min 46), Ángel (Nilmar),
Bruno, Borja Valero; Hernán Pérez y Marcos Rubén.
Gol: 1-0, min 28. Stuani.
Árbitro: Pedro Jesús Pérez Montero (Comité Andaluz). Mostró
cartulina amarilla a Adrián y Toño por el Racing y a Musacchio, Oriol y
Mario por el Villarreal.
Incidencias: Partido de la decimoquinta jornada de Liga disputadoen los Campos de Sport de El Sardinero ante unos 10.000 espectadores.
El Barça recupera sensaciones con el Clásico en el horizonte
El conjunto blaugrana hizo un partido sensacional ante un Levante muy serio que se marchó goleado gracias al acierto de su rival. Marcaron Cesc, Alexis, Cuenca y Messi.
El Barça golea con cinco goles a un mal
Levante y ya queda a la espera de la llegada del Clásico. Nueva manita
para los de Guardiola con doblete de Cesc y goles de Alexis, Messi e
Isacc Cuenca.
Partido importante para los de Pep Guardiola a una
semana del Clásico y con tres puntos de más para el Barça, donde una
victoria pasaría por llegar con el mejor sabor de boca al Estadio
Santiago Bernabéu.
Para la ocasión, el de Sant Pedor demostró que
no se lo tomaba a broma. De hecho alineaba a Sergio Busquets,
apercibido de sanción, por delante de la defensa, a la que regresaba
Puyol, y con Alexis e Isaac Cuenca acompañando a Messi. Villa de nuevo
al banquillo.
El Levante, motivado, salía al Camp Nou con la
convicción de poder puntuar por fin en el feudo culé. Misión imposible
hasta el momento para los de Juan Ignacio Martínez, que están cuajando
una de sus mejores temporadas, con su cuarto puesto en la tabla.
Sorprender al Barça no era algo imposible, y al Levante le sobraba
ambición para eso y más. Valdo y Arouna Kone serían los encargados de
poner a los blaugrana contra las cuerdas.
Sin embargo, poco
duraba esa ambición en un Levante que inició los primeros cuarenta y
cinco minutos encerrado en su área ante la presión infernal del FC
Barcelona. Era Cesc el que a través de una jugada maravillosa entre
Messi y Andrés Iniesta, la cogía al borde del área para mandarla al
fondo de la red, sin que los granotas no pudieran ni siquiera proponerse
el primer ataque.
El primer gol del Barça a velocidaz tan
desmesurada no fue casualidad, y es que ya está demostrado que, el hecho
de jugar con tres defensas, permite a los culés una mayor jugabilidad
en el medio campo, cosa que ante equipos como el Levante, se convierte
en la goleada que se avecinaba en el Camp Nou.
Es así como la
progresión del partido se quedaba al Barça como protagonista, tocando en
la línea de tres cuartos, como a la espera de poder marcar ante la
férrea defensa de los levantinistas.
Si bien, pasada la media
hora de juego era de nuevo Cesc Fàbregas el que volvía a meter el balón
en la portería de Munúa, que no puedo evitar como el testarazo certero
del ex del Arsenal ponía el segundo en el marcador, gracias al centro
ideal de Xavi Hernández.
No se esperaba al Levante casi al
término de la primera parte, cuando lo único que hacía era defender, y
no con demasiada fortuna. Porque el Barça volvería a marcar. Y fue poco
después del cambio del capitán Carles Puyol, por Dani Alves ante unas
presuntas dolencias del de la Pobla.
Esta vez sería el “Becario”
Isaac Cuenca el encargado del tercer gol del Barça. Leo Messi se saca
del bolsillo un jugadón marca de la casa, para habilitar finalmente a
Cuenca que llegaba por la izquierda y la engancha al vuelo para dar el
finiquito a la primera parte con el tercer gol culé.
Solo tuvo
una clara al final del primer periodo el Levante, pero sin efecto.
Valdés atajaba el balón cuando Koné se había quedado solo ante él. Muy
acertado el meta local, que sigue sin encajar goles en la presente Liga
en el Camp Nou.
Ya en los segundos cuarenta y cinco minutos,
misma historia en el terreno de juego. Eso sí, Pep Guardiola, ya con
tres tantos de ventaja, sacó a Sergio Busquets por Keita, para evitarse
complicaciones y posibles partidos de sanción ante las cuatro tarjetas
del de Badia.
El Levante en la misma línea, como equipo
acongojado en su área, intentando defender un vendaval llamado Barça.
Algo más atrevidos sin embargo en su punto de contraataque, ya que nada
más comenzar los segundos cuarenta y cinco minutos, era Asier del Horno
el que a centro de Javi Venta intenta reventar la portería de Valdés. El
portero del Barça se lanzaba maravillosamente para atajar el tiro del
Levante.
Ocasión baldía para los Granota como antesala del cuarto
gol del Barça. Como no, Leo Messi, gracias al pase lineal de Alves, y
que el argentino no desperdiciaba. Una goleada básica del Barça para
acostarse pensando en el Clásico bien a gusto.
Aun quedaría un
gol, no obstante. Porque solo seis minutos después, un delantero del
Barça sería de nuevo protagonista. En esta ocasión, Alexis Sánchez era
el autor del gol. De nuevo una combinación entre una de las pareja de
moda en esta temporada. Una jugadita a la contra entre Cesc y Messi
habilitaba al chileno para rematar el partido con el quinto chicharro.
A
partir de ahí, el Barça ya empezó a avanzar al ralentí. Dosificación y
respiro por parte de Pep Guardiola que ya veía en el horizonte el
Santiago Bernabéu, con mejor cara y resaca eliminada, tras los malos
momentos pasados después de la derrota en Getafe.
Todavía le dio
tiempo al FC Barcelona de que le anularan el gol que hubiese conformado
el set a cero. Gol anulado a Andrés Iniesta con serias dudas por su
fuera de juego.
El Barça golea, y se prepara para la gran batalla
del Bernabéu con un Cesc Fàbregas magistral. Victoria demasiado fácil
para los culés que esperan rendir a cien por cien la próxima jornada en
Madrid.
FC Barcelona: Valdés; Puyol
(Alves, min.36), Mascherano, Abidal, Sergio Busquets (Keita, min.46),
Xavi, Iniesta, Cesc (Pedro, mi.72), Cuenca, Messi y Alexis.
Levante UD: Munúa; Javi Venta (Rubén, min.64),
Ballesteros, Del Horno (Gustavo Cabral, min.75), Juanfran, Farinós, Xavi
Torres, Iborra (El Zhar, min.58), Valdo, Koné y Pedro López.
Goles: 1-0: Cesc, min.3. 2-0: Cesc, min.33. 3-0: Cuenca, mi.37. 4-0: Messi, min.55. 5-0: Alexis, min.60.
Árbitro: Teixeira Vitienes (Colegio Cantabro).
Mostró tarjeta amarilla a Javi Venta (min.25), Ballesteros (min.32), Del
Horno (min.42), Cesc (min.45) y Valdés (mi.90).
Incidencias: Partido de la decimoquinta jornada de
Primera División disputado en el Camp Nou ante 79.361 espectadores.
Antes del encuentro, se homenajeó al ex presidente del club Josep Suñol
por el 75 aniversario de su muerte.
Soldado sale al rescate de un Valencia con la cabeza en Londres
Los chés vencieron por 2-1 a un Espanyol que les complicó mucho las cosas. Soldado entró desde el banco de suplentes en el tramo final para resolver el partido con un gol.
Gran victoria del Valencia en casa contra un
Espanyol que llegaba con necesidades y no puso las cosas nada fáciles.
El equipo ché, que se puso por delante en el marcador, terminó
necesitando recurrir a un Roberto Soldado que salió desde el banco de
suplentes para marcar el gol que dejó los tres puntos en Mestalla.
El partido comenzó igualado, con un Valencia ligeramente mejor a su rival o,
al menos, con más ganas de marcar el primero del encuentro. En una
jugada en el área catalana, Didac se pasó agarrando a Dealbert y el
colegiado señaló un penalti en el minuto 6 de juego que Tino Costa no
falló.
Esto puso el partido cuesta arriba para el Espanyol desde
el inicio, pero también sirvió para que, con el paso del tiempo, el
Valencia se fuese relajando y así el Espanyol pudiese llegar a empatar
el encuentro en la segunda mitad.
Una gran jugada de Thievy terminó en una asistencia suya al área para que Moreno empujase la pelota a gol desde dentro del área ante la presión de la defensa valenciana.
El
Valencia quedó KO durante algunos minutos, pero el Espanyol no se
terminó de aprovechar de ello y fueron los locales quienes terminaron
matando el partido. Emery terminó recurriendo a Soldado en el tramo final de juego para que marcase el gol de la victoria al rematar de cabeza un córner que terminó en gol nada más entrar al campo.
Con
este tanto de Soldado, el Valencia se llevó los tres puntos y puede
pensar tranquilo en el Chelsea del próximo partido de Liga de Campeones,
mientras que el Espanyol continúa sumergido en su mala racha de
resultados.
Valencia CF: Diego Alves, Barragán
(Bruno, m.46), Rami, Dealbert, Jordi Alba, Topal, Tino Costa, Pablo,
Piatti (Jonas, m.68), Mathieu y Aduriz (Soldado, m.75).
RCD Espanyol: Cristian Álvarez, Galán (Rui Fonte, m.61),
Raúl Rodríguez, Héctor Moreno, Didac, Gómez (Baena, m.75), Forlín,
Verdú, Thievy, Weiss y Álvaro (Bacari, m.85)
Goles: 1-0, m.6: Tino Costa, de penalti. 1-1, m.68: Héctor Moreno. 2-1, m.80: Soldado.
Árbitro: Velasco Carballo (Comité Madrileño).
Amonestó por el Valencia a Barragán, Topal, Pablo, Jordi Alba, Rami y
Tino Costa, y por el Espanyol a Didac, Raúl Rodríguez, Galán, Weiss y a
Amat, que estaba en el banquillo.
Incidencias: Partido disputado en el campo de
Mestalla ante 40.000 espectadores. En los prolegómenos del partido se
rindió homenaje al exjugador argentino Mario Kempes. Asistió el
seleccionador argentino, Alejandro Sabella.
El Atleti solventa el derbi matinal ante un buen Rayo
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