Plácido trámite para finalizar el 2011 a ritmo de Callejón
Gran partido de Callejón, que marcó dos goles y dio otro. Por fin asomó Sahin, con un tanto y una gran asistencia.
El Real Madrid despide el año como ha venido
haciéndolo durante el resto del 2011. Esto es, goleando a quien se le
ponía por delante mientras no fuera el Barcelona. Mourinho repartió
minutos entre los menos habituales y los canteranos, y éstos
respondieron de maravilla haciendo inútiles los esfuerzos de una
impotente Ponferradina. Los cinco goles obra de los fichajes (cartera) y
los de la casa (cantera) son el fiel reflejo de las buenas sensaciones
que dejó entre el madridismo un partido que parecía inocuo, pero que
sirvió para que el segundo batallón se reivindicase en el que era su
día.
Y es que se presentaba el partido en el Bernabéu con un tufillo extraño. Situado como el último encuentro del año, Mourinho nunca antes había dado descanso a tantos jugadores,
y con un 0-2 en la ida casi definitivo. Un partido un tanto desubicado.
Sin embargo, más allá de la consabida y previsible clasificación, el
partido sirvió para que el madridismo se fuera con un sabor de boca más
que dulce a las vacaciones. Primero, porque el Bernabéu presentó una
notable entrada de 60.000 espectadores, muchos de ellos niños, y el
ambiente fue bastante mejor de lo esperado. Y segundo, y más importante,
porque los menos habituales del equipo dieron la cara por su entrenador
y el escudo que defendían.
Callejón volvió a demostrar que va muy en
serio, que lo suyo no es flor de un día. Marcó dos goles en las enésimas
jugadas en las que entra desde atrás rompiendo la defensa, una de sus
especialidades, y dio una asistencia. Ozil volvió a encontrarse y a ser
encontrado en el campo después de algunos partidos algo grises. Y como
muestra, la asistencia del primer gol. Igual que Sahin, que sin llegar
ni mucho menos a esas cotas que el madridismo tiene preparadas para él,
sí que dejó algunos destellos más de los vistos hasta el momento, como
por ejemplo la asistencia a Callejón. Casado cumplió en el que fue su
día soñado. Varane se mostró muy seguro en la zaga, e incluso marcó
también al saque de una falta de Granero. Y sobre todo, el que quizás
más aprovechara su oportunidad fuera precisamente el propio Granero. Y
es que pese a estar forzadamente desentrenado por los pocos minutos que
lleva disputados, el Pirata demostró ganas, talento, y hasta peso en los
ataques merengues.
Dicho esto, el partido no fue todo lo
brillante que dicen las actuaciones individuales independientemente. A
la Ponferradina quizá se le hiciera un poco grande el campo madridista,
pese a que tiene las mismas dimensiones que el de El Toralín, y nada quedó de esa presión asfixiante que por momentos agobiara tanto a los pupilos de Mourinho en Ponferrada.
Así, con espacios, el Real Madrid sólo tuvo que tocar y tocar hasta
acercarse progresivamente a la portería visitante. Más sabe el diablo
por viejo que por diablo, y en este caso, a los merengues apenas les
bastó con madurar el partido con el paso del tiempo para que fueran
cayendo los goles, respirar los aromas de la tranquilidad y meterse la
clasificación en el bote.
Mediada la primera parte fue Callejón el que
adelantó a los blancos aprovechando un buen pase de Ozil en profundidad y
un mejor desmarque al hueco por detrás de la defensa. Diez minutos más
tarde, el canterano a punto estuvo de firmar la que hubiera sido la
jugada de la noche si no se llega a encontrarse con el travesaño en una
vaselina desde casi el córner. Fue cuando la primera parte ya expiraba
cuando llegó el segundo gol, obra del recién llegado Sahin al cabecear
en el palo lejano un córner botado por Ozil. Y nada más reanudarse el
partido, Varane aprovechó el rechace al saque de una falta botada por
Granero para ponerle la puntilla a la eliminatoria, que no al partido.
Pues
pese a que el juez ya había dictado sentencia, nadie se quitó el
uniforme. Tanto el Madrid como la Ponferradina siguieron buscando el gol
con ahínco, sin bajar ni una sola marcha en su camino. El cuadro leonés
encontró su momento de gloria en el minuto 52, cuando Acorán
aprovechó la autopista que le dejó el equipo blanco para plantarse en el
balcón del área de Adán y marcar con un tiro cruzado. El bueno
de Benzema se quedó sin marcar después de iluminar como nadie un
partido gris en algunas fases. Pero dejó la máquina calentita eso sí,
pues el que lo suplió sí que marcó en lo que era el primer balón que
tocaba. Algo más meritorio aún cuando se trata de Joselu, el delantero
del Castilla, que jugaba su segundo partido con el primer equipo y
marcaba su segundo gol con apenas veinte minutos en su haber en ese
momento.
Callejón cerró la goleada con un soberbio golazo tras
un pase estratosférico de Sahin desde su campo, un delicioso control y
un efectivo disparo para resolver el mano a mano. Una manita de goles
finalmente. Y una manita de canteranos merengues al finalizar el
partido: Joselu, Nacho Fernández, Pacheco –portero del Real Madrid C que
también tuvo su oportunidad de debutar-, Granero y Callejón, más los
sustituidos Casado y Adán. Una conclusión tan agradable y relevante para
el madridismo como el resultado final, y una guinda perfecta a un 2011
notable para el Real Madrid.
Real Madrid: Adán (Pacheco, m.83);
Altintop, Pepe, Varane, Casado (Nacho Fernández, m.71); Khedira, Sahin,
Granero; Callejón, Özil y Benzema (Joselu, m.78).
SD Ponferradina: Orlando Quintana; Pepe, Samuel, David Malo, Dani
Carril; Isaías, Jonathan Ruíz; Borja Sánchez (Yuri, m.77), Acorán,
Mateo (Doménech, m.62) y Javi Navarro (Máyor, m.46).
Goles: 1-0, m.26: Callejón. 2-0, m.44: Sahin. 3-0, m.49: Varane. 3-1, m.53: Acorán. 4-1, m.79: Joselu. 5-1, m.88: Callejón.
Árbitro: Ayza Gámez (Comité Valenciano). Amonestó a Khedira (84) por el Real Madrid.
El Espanyol aprovecha su superioridad numérica goleando
El conjunto blanquiazul sentenció su pase en una primera media hora frenética en la que el vigués De Lucas fue expulsado.
El RCD Espanyol sentenció el pase a octavos de final de la Copa del Rey ante el Real Celta de Vigo tras una primera media hora, frenética, con espacios y mucho ritmo, en la que De Lucas acabó expulsado por protestar y Weiss adelantó al Espanyol en la jugada siguiente.
El conjunto gallego, que venía de un empate a cero en la ida de
Balaídos, no pudo remontar un choque que se puso 2-0 justo después de la
reanudación. Además, un gol en propia puerta de Hugo Mallo puso el punto y final. Hacía falta un milagro y los pericos, que cierran el mes de diciembre con nota, no lo permitieron.
El Celta no salió a esperar al Espanyol en Cornellá-El Prat. En el minuto 14 David Rodríguez,
que en el 10 cayó en el área catalana sin que el árbitro pitara
penalti, remató de cabeza un preciso centro de Bellvis desde la banda
izquierda. El balón acabó en las manos de Kiko Casilla, que lo atrapó en
dos tiempos.
El Espanyol empezó el partido sin poner a prueba a Sergio. Álvaro y
Weiss, muy incisivos, examinaban la defensa gallega pero no disfrutaron
de ninguna ocasión clara en los primeros compases del encuentro. Los
catalanes probaban, sin premio, las combinaciones por el centro y los
balones desde las bandas.
La eliminatoria se rompió en el 28. De Lucas vio una primera amarilla
tras una falta y otra por protestar. Paco Herrera se quejaba del doble
criterio al cuarto árbitro pero se le acumularían pronto los problemas:
en el 31, Weiss, hábil y con muchos espacios, adelantaba al Espanyol con
un tiro cruzado desde la frontal.
Con diez, el Celta renunció a su descaro inicial. Su fútbol era más
tranquilo, asegurando la posesión y vigilando las contras. Aún así, los
locales tenían muchas más facilidades que antes para llegar arriba. De
hecho, Romaric perdonó el segundo en el 43 al fallar un uno contra uno
ante Sergio después de un centro de Verdú.
Álvaro tuvo más puntería que el centrocampista marfileño en la
reanudación. El delantero catalán sentenció el partido y selló el pase a
octavos al rematar un córner de cabeza. Su tiro se estrelló contra el
meta del Celta y acabó dentro. Además, lejos de frenarse, el Espanyol
ahogaba a un rival con ocasiones constantes.
Un balón al palo de Weiss y otro de Sergio García, ambos ovacionados,
dejaban muy claras las intenciones blanquiazules. Querían más goles y
Álvaro, de nuevo, fue el culpable del tercero. Con un gran carrera, su
disparo rebotó en Hugo Mallo y dibujó una trayectoria imparable para
Sergio. Un mal día para el portero.
Toni, tras una jugada individual, le dio el 3-1 a David Rodríguez,
que remató desde el segundo palo en el 63. Pero ni la roja a Amat cambió
el guión: cinco minutos después un preciso centro de Dátolo acabó
dentro por el cabezazo de Sergio García. Faltaba el 4-2 de David
Rodríguez en el descuento, sin tiempo para más.
RCD Espanyol: Kiko Casilla; Amat, Raúl Rodríguez, Canal, Dídac; Forlín, Romaric (C.Gómez, min.81); Sergio García (Rui Fonte, min.72), Verdú, Weiss (Dátolo, min.57) y Álvaro.
RC Celta de Vigo: Sergio; Hugo Mallo, J.Bila, Catalá, Bellvis (Joan Tomás, min.68); Bustos (Lago, min.55), Oubiña; Natxo Insa (Toni, min.57), De Lucas, Álex López y David Rodríguez.
Goles: 1-0, min.31: Weiss; 2-0, min.49: Álvaro; 3-0, min.58: Hugo Mallo (propia puerta); 3-1, min.63: David Rodríguez; 4-1, min. 68: Sergio García; 4-2, min.94: David Rodríguez.
Árbitro: Velasco Carballo (Comité Madrileño). Expulsó a De Lucas (min.27 y min.28) y Amat (min.36 y min.71). Amonestó a Dídac (min.52) y C.Gómez (min.86).
Incidencias: Partido correspondiente a la vuelta de los dieciseisavos de la Copa del Rey disputado en el estadio de Cornellá-El Prat ante 11.410 espectadores.
El Mallorca remonta a un desafortunado Sporting
Un autogol de Álex Menéndez y un rebote en Nsue facilitan el pase a la siguiente ronda a un rival que fue superior a los gijoneses y más ambicioso.
El Sporting ofreció un paupérrimo espectáculo que le costó su
eliminación de la Copa del Rey. Manuel Preciado utilizó una alineación
con once cambios respecto al equipo que perdió en la Liga ante el
Espanyol el pasado sábado, de los que nueve son reservas habituales. En
cambio, Caparrós utilizó cinco teóricos titulares en las formaciones del
conjunto bermellón.
Desde el primer momento se apreció que el Mallorca era el equipo que
tenía más interés en pasar a los octavos de final. El conjunto
rojiblanco, con un centro del campo totalmente desdibujado y sin fútbol
ofensivo, se limitaba a defenderse con apuros en un encuentro en el que
puso poca tensión. Dio la sensación de que afrontaron el partido sin la
mentalización adecuada
En los primeros compases ya se apreció que el Mallorca era más
ambicioso. A los cinco minutos llegó el primer susto para Cuéllar, en un
lanzamiento de Alfaro. También pudo marcar Martí, en el siguiente
ataque, al rematar de cabeza una asistencia de Hemed, pero le faltó
puntería, pese a los errores de vigilancia de Botía y Gálvez. Sin
embargo, el primer gol llegó en la jugada más inesperada, en un centro
de Bigas que Álex Menéndez intentó despejar, con la mala suerte que lo
hizo hacia su propia portería. El tanto igualaba la eliminatoria.
Con el gol poco cambiaron las cosas en la dinámica del partido,
porque el conjunto balear seguía manteniendo el tipo ante un Sporting
roto. Eguren no aparecía, Sergio se difuminaba y en la delantera los
escarceos de Ayoze eran insuficientes, así como los intentos de Carmelo y
Bilic, en los que no había ningún tipo de conjunción ante la ordenada
defensa visitante. En la banda derecha, Luis Morán apenas se enteraba
del partido.
El cuadro mallorquín tuvo otra clara ocasión para marcar, en un golpe
franco ejecutado por Ramis, que fue rechazado por la madera de la
portería de Cuéllar.
Sin apuros para los visitantes transcurría el partido en el que el
Sporting era una caricatura de equipo y en el que los reservas parecían
más empeñados en demostrar su suplencia que de aprovechar la
oportunidad, aunque también influía su habitual inactividad.
El conjunto rojiblanco pareció despertar en los últimos compases de
la primera parte, pero sin apenas peligro para la portería de Calatayud,
salvo un remate de Bilic después de un córner ejecutado por Carmelo.
El segundo tiempo empezó con la misma dinámica. Preciado tardó en
hacer los cambios. Parece que le cuestan las sustituciones, al menos
hasta que no pasa un cuarto de hora. El primero fue la entrada de Barral
para retirar a Luis Morán, despedido con bronca. La afición no tiene
piedad de los canteranos cuando su rendimiento es nulo. Con la variante,
Carmelo pasó a la banda derecha y el Sporting jugó con dos delanteros
centro específicos. Casi a continuación se produjo la lesión de Eguren,
sustituido por Cases, variante que no originó modificaciones tácticas,
pero que sí influyó para que se viera una ligera mejoría. El uruguayo,
que es uno de los jugadores más caros de la plantilla, no se justifica
con su rendimiento.
El Sporting empezó a dejarse notar, con más intensidad en su juego y
una mayor fluidez. Caparrós le tuvo miedo al nuevo dispositivo
rojiblanco, por lo que retiró al joven Bigas para dar entrada al más
curtido Cáceres. Volvió a tener fortuna el equipo visitante ya que en la
jugada siguiente, tras un error infantil de Botía, bien aprovechado por
Hemed, la jugada acabó en gol. El despeje impreciso de Álex Menéndez
pegó en el cuerpo de Nsue y acabó en el fondo de la portería.
Con el nuevo tanto, los gijoneses necesitaban dos para superar la
eliminatoria. Preciado dio entrada a De las Cuevas, lo que permitió que
el conjunto rojiblanco atacara con más fuerza, pero el problema era la
falta de ideas y, sobre todo, las prisas. El Mallorca estaba bien
ordenado y parecía imposible que se le pudiera escapar la clasificación a
los octavos. El conjunto de Caparrós no daba ningún tipo de concesiones
a los delanteros locales, quienes caían una y otra vez en la
precipitación. A medida que pasaban los minutos aumentaba el nerviosismo
en las filas locales y las protestas en la grada. Pese a la ofensiva de
los gijoneses, se veía que la posibilidad de marcar era una utopía,
porque no hubo ni un remate a portería.
En esta ocasión, el equipo gijonés fue víctima de la alineación. Dio
la sensación de que Preciado tiró el partido cuando sabía que en frente
iba a tener un rival más consistente. El Mallorca fue mejor en todos los
sentidos. Fue un conjunto que tuvo más orden y supo dosificar la
ambición para pasar a la siguiente eliminatoria, además de haber
controlado perfectamente las fases de mayor presión de los rojiblancos.
La eliminación copera de los gijoneses parece ya una tradición en la
primera eliminatoria, si bien en este caso se suma a una trayectoria de
dudas en la Liga que puede provocar que el consejo estudie en las
próximas horas alguna medida para tratar de reconducir la situación.
Sporting de Gijón: Cuéllar, Lora, Botía, Gálvez, Alex Menéndez, Sergio Álvarez, Eguren (Nacho Cases m 60), Luis Morán (Barral m 57), Carmelo, Ayoze (Miguel de las Cuevas m 71) y Bilic.
RCD Mallorca: Calayatud, Zuiverloon (Rafel m 89), Crespí, Ramis, Nsue, Martí, Joao Víctor,Tejera (Cendrós m 81), Alfaro, Bigas (Cáceres m 68) y Hemed.
Goles: 0-1, m.18: Alex Menéndez, en propia puerta. 0-2, m.69: Nsue.
Árbitro: Fernández Borbalán. Mostró tarjetas amarillas a Ramis (m 35), Sergio Álvarez (m 37), Barral (m 60), Joao (m 86), Bilic (m 86)
Incidencias: 15.000 espectadores en El Molinón. El Sporting saltó al campo luciendo una camiseta de ánimo a David Villa. Un grupo de aficionados mostró pancartas en contra de la posible vinculación del Sporting con la empresa Doyen Group.
Kanouté alegra la noche a Del Nido
La entrada del gran ídolo, que firmó los dos goles del partido y los tres de la eliminatoria, cierra la clasificación de un Sevilla plano hasta entonces. El equipo tardó en plasmar su superioridad ante el San Roque.
Dicen
que la principal virtud del Barcelona (para muchos mejor equipo de la
historia del fútbol), calidad aparte, es que sus futbolistas mantienen
el hambre y las ganas de ganar, a pesar de todos los títulos conseguidos
hasta la fecha. Buen ejemplo podía tomar la plantilla del Sevilla que,
aunque cumplió anoche el objetivo y eliminó al San Roque de Lepe sin
excesivas complicaciones, se limitó a hacer lo justo y muchos de los no
habituales no aprovecharon su oportunidad para ponerle las cosas
complicadas a Marcelino García Total.
Kanouté tuvo que arreglar un partido que, por momentos, incluso hizo
ponerse nerviosa a la afición sevillista, que despidió con pitos a los
suyos al descanso.
Con la gente más pendiente de lo ocurrido con José María del Nido, el Ramón Sánchez-Pizjuán acogió el partido de
vuelta de dieciseisavos de final, un partido sin apenas trascendencia
porque el Sevilla cumplió los deberes en la ida gracias al tanto de
Kanouté. Ante un equipo de Segunda B, varios jugadores tenían la
oportunidad de demostrar que pueden ser titulares en este equipo, pero
los Luna, Campaña, Coke o Armenteros no dieron un golpe sobre la mesa. El dominio inicial de los de Nervión fue pasando a un segundo plano
e, incluso, el conjunto onubense dio algún susto más de lo normal a la
portería de Javi Varas. Sólo Jesús Navas, que ya cuajó a un gran nivel
ante el Real Madrid en Liga, le puso las ganas necesarias para vencer el
partido, aunque no fue suficiente para mover el marcador antes del
descanso, lo cual provocó que los pocos aficionados que asistieron al coliseo sevillista despidieran al equipo con una pitada.
Las
cosas cambiaron tras el paso por los vestuarios, en gran parte, porque
Marcelino dio entrada a Kanouté por Negredo. Los locales salieron con
bastante más actitud y pronto obtuvieron recompensa. Tuvo que ser, como
en la ida, a través de Kanouté, que no falló desde los once metros, en
un penalti que tuvo que repetir debido a la famosa «paradiña», que ya no está permitida.
Y de nuevo apareció el de Mali, tan sólo a los siete minutos, para esta
vez sí en jugada hacer el segundo tanto del partido y que terminaba con
cualquier especulación de posible susto.
Los
dos tantos del delantero africano hicieron que la intensidad que sí
había mejorado en el inicio de la segunda mitad descendiera nuevamente. El Sevilla se relajó, conocedor ya de que el pase a la siguiente eliminatoria de la Copa del Rey estaba
totalmente cerrada, lo que aprovechó el San Roque de Lepe para marcar
el gol del honor. El autor del tanto fue Adri, en una jugada en la que
Javi Varas pudo hacer bastante más.
Prácticamente
ahí acabó un encuentro en el que en ningún momento peligró el pase a la
siguiente ronda pero que sí dejó bastante de desear por parte del conjunto nervionense.
Marcelino
García Toral ya puede hacer el primer balance de lo que lleva de
temporada, en el cual ha quedado fuera de la Liga Europa, ha pasado a
octavos de final en la Copa del Rey y está fuera del objetivo del equipo
en Liga, ya que en estos momentos no se clasificaría para la Liga de
Campeones. Se avecinan días movidos en Nervión a pesar de las vacaciones de Navidad,
ya que todavía tendrá recorrido la continuidad de Del Nido al frente
del club, así como se debe cerrar la contratación del delantero. Si nada
se tuerce, Reyes debe comerse el Roscón en su casa de Utrera.
Sevilla FC: Javi Varas; Coke, Cáceres,
Escudé, Luna; Medel; Jesús Navas, Campaña, Rakitic (Manu del Moral,
m.70), Armenteros; y Negredo (Kanouté, m.46).
CD San Roque de Lepe: Madruga; Lobato, Albentosa, Rojas, Sergio Sánchez;
Moscardó, Carles Marc; Melchor, Urko Arroyo (Berrocal, m.58); Óscar
(Rubio, m.64) y Cheick (Adrián, m.64).
Goles: 1-0, M.52: Kanouté, de penalti. 2-0, M.60: Kanouté. 2-1, M.79: Adrián.
Árbitro: Fernando Teixeira Vitienes (Comité Cántabro).
Amonestó al visitante Albentosa (m.50) y a los locales Kanouté (m.51),
Luna (m.64) y Campaña (m.66).
Incidencias: Partido de vuelta de los dieciseisavos de final
de la Copa del Rey disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán ante
unos 15.000 espectadores. Terreno de juego en buenas condiciones.
Manzano deja el Atleti hecho unos zorros
Un gol de Curto, cuando apenas se llevaban 20 segundos, sorprendió al equipo de Manzano, que no reaccionó ante un Segunda B que parecía por momentos un equipo de Primera. Sí lo hizo la afición, que insultó a jugadores, técnico y directivos.
Faltaba poco para que termine el partido y ya se escuchaba a la afición colchonera insultando a técnico, jugadores y directivos. Al mismo tiempo, cerca de 2.500 hinchas del Albacete
coreaban a los suyos y saboreaban el pase a los octavos de final de la
Copa del Rey. Eso anticipa el resultado final, más allá del score definitivo.
Seguramente el equipo de Segunda B no siente que eliminó a Barcelona o a Real Madrid, pero sí ha sacado de competición a un grande de España. Un Atlético de Madrid que con Gregorio Manzano nunca logró encaminar el rumbo y que este miércoles ha dado un ejemplo de la no reacción. Cayó en la capital 0-1 y lejos estuvo de remontar una eliminatoria que había empezado perdiendo en el Carlos Belmonte.
Cerca de 15.000 espectadores fueron testigo de la espantosa noche
rojiblanca, que no pudo haber comenzado de peor manera. Es que sólo iban 22 segundos del primer tiempo cuando el Albacete dio el golpe de KO, si es que ese golpe no lo había dado ya en el juego de ida. Víctor Curtó adelantaba a su equipo y lo que era murmullo en el Calderón de a poco se fue transformando en griterío generalizado. Descontrol en Madrid.
''Jugadores mercenarios'' o ''Esa camiseta no la meceréis'' fueron los hitazos
de la noche. Una noche que nunca vio reacción alguna del once de
Manzano, pero sí de la afición. Harta de los malos resultados, la gente se manifestó en contra de todo y de todos. Las proclamas contra Miguel Ángel Gil Marín y Enrique Cerezo, consejero delegado y presidente del club, respectivamente, a la orden del día.
Fue un querer y no poder para los de Primera División
(el Atlético, por si hace falta aclaración visto lo visto). Muchos
dudaron de si fue realmente un querer. Lo cierto es que los jugadores no
demostraron el mayor de los amores por la camiseta, o al menos las
cosas no salían para nada bien. Gabi se erigía como la figura en ese rubro, siendo el peor de un nefasto equipo local.
Para el Atlético, lo bueno de haber encajado tan temprano en el
partido era que había tiempo para mascar la tragedia, para digerirla.
Alguno dirá que no, que fue estirar la agonía. Y las dos posiciones son
válidas, porque desde ese entonces, desde el gol de Curtó, se olía la
eliminación atlética. Los de la Liga BBVA no daban tres pases seguidos, y
de hecho era el Albacete el que más cerca estaba de gritar otro gol. Sólo en la primera mitad contó el Atlético con algunas situaciones, sobre con dos disparos de Diego, pero no acertó y bajó los brazos en la segunda.
Manzano se ganaba los insultos dejando a Diego en la caseta durante
el descanso, mientras que Reyes ni siquiera se vestía de corto. A río revuelto, ganancia de Diego Cholo Simeone. La más que posible despedida del por ahora míster colchonero del Atlético no podía ser peor: eliminación ante un Segunda B. Aunque quiera al club, ya se frota las manos el preparador argentino.
Atlético de Madrid: Asenjo; Juanfran, Miranda, Godín, Filipe; Gabi (Salvio, m. 64), Assuncao, Koke; Diego; Adrián y Falcao.
Albacete Balompié: Campos; Alba, Joan Castillo, Santa María, Zurdo; Tete (Añón, m. 67), Rocha, Candela (Sumy, m. 75), Adria; Víctor Curto (David, m. 82) y Calle.
Goles: 0-1, m. 1: Víctor Curto, desde la frontal del área.
Árbitro: Álvarez Izquierdo (Colegio Catalán). Amonestó a los locales Gabi (m. 24), Filipe Luis (m. 60) y Paulo Assuncao (m. 88) y a los visitantes Zurdo (m. 24), Joan Castillo (m. 40) y Campos (m. 56).
Incidencias: Partido de vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey, disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 15.000 espectadores, con presencia de unos 2.500 aficionados del Albacete.
El Mirandés conquista El Madrigal y sentencia a Garrido
El Mirandés da la campanada y se clasifica gracias a un doblete de Pablo Infante. El técnico del Villarreal, Garrido, fue destituido y suena Míchel como sustituto.
Un gran Mirandés ganó hoy por 0-2 y eliminó a un triste Villarreal, que
acto seguido ha anunciado la destitución de su entrenador, Juan Carlos
Garrido.
El Villarreal volvió a evidenciar desde los primeros
minutos todos los defectos que le tienen a un paso del descenso. El
equipo de Garrido, se mostró lento y previsible con la pelota en los
pies y vulnerable y nervioso, en la defensa.
Así que fue el
Mirandés, mejor colocado y con las ideas más claras, el que tuvo las
mejores opciones. Sin duda, la primera fue la más clara, ya que a los
siete minutos, Ángel cometió un penalti y Alaín no pudo batir a César,
quien hizo una gran parada.
El resto de la primera parte deparó
un Villarreal lento y con poca llegada, y que tuvo en los pies de Borja
Valero la ocasión más clara del partido para su equipo, con un disparo
cruzado que atrapó bien Nauzet.
Por su parte el Mirandés, serio
atrás, esperó sus opciones a la contra. Y disfrutó de hasta cuatro de
ellas, pero Alaín, no supo dirigir sus disparos a la portería local. Con
ello se vio a un equipo, que quería y no podía: el Villarreal y a otro
que a cada minuto que pasaba, se le veía más cómodo: el Mirandés.
Y con esa sensación se llegó al descanso, y así comenzó la segunda parte, ya que el Mirandés pudo otra vez ponerse por delante.
Los
primeros minutos del segundo período fueron de dominio de los
visitantes, que viendo el pobre juego de su rival, decidió buscar
sorprenderle. Y lo hizo haciéndose con el control de la pelota y del
juego.
El Mirandés disfrutó del dominio en un campo de primera y
de las llegadas más claras. Y en una de ellas a los sesenta minutos se
dio el primer gol cuando Pablo Infante se internó en el área y puso el
balón en la escuadra de la portería de Cesar.
Un gol que hizo justicia a lo visto en el campo y a la superioridad del equipo de segunda B ante un Villarreal muerto.
Y
lo peor es que el Villarreal llegaba poco y lo poco que lo hacía se
encontraba con el larguero, concretamente con un remate de Bruno, que
pudo ser el empate.
Pero fue un espejismo, ya que el que siguió
llegando fue el Mirandés y lo hizo con intensidad. Pasaron los minutos y
la desesperación en los locales fue evidente, sin juego, sin el balón y
sin llegar al área contraria.
El Villarreal no fue capaz de
encerrar a su rival y de crear el peligro que se espera de un equipo que
se jugaba la vida, mientras el Mirandés puso broche de oro al encuentro
con una jugada espectacular de Infante y Muneta, que fue rematada a gol
por éste.
Nada más acabar el partido, el
presidente del equipo castellonense, Fernando Roig, decidió tras este
resultado y sobre todo la mala imagen de su equipo, tomar esta drástica
decisión.
Una medida que ha anunciado el mismo entrenador en sala de prensa, quien acudió a la misma dando a conocer su destitución.
De
esta forma y tras una primera vuelta penosa, con un equipo cerca del
descenso y con una mala actuación del equipo castellonense en la
competición europea, ha sido la eliminación en los dieciseisavos de
final de la Copa del Rey la que ha propiciado su salida.
Villarreal CF: César; Angel (De Guzmán min. 62), Musacchio, Zapata, Joan Oriol; Bruno, Senna (Camuñas min. 61), Cani, Borja Valero, Nilmar (Joselu min. 69), Marco Ruben.
CD Mirandés: Nauzet; Iribas, Aitor Blanco, Caneda, Ernesto; J.
Angel (Muneta min. 54), Corral, Martins, Borrell (Mújika min71),
Barahona (Pablo Infante min. 51), Alaín.
Goles: 0-1. m.60: Pablo Infante. 0-2. m.88: Pablo Infante.
Árbitro: Pérez Lasa (Comité Vasco). Mostró tarjeta amarilla para
Ángel, Musacchio, Zapata, Cani. Expulsó a Musacchio con roja directa
por dar un cabezazo a un contrario en el minuto 88 y amarilla para los
visitantes Barahona y Aitor Blanco.
Incidencias: Partido de los dieciseisavos de final, de la Copa
del Rey. Partido disputado en el campo municipal de deportes el
Madrigal, ante 12.000 espectadores. Terreno de juego en muy buenas
condiciones.
Osasuna pasa a octavos en un partido sin historia
Los rojillos empatan con el Almería un encuentro sin historia, mediatizado por la victoria en la ida (1-3) y pasan sin problemas a octavos de final.
Con la tarea muy adelantada, Osasuna no necesitaba aplicarse mucho en el encuentro de ayer más allá de mantener la tensión para no meterse en líos. Si a ello, el Almería opuso una apreciable resistencia para ser un equipo condenado y un buen trabajo general como tarjeta de despedida de la Copa, el resultado fue un encuentro muchas veces equilibrado, con poco juego siempre y detalles de calidad en contadas ocasiones.
La exigencia de la eliminatoria de Copa le requería a Osasuna
solo cumplir el trámite, gestionar el marcador y no poner en peligro
nada de lo bueno hecho en la ida. Así fueron las cosas. Del juego, mejor
no hablar. No hubo la clarividencia de otras tardes, ni tampoco la
ambición y el picante del juego de los rojillos. La aparición de nuevos
jugadores en la alineación, a diferencia del experimento en el partido
en Almería, no resultó tan electrizante y todo ayudó a ponerle un tono
gris al último encuentro oficial de 2011.
Con más sombras que luces, con los dos equipos empujados por
la inercia adquirida en el primer encuentro, el primer tiempo resultó
muy soso. El Almería saltó dispuesto a hacerse el gallito, a no echar la
vista atrás y recordar que la eliminatoria estaba liquidada, estuvo
animado e incluso peligroso en los primeros lances -ahí anduvo Goitom
insistente siempre, a punto de marcar-. El coraje inicial dio paso a un
mayor control por parte de Osasuna y de ahí, a un mando sobre el partido
de forma más o menos desarreglada por parte de los rojillos. Alrededor
del corpachón de Lekic, objeto de varias faltas por sus deseos de bajar
la pelota al suelo y referente único para sus compañeros para montar
algún ataque, Osasuna fue sacando un poco la cabeza de la comodidad de
su campo e intentando pulsar el área rival. El equipo de Mendilibar no
le hizo ascos a la faena y con una numerosa presencia de balones sobre
el área rival buscó con determinación y poca ciencia el gol. Predominó
el fútbol directo, como mandan los cánones cuando se tiene una torre
como referente -Lekic estuvo cerca de marcar en un centro desde la banda
de Cejudo-, pero este fútbol sin contemplaciones no resulta siempre
efectivo, ni muchos menos excelente. La primera mitad resultó horrorosa,
pero no había nada que oponer en la conservación del marcador global.
Todos los sucesos se produjeron en el segundo tiempo y
sirvieron para animar un poco una noche sin fútbol. Goitom cabeceó al
larguero, le anularon un gol al Almería por una falta a Riesgo, el
árbitro prefirió no señalar como penalti unas claras manos de un defensa
del equipo andaluz y, ya metidos en faena de verdad, también llegaron
los goles.
Mendilibar había regalado a la afición con una alineación
con caras nuevas y alguna sorpresa no previsible. La aparición de Javier
Calleja como segundo punta no figuraba ni en los planes del más osado y
como además resultaba una rareza, tampoco funcionó. La entrada de Lamah
en su lugar animó un buen rato del segundo tiempo. Espesísimo como
estaba el partido, la agilidad y rapidez del extremo le dio un punto
distinto a un partido sin muchas luces, aunque contraviniendo esta tesis
general estuvo David Timor. El centrocampista valenciano volvió a ser
un tipo batallador y con criterio y de sus botas nacieron unas cuantas
jugadas que, aunque aisladas, dejaron constancia de que es un futbolista
a tener en cuenta.
Quince minutos necesitó en el campo Lamah para lanzarse a la
carrera en un contragolpe y para marcar con sencillez. Muy bien le
estaban saliendo las cosas a Osasuna en un partido feo, hasta que la
justicia del fútbol -que algunos encuentros aparece y en otros, no-
sobrevoló el Reyno y premió la constancia de Goitom con un gol. El
Almería se quedaba con un resultado digno en una eliminatoria en la que
nunca pudo meter baza y Osasuna, que aún pudo marcar en los lances
finales gracias al batallar de Roberto Torres y Cejudo, con una
clasificación redonda en el bolsillo. La emoción, para otros. El Reyno
se quedó una jornada más sin mancha en su expediente, porque aquí no se
gana ni los días de fiesta.
Atlético Osasuna: Asier Riesgo; Damià, Lolo, Sergio, Raitala; Puñal (Satrústegui, m.84), Timor; Cejudo, Calleja (Lamah, m.64), Annunziata (Roberto Torres, m.52); y Lekic.
UD Almería: Diego García; Michel Macedo, Marcelo Silva, Acasiete, Rafita (Jakobsen, m.46); Aarón, Bernardello, Corona, Omar (Ulloa, m.67); Soriano (Pallarés, m.75) y Goitom.
Goles: 1-0, m.80: Lamah. 1-1, m.86: Goitom.
Árbitro: Del Cerro Grande (Comité Madrileño). Amonestó a Calleja (m.60), de Osasuna, y a Bernardello (m.75), del Almería.
Incidencias: Partido de vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey disputado en el estadio Reyno de Navarra ante 8.801 espectadores. Osasuna ganó 1-3 el encuentro de ida en Almería.
La Romareda, nuevo testigo de la leyenda del Alcorconazo
Oriol Riera y Quini marcaron en los últimos minutos del partido los goles que dieron la clasificación al equipo madrileño para octavos.
El Real Zaragoza sigue acumulando miserias esta temporada y ayer cayó eliminado de la Copa del Rey a las primeras de cambio por el Alcorcón, un rival de la zona media de Segunda División, que se impuso por 0-2 en el estadio de La Romareda en la recta final del partido. El conjunto zaragocista rozó el ridículo en la primera parte del encuentro y reaccionó tras el descanso, pero eso no fue suficiente para que pudiera seguir adelante en el torneo del KO. Oriol Riera y Quini noquearon definitivamente al Zaragoza en los minutos finales y dejaron en nada el 1-1 registrado en el choque de ida disputado en el campo del Santo Domingo.
La primera parte del Real Zaragoza, que acumula ya once partidos
oficiales sin ganar (nueve de Liga y dos de las Copa), fue lamentable.
El Alcorcón tuvo siempre el control del juego y dominó con absoluta
comodidad al equipo dirigido por Javier Aguirre, que sigue sin encontrar
la fórmula para hacer reaccionar a sus jugadores. Pero que, ante la
pasividad de Agapito Iglesias, ha decidido unilateralmente que se da
todavía tres encuentros de Liga más para ver si lo consigue. Quizás
luego sea ya demasiado tarde para hacer algo. El Zaragoza no juega a
nada: no mete goles y, a pesar de las buenas actuaciones del portero
Roberto Jiménez, los encaja con una facilidad asombrosa. Defensivamente
hace aguas por todas las partes.
El primer gol marcado ayer por el Alcorcón refleja lo que es
actualmente el Real Zaragoza: un equipo en clara descomposición. Luis
García pierde el balón en una jugada de ataque al intentar meter un pase
en profundidad a la banda izquierda a Juan Carlos; el rival roba el
balón e inicia una contra que nadie corta, aunque sea con una falta
táctica, y todo acaba con Saúl colándose por la banda de Franco
Zuculini, que no es lateral derecho ni lo será por mucho que se empeñe
Aguirre, hasta la cocina. Saúl hace el pase de la muerte y Oriol Riera bate a placer a Roberto Jiménez.
El Zaragoza pudo llegar al descanso casi eliminado, pero entre Roberto y el desacierto de los jugadores del cuadro alcorconero en el remate lo evitaron. Sin ir más lejos, Miguélez, en el minuto 32, con el meta zaragocista batido, envió el balón al larguero. Aguirre realizó dos cambios en el descanso, Jorge Ortí entró por Postiga y Juan Carlos por Lafita. Fue un simple cambio de cromos, porque el técnico mexicano, como casi siempre, tampoco se atrevió a arriesgar un poco jugando con dos puntas.
Sin embargo, el cuadro aragonés salió con otro talante en la segunda
parte. De hecho, Juan Carlos y Zuculini pusieron ya en aprietos al meta
Raúl Moreno a los pocos instantes de reanudarse el juego. Sobre el
minuto 70, Juan Carlos tuvo la mejor ocasión zaragocista, pero el
portero visitante supo despejar su remate. Poco bagaje ofensivo para un
equipo que jugaba ante un rival de inferior categoría. El partido
parecía encaminado hacía el empate a cero inicial, que, de producirse,
hubiera dado la clasificación al Real Zaragoza, pero lo peor estaba por
llegar. Anquela, el técnico visitante, sustituyó a Quini por Rubén Sanz.
Un delantero por un mediocentro. El Alcorcón interpretó a la perfección
las intenciones de su entrenador y en un plis plas le hizo dos goles al
Zaragoza en los últimos minutos del encuentro por medio de Oriol Riera y Quini. El ridículo copero del
conjunto zaragocista se había consumado.
Ahora tanto Javier Aguirre como sus jugadores recurrirán a esa milonga de que tras caer en la Copa podrán centrarse en la Liga, donde ostentan el dudoso honor de ocupar el farolillo rojo
de la clasificación y van a tener que remar mucho para lograr otra
salvación milagrosa. Excusas de mal pagador. Como las que ponen Aguirre y
Agapito Iglesias para justificar su continuidad en el Zaragoza. Con
ellos al frente de la nave es casi imposible que este equipo salga
adelante.
Real Zaragoza: Roberto; Zuculini, Lanzaro, Paredes, Abraham; Ponzio; Edu Oriol, Antonio Tomás (Kevin, min.71), Lafita (Juan Carlos, min.46); Luis García y Postiga (Ortí, min.46).
AD Alcorcón: Raúl Moreno; Expósito, Javi Hernández, Agus, Bermúdez; Fernando Sales (Saúl, min.64), Mora, Rubén Sanz (Quini, min.71), Carney (Montañés, min.56); Miguélez y Oriol Riera.
Goles: 0-1. Min.87, Oriol Riera; 0-2. Min.89, Quini.
Árbitro: Iglesias Villanueva (Comité Gallego). Amonestó con cartulina amarilla por el Alcorcón a Rubén Sanz, Agus y Miguélez y por el Real Zaragoza a Ponzio, Paredes, Kevin y Abraham.
Incidencias: Partido de vuelta correspondiente a la eliminatoria de dieciseisavos de final de la Copa del Rey disputado en el estadio de La Romareda, con terreno de juego irregular, en noche ventosa ante unos 4.000 espectadores.
El Betis se queda a medias
El Betis cae en la Copa a las primeras de cambio pese a asediar al Córdoba tras el descanso en busca de la remontada. El gol cedido en los albores, sumado al de la ida, excesiva ventaja para el Córdoba.
Reza el refrán que mal de muchos es consuelo de tontos y esta película del rival inferior que se crece en la Copa del Rey y elimina a otro de superior categoría está ya más vista que las gorras de cuadros. No obstante, que los equipos caigan con contumacia en este error de dejarse ir en la competición del KO no debe ser óbice para reseñar, a la hora del análisis, que en el debe de la temporada siempre debe figurar como mácula importante ejercicios de dejadez de este calibre.
Y
no por el dinero que futuros taquillajes podrían haber dejado en arcas
tan depauperadas como, en este caso, las verdiblancas, sino porque la
obligación de un grupo de profesionales es ir siempre a tope, competir
al máximo nivel, y porque equipos peores que este Betis de Pepe Mel se
han plantado muy arriba en un torneo que es el único que aspiran a
ganar. Sin ir más lejos, el último título verdiblanco asomó en una final
frente al modesto Osasuna y cómo no hablar del prestigio ganado hace
ahora un año cuando Zaragoza y Getafe se rendían ante el brillante
fútbol copero de los verdiblancos.
Pero este
curso no será así. La Copa ha sido vista como una china en el zapato por
todo los estamentos béticos, debido a esa política de catalogarse como
equipo humilde, pequeño y modesto que bastante va a tener con salvar la
categoría y, claro, así le ha lucido el pelo copero. Primero, con una
alineación minada de gente sin apenas rodaje en el Nuevo Arcángel y,
luego, con una puesta en escena ayer tan apocada y poco briosa como en
el partido de ida.
Porque la primera parte del
Betis se asemejó más al choque de hace una semana que a los de Liga
frente a Valencia y Atlético que han emparedado esta eliminatoria. Con
un once híbrido que mezcló a algunos titulares del Calderón con hombres a
los que Mel quería ver en acción, principalmente en lo que respecta a
los laterales, en la mente verdiblanca pareció siempre reinar más las
ansias por pillar las vacaciones que por una remontada que permitiese
llegar al descanso invernal con los deberes hechos.
Fue
siempre el Córdoba el que manejó los tiempos en los inicios, más allá
de que por momentos el Betis pudiese ejercer un control más insistente
del balón. La presión de los hombres de Paco Jémez no halló respuesta en
los de Mel y sus rápidos ataques siempre supusieron apuros para
Fabricio. Era como si los ayer aurinegros se manejasen con una marcha
más. El ritmo les pertenecía y un ataque iniciado muy atrás por
Fernández se iba a convertir en cuestión de segundos en un gol al que
los defensores béticos asistieron sobrepasados y que, posteriormente,
pese a echar la hiel por la boca, les iba a resultar imposible de
remontar.
Cierto que las lesiones de Fabricio y
Amaya fueron cortapisas para el técnico a la hora de poder manejar su
banquillo, pero no lo fue menos que gracias a la del central se vio
obligado a dar entrada rápida a Iriney y, con ello, provocar la reacción
de un equipo que, de la mano del brasileño, sí creyó en la remontada.
Como viéndose eliminado y fuera de ambiente y marcador, el Betis,
imbuido por Iriney y por lo que éste inyectó también en la grada, sólo
tuvo ojos entonces para la portería contraria.
Un
interés que se reveló tardío tras el gol concedido en los albores del
choque y que se había sumado al de Córdoba. Una obra, la de dar la
vuelta al marcador, inconclusa pese a que ya al descanso se fue con 1-1 y
a que con más de media hora sólo le faltase ya otro gol tras el segundo
de Jorge Molina. Con el Córdoba amorcillado ante su portero, mostrando
sus nervios y sus carencias físicas, incluso las técnicas para sacar un
contraataque ganador, el Betis claudicó en su asfixia y su mala puntería
con la idea segura de haber regalado de forma canalla su suerte
copera.
Y es que la Copa lleva años evidenciando
que es para el que compite de cabo a rabo, más allá de la categoría. Y
el Betis de Mel fue mendaz, quiso con la boca chica y cuando miró de
frente y a los ojos era ya demasiado tarde.
Real Betis Balompié: Fabricio (Goitia, m.28), Nelson (Roque Santa Cruz, m.75), Amaya (Iriney, m.21), Dorado, Alex Martínez; Beñat, Cañas; Pozuelo, Rubén Castro, Jefferson Montero; y Jorge Molina.
Córdoba CF: Arias; Fernández, Gaspar, Tena, Cerra; López Garai, Borja (Alberto, m.75), Javi Hervás, López Silva, Pepe Díaz (Caballero, m.55) y Charles (Patiño, m.80).
Goles: 0-1. m.17, Borja García. 1-1. m. 33, Jorge Molina. 2-1. m.54, Jorge Molina
Árbitro: Eduardo Iturralde González (Colegio Vasco). Expulsó a Cerra, por doble amarilla (m.83. m.88), además mostró tarjeta amarilla a Amaya (m.12), Jefferson Montero (m.13), Gaspar (m.41), Tena (m.46+), Hervás (m.69) Arias (m.82),
Incidencias: Partido de vuelta de dieciseisavos de final de la Copa del Rey disputado en el estadio Benito Villamarín ante algo más de 27.000 espectadores en noche fría (nueve grados). Terreno de juego en buenas condiciones.
Un heroíco Levante cierra un año mágico con otra gesta
El Levante obra el sí se puede ante el Deportivo en Copa en otra lección de casta y corazón. Pablo Álvarez falló un penalty en el descuento que pudo darle la clasificación al Deportivo.
Lo del Levante es de locos. No entiende de imposibles y jamás tira
la toalla pese a las múltiples zancadillas que le aparezcan en el
camino. Faltaba una de las gordas, una épica remontada, una gesta en
mayúsculas. Y sucedió. El once de los guerreros, más la aportación de
los que vienen de atrás pisando fuerte, sobre todo un enorme Higón,
remontaron el 3-1 de Riazor con esas señas de identidad que los
millonarios no tienen: solidaridad, entrega, raza y mucho corazón. El
Ciutat se marchó a casa con lágrimas de orgullo tras disfrutar de otra
lección de profesionalidad. Koné fue el héroe con el gol del milagro.
Sencillamente magistral.
El guión no pintaba bien... y no sólo
por el lastre de A Coruña. El Levante se mostró más precipitado de la
cuenta. A Iborra y Pallardó les costó un mundo cogerle el pulso al
encuentro. Juan Ignacio hizo un mezcla entre el ´plan A´ de la Liga y el
´B´ de la Copa, con la reubicación de Javi Venta al lateral izquierdo
para anular a su paisano Saúl, el verdugo de la ida. No le hizo falta
esforzarse demasiado porque el exgranota se autoexpulsó a la media hora.
Un balón de oxígeno después del 1-1 gallego: Gustavo Cabral tumbó a
Pablo Álvarez dentro del área, un penalti que vino precedido de un claro
derribo a Rubén en el área opuesta. En una demostración de talento, el
Deportivo había enterrado el primer gol como granota de El Zhar. Su
trallazo fue un reflejo de la rabia de un Levante que quería adornar el
2011 con la clasificación a octavos de final. Al franco-marroquí, en
banda derecha por el lesionado Valdo, le pone la Copa. En Riazor fue el
mejor y en Orriols se reivindicó. Antes, el larguero evitó que batiera a
Germán Lux con un cabezazo imposible tras un ´pepino´ que le habían
mandado desde la banda izquierda. La irrupción de El Zhar atajó un
inicio pletórico del Deportivo, aunque sólo dio señales de vida en un
remate de Bodipo y en el jugadón de Pablo Álvarez, que complicaba
todavía más las cosas a la escuadra de JIM.
Orriols la tomó con
Paradas Romero. Y con razón. El derribo a Rubén que dio pie al
contragolpe del 1-1 desquició al Ciutat. El colegiado pareció
arrepentirse al señalar otra falta, más discutida, al ´21´ en la misma
zona. Barkero no tuvo el mismo acierto que Nabil y su remate acabó con
suavidad en los guantes de Germán Lux. Los locales aceleraron al ritmo
de Koné. Su movilidad enloquecía a los centrales visitantes. Estaba en
todas, reclamó una pena máxima y rozó el tercero en un destello que
repelió el meta argentino con muchísimos apuros. Los de Oltra ya estaban
con diez, perdiendo terreno y tiempo, y de nuevo con el marcador en
contra por Sergio Ballesteros. El ´papá´ sacó toda su raza y enganchó un
derechazo que, tras pegar en el palo, acabó en las redes deportivistas.
Faltaba un gol para, por lo menos, forzar la prórroga. Había que
arriesgar y Juan Ignacio apostó por la misma variante que en la ida.
Iborra se quedó solito en la medular, con Barkero más cerca del ´10´ y
Juanlu en banda izquierda. La presencia del malagueño le dio aún más
mordiente al ataque. El Deportivo, sin argumentos futbolísticos, sentía
el miedo en el cuerpo y comenzó a repartir cera sin miramientos. La
víctima fue Juanlu. Borja lo mandó directo al hospital. Mala pinta, sus
lágrimas eran de mucho dolor. El Ciutat le despidió con una sonora
ovación, al grito de ´Juanlu, Juanlu´. Será una baja muy importante.
Su
marcha aceleró el estreno de Roger, la referencia del filial. Una
conducción prodigiosa y un cabezazo sin veneno fueron su carta de
presentación. La lesión de Juanlu enfrío en exceso la ´batalla´ y los
gallegos lo pudieron aprovechar en una doble ocasión de Borja Fernández y
Lassad. La primera la detuvo Keylor Navas y la segunda acabó en la
madera. La fortuna se aliaba con el Levante, aunque aún faltaba la más
gloriosa. Hasta el penalti errado por Pablo Álvarez, Rubén Suárez igualó
la eliminatoria con otra ráfaga de máxima rabia.
El espíritu de
Juanlu se incrustó en sus compañeros transformando la vuelta en una
épica eliminatoria. No podía ser de otra forma en un año mágico. Los
últimos minutos de la segunda parte fueron de locura. Y no solo por el
penalti que pudo traducir el ´sí se puede´ en pesadilla. Maravillosa fue
la prolongación, de esas que reflejan lo que ha sido el Levante en
2011: un equipo con alma que no ni el dinero del jeque puede tener. Lo
de Rubén fue para quitarse el sombrero. Se rompió en un zapatazo pasado
el noventa que Germán Luz desvió con la manopla. El Guaje resistió como
un jabato. Aunque no fue el único sin gasolina. Estaba muertos. Al
Levante le quedaba encomendarse en la prórroga al talento de un
delantero de Liga de Campeones: Koné. El marfileño sigue dando pasos
hacia la Copa de África, mal que le pese al Levante. Higón destrozó en
banda y Arouna definió con maestría. El cuarto de hora final fue
dramático entre la doble acción marrada por Roger y los balones
bombeados sin rematador del Deportivo.
Levante UD: Keylor Navas, Pedro López, Ballesteros, Cabral, Javi Venta (Higón, m.78), Iborra, Pallardó (Juanlu, m.56) (Roger, m.63), El Zhar, Barkero, Rubén y Koné.
RC Deportivo: Lux, Seoane, Rochela, Aythami, Manuel Pablo (Ayoze, m.13), Borja, Saul, Pablo Álvarez, Jesús Vázquez, Salomao (Juan Carlos, m.83) y Bodipo (Lassad, m.63).
Goles: 1-0, m.15: El Zhar. 1-1, m.23: Pablo Álvarez, de penalti. 2-1, m.38: Ballesteros. 3-1, m.80: Rubén. 4-1, m.101: Koné.
Árbitro: Paradas Romero (Colegio Andaluz). Amonestó por el Levante a Keylor Navas, El Zhar, Ballesteros y Rubén y por el Deportivo a Lux, Aythami, Juan Carlos, Bodipo y Pablo Álvarez. Expulsó por doble amonestación al visitante Saúl (m.35) y a Borja (m.118).
Incidencias: Partido de vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey disputado en el estadio Ciutat de València ante 8.500 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria del uruguayo Héctor Núñez, ex jugador y ex entrenador del Levante, que falleció esta semana en Madrid, así como en recuerdo del también fallecido Jesús Calomarde, ex jugador levantinista.
El Racing sella el pase a octavos tras un duro correcalles
El Racing logró el pase gracias al valor doble de los goles pese a perder 4-3 frente, después de que el uruguayo Christian Stuani remontará por dos veces las ventajas locales.
La noche
no iba a empezar como los franjirrojos habían planeado al inicio. La
insistencia y la constancia de los franjirrojos sobre el campo del Racing se
vio rebotada en la eficacia de Tziolis, que en la primera llegada al área local
iba a empalmar un gran disparo desde veinte metros para sorprender al meta
rayista. La hazaña se ponía un escalón más alto para los de Sandoval que
buscaban con más ganas que nunca un gol que se resistía.
En una
de las muchas llegadas de los vallecanos, Piti se vestiría de desatascador para
batir la portería defendida por Mario y comenzar la remontada. Fueron los
minutos más gloriosos del Rayo que acabaron anulando al Racing con el segundo
tanto. Michu adelantaba al Rayo y tres minutos después una gran combinación
entre Tamudo, Michu y Delibasic, acabaría con el montenegrino definiendo con el
exterior ante en meta cántabro.
El Rayo
llegó al descanso con todo a favor en una eliminatoria a la que aún le faltarían
cuarenta y cinco minutos de emoción. El Racing se asentó en el terreno de juego
y con la entrada de Stuani, los santanderinos encontraron la vía de escape a
sus males. El uruguayo no iba a dejar escapar un gran pase de Diop entre las débiles
líneas defensivas del Rayo para resolver con facilidad ante la presencia de
Dani.
Reaccionó
de nuevo el cuadro rayista que no terminaba de cerrar un partido en el que era
el único creador de fútbol pero el que menos premio estaba recibiendo. Tamudo
volvió a hacer soñar a Vallecas con el pase a octavos, sin embargo, el destino
iba a ser cruel con el Rayo que diez minutos después, en el tercer acercamiento
al área del Racing, Tito iba a zancadillear a Christian dentro del área. El colegiado
vasco señaló la pena máxima que Stuani se encargó de ejecutar.
Los minutos finales fueron de impotencia por parte del Rayo que chocaba una y otra vez con el muro cántabro. Un gol les daba el pase de la eliminatoria, pero ese gol nunca llegaría. En la última jugada del partido los locales protestaron una posible mano de un jugador del Racing en línea de gol, pero el árbitro acabó decretando el final del partido concediendo así el pase a octavos del Racing y la eliminación del Rayo, que despide el año con una victoria amarga.
Rayo Vallecano: Dani; Tito, Jordi Figueras, Arribas, Casado; Trashorras, Michel (Diego Benito, m.56); Piti, Michu, Delibasic (Rayco, m.60); y Tamudo.
Racing de Santander: Mario; Barrios, Torrejón, Osmar, Christian; Kennedy (Stuani, m.46), Tziolis (Nahuelpan, m.69), Diop, Serrano; Acosta (Picón, m.85) y Edu Bedia.
Goles: 0-1: M.6 Tziolis; 1-1: M.32. Torrejón en p.p.; 2-1: M.36 Michu; 3-1: M.40 Delibasic; 3-2: M.54 Stuani; 4-2: M. 61 Tamudo; 4-3: M.73 Stuani de penalti.
Árbitro: Delgado Ferreiro (Comité Vasco). Expulsó a Michel, quien ya se encontraba en el banquillo (m.90). Amonestó a Trashorras, Casado, Tito y Arribas del Rayo, y a Barrios, Christian, Acosta, Diop, Nahuelpan y Picón del Racing.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey, disputado en el Estadio de Vallecas (Madrid) ante 8.050 espectadores.
Buonanotte salva al Málaga del desastre copero
El pequeño jugador argentino marca el gol que le da a su equipo una sufrida clasificación frente al Getafe. El once visitante había remontado tras la expulsión de Weligton, pero el equipo local reaccionó in extremis.
Buonanotte, un jugador poco habitual y sin ritmo de juego, fue el
salvador del Málaga en una noche que parecía sencilla y para la fiesta,
pero que pudo acabar en otra pesadilla. Tuvo que sufrir el Málaga hasta
el último instante para lograr un nuevo éxito, en este caso el pase a
octavos de la Copa del Rey. Consiguió el objetivo, pero puso a prueba
los corazones de los pocos aficionados que acudieron al campo. Se confió
después de una primera parte aceptable y se le complicó con la
expulsión de Weligton, que no tuvo más remedio que frenar un ataque que
era medio gol. Y fue Buonanotte el hombre de la noche. Salió y marcó un
tanto decisivo gracias a un excelente lanzamiento de falta. El Getafe
tuvo la eliminatoria casi sentenciada, pero el argentino cambió el
destino de la Copa.
Pellegrini se mantuvo fiel a
su idea de 'no tirar la Copa' desde el primer instante. Utilizó a un
equipo de entrada que bien podía jugar cualquier partido de Liga. Con
Caballero en la portería, el técnico mantuvo a cinco componentes del
once inicial que perdió en Valencia. Algo similar ocurrió en el Getafe,
que pretendía remontar el 0-1 adverso de la semana pasada en tierras
madrileñas. El arranque fue, como se preveía, de poca intensidad por
parte de ambos conjuntos. Parecía un amistoso.
Isco
puso la brillantez en el comienzo con una acción individual que no pudo
culminar Joaquín. Pero el juego era lento, impreciso y sin profundidad
por parte de los dos. Los visitantes también tuvieron su pequeña opción
en un remate de Valera. Hasta que se animaron los malaguistas. Bajo el
manto permanente de la frialdad, el conjunto local comenzó a dominar el
choque y pudo adelantarse por dos veces consecutivas: Van Nistelrooy
remató en plancha para que rechazara el meta contrario, igual que hizo
en una falta directa lanzada por Apoño que iba bien dirigida. La
movilidad de Isco y Joaquín se le atragantaba al Getafe, mientras que
Van Nistelrooy mejoró respecto a los últimos encuentros.
Hasta dos veces pudo abrir el marcador 'Seba' Fernández, pero no
estuvo inspirado. Una se la puso en bandeja 'Van Gol', y la otra,
Joaquín, que disparó para que Codina rechazara el balón. El control era
blanquiazul, pero tenía que llegar el susto, y llegó. Pocos minutos
antes del descanso, Cata Díaz remató solo y marcó, aunque el colegiado
había visto la falta previa a Toulalan. Pero en la jugada siguiente
apareció la tranquilidad para los malaguistas, el primer gol. Van
Nistelrooy estaba inspirado y lo demostró en un remate de volea
perfecto, picando el balón para que botara en el suelo y se elevara por
encima de Codina. Gran gol.
Y el asturiano pudo llegar y besar
el santo, pero no anduvo fino al lanzar desde el centro del campo con
Codina de vuelta a su portería. El partido estaba abierto. Y siguieron
los infortunios para los malaguistas cuando Weligton se vio obligado a
hacer una falta a Abdel que le costó la expulsión, y la falta la
convirtió Mané en el 1-2. Misión casi imposible. Pellegrini recurrió a
Buonanotte, que se convirtió después en el gran protagonista del choque
al conseguir el empate en una perfecto lanzamiento de falta. Antes había
sido expulsado también Casquero. De ahí hasta el final, solo aguantar.
Con el tiempo rebasado, Eliseu cogió el balón con las manos al creer que
había pitado el árbitro y provocó la última ocasión visitante. Y se
acabó.
Málaga CF: Caballero; Sergio Sánchez, Weligton, Demichelis, Eliseu; Joaquín, Toulalan, Apoño (Buonanotte, m. 80), Isco (Cazorla, m. 54); Sebastián Fernández y Van Nistelrooy (Rondón, m. 74)
Getafe CF: Codina; Valera, Cata Díaz, Lopo, Mané; Pedro Ríos, Míchel, Lacen (Casquero, m. 51), Barrada; Miku (Güiza, m. 61) y Colunga (Rubén Pérez, m. 79).
Goles: 1-0, M. 45: Van Nistelrooy. 1-1, M. 51: Caballero (pp). 1-2, M. 78: Mané. 2-2, M. 86: Buonanotte.
Árbitro: Clos Gómez (Colegio Aragonés). Mostró tarjeta roja al jugador del Málaga Weligton (m. 76) y amarilla a Buonanotte (m. 89), y a los futbolistas del Getafe Mané (m. 11), Lacen (m. 22), Güiza (m. 39), Lopo (m. 60), Rubén Pérez (m. 85) y roja a Casquero, (m. 81).
Incidencias: Partido de vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey disputado en el estadio de La Rosaleda ante 6.000 espectadores.
Agirretxe frena la Operación Remontada de Los Cármenes
El Granada no consigue remontar a la Real Sociedad en un partido de apabullante derroche ofensivo, pero con reducida puntería. El tanto de Agirretxe segó cualquier esperanza
El Granada no consiguió remontar la
eliminatoria de Copa del Rey ante la Real Sociedad a pesar de que por su
derroche ofensivo mereció algo más de suerte, al menos para haber
llegado a igualar el cruce. Los locales plantearon el encuentro con un
rotundo cariz ofensivo, pero la falta de puntería les volvió a amputar
sus esperanzas. Siqueira adelantó al equipo
de penalti en un enorme primer tiempo y Geijo, cuando más desfallecido
parecían los suyos, estableció el 2-0 que elevó la fe en la reacción.
Pero el tanto de Aguiretxe, en el rechace de un córner, hundió a los de
Fabri.
El Granada personificó el
estruendo de un tornado en una primera parte de claro color rojiblanco,
con infinidad de oportunidades para voltear la eliminatoria. Desde el
arranque se observó a un equipo
de voluntad ofensiva, con un maestro de ceremonias ideal en la figura
de Fran Rico. La Real Sociedad adoptó una configuración conservadora
para soportar el beneficioso 4-1 de la ida, pero pronto empezó a
cuestionarse que tuvieran la eliminatoria sentenciada.
Diakhaté
dio un primer aviso con un remate de cabeza, en un córner. Los locales
se entregaron en vanguardia, con Geijo de ariete y el colosal Ighalo a
su espalda, apretando por las bandas Jaime y Benítez. Fran Rico
galvanizaba las operaciones, como en un pase filtrado al cuarto de hora
que sirvió para que Geijo estrellara el balón en el poste. El suizo
forzaría la jugada del primer tanto. Le asistieron en el área e intentó
un 'sombrero' ante Íñigo Martínez, que el donostiarra interceptó con la
mano. Fue penalti y, como el domingo pasado, lo pidió Siqueira. Esta vez
se dejó de lanzamientos 'Panenka' y golpeó abajo con un tiro seco.
La
apuesta arriesgada del Granada continuó con varios disparos elevados de
Benítez o Mikel Rico, mientras se sucedieron varios saques de esquina
peligrosos, como en uno que cabeceó Íñigo.
La
Real tuvo suerte de llegar al descanso con solo un gol encajado.
Después sufriría bastante menos, debido a que el Granada se fue
descafeinando con el paso de los minutos. Ifrán pudo empatar en un
cabeceo que sacó Roberto con mucho apuro. Caían los locales en el embudo
de una gran defensa y poco ayudó a la descongestión la entrada de Abel
Gómez, que no mejoró a Jaime Romero.
Cuando
el Granada más mermado parecía, llegó el tanto de Geijo, tras un
jugadón en la banda izquierda de Benítez, el más combativo del
encuentro. El 2-0 despertó la expectativa pero se entró en una fase de
reiteradas pifias defensivas, ante el mucho riesgo tomado. Llorente
perdonó por dos veces el tanto. Tendría que entrar el delantero titular
de los donostiarras, Agirretxe, para poner el gol que inclinaba
definitivamente la eliminatoria. Fue en un córner, una suerte que
ejecutó en más de una veintena de veces el Granada, pero de la que sacó
bien poco. La Real, sí. Hubo un rechace y su delantero no perdonó.
La entrada posterior de Jara fue testimonial, aunque el argentino trató de echarse a la espalda a unos compañeros desolados. De
esta manera, la Real Sociedad pasa a los octavos de final de la Copa y
el Granada se va de vacaciones con la vista puesta en el primer partido
de 2012, que será en el Santiago Bernabéu ante el líder, el Real Madrid.
Granada CF: Roberto, Nyom, Siqueira, Íñigo López, Diakhaté, Fran Rico, Mikel Rico (Franco Jara, m.83), Jaime Romero (Abel Gómez, m.55), Dani Benítez, Ighalo y Geijo.
Real Sociedad: Zubikarai, Dani Estrada, Cadamuro, Ansotegi, Íñigo Martínez, Demidov, Mariga, Pardo (Zurutuza, m.81), De la Bella (Llorente, m.73), Xavi Prieto e Ifrán (Agirretxe, m.68).
Árbitro: Mateu Lahoz (Comité Valenciano). Mostró cartulina amarilla a los locales Dani Benítez y Geijo, y al visitante Íñigo Martínez.
Goles: 1-0, (m.18): Siqueira, de penalti. 2-0, (m.65): Geijo. 2-1, (m.83): Agirretxe.
Incidencias: Partido de vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey disputado en Los Cármenes ante unos 16.000 espectadores aproximadamente. Antes del inicio del partido se guardó un minuto de silencio por el reciente fallecimiento de los ex jugadores del Granada CF Héctor Núñez y Rafael Piris.
Ander Herrera cerra la clasificación ante un aguerrido Oviedo
Un gol de Ander Herrera da la victoria al Athletic y sella su clasificación para los octavos de la Copa del Rey. El Oviedo salió atrevido y se lo puso difícil a los de Bielsa.
El Athletic ha ganado 1-0 al Real Oviedo en el partido de vuelta de dieciseisavos de la Copa del Rey. El Oviedo visitaba La Catedral 11 años y 11 días después de su última visita a San Mamés. Bielsa salió con todo, el once fue el mismo que frente al Zaragoza, exceptuando el lesionado De Marcos, al que sustituyó Iraola. El partido se presentaba fácil para los leones pero se encontraron con un Oviedo atrevido y mucho menos cerrado atrás que muchos de los equipos de primera que visitan San Mamés. Esto descolocó a los de Bielsa y el Oviedo, con un trabajo muy bueno en defensa, les plantó cara y evitó que el Athletic llegase fácilmente a su área. Juanpa como lateral derecho y Mandril evitaron que Aurtenetxe progresara por la banda.
En este primer tiempo ambos equipos han mostrado dos lineas defensivas
muy adelantadas. El Athletic no jugó como se esperaba, llegaba al área
ovetense pero sin crear demasiadas ocasiones de peligro, estaba
perdonando y eso podía pasar factura. El Athletic tuvo fallos en defensa
que no aprovechó el Oviedo y se fueron al descanso con empate a cero en
el marcador. El campo estaba muy blando por la lluvia, vimos un primer
tiempo igualado, a un Oviedo con ganas y a un Athletic demasiado lento,
con tímidas llegadas por parte de los dos equipos.
En la reanudación el Oviedo estuvo a punto de marcar. El equipo
ovetense salió fuerte en el segundo tiempo. El Athletic seguía sufriendo
y no acertaba en los pases. Bielsa hizo salir a San José por Íñigo
Pérez. Con el 0-0 en el marcador la eliminatoria estaba abierta, el
Oviedo podía marcar en cualquier momento y forzar la prórroga. El
Athletic seguía sin mostrarse cómodo frente al Oviedo. Ibai salió al
campo para sustituir a Susaeta y eso sirvió de revulsivo a los leones.
Fue en el minuto 74 cuando Ander Herrera marcó el gol de la victoria
para el equipo vasco, tras una gran jugada de Iker Muniain, y un
fantástico pase de Iraola, quien pasó atrás, Ander no perdonó y puso el
1-0 en el marcador.
El gol dio tranquilidad a los de Bielsa, sellaban prácticamente su
clasificación, ya que los asturianos hubieran necesitado dos goles para
forzar la prórroga. El partido terminó con la victoria de los leones, y
con un Oviedo que hasta el final ha plantado cara y le ha puesto las
cosas difíciles al Athletic.
En el Athletic destaca la actuación de Aurtenetxe e Ibai Gómez, que
pide más minutos con sus buenas actuaciones. El Athletic consigue
clasificarse para la siguiente ronda de la Copa del Rey. El viernes
sabremos a quien se enfrentará en octavos. El Athletic ha ganado la Copa
siempre que se ha cruzado en eliminatorias con el Oviedo.
Athletic de Bilbao: Iraizoz; Iraola, Javi Martínez, Amorebieta; Aurtenetxe; Iturraspe, Herrera (David López, min.87), Íñigo Pérez (San José, min.46); Susaeta (Ibai Gómez, min.57), Toquero y Muniain.
Real Oviedo: Dani Barrio; Juanpa, Owona, Juanma (Negredo, min.75), Álvaro; Jandrín, Aitor Sanz, Pelayo (Manu Busto, min.79), Nano; Rubiato y Martins Diop (Falcón, min.72).
Goles: 1-0, min.74: Ander Herrera.
Árbitro: José Antonio Teixeira Vitienes (Comité Cántabro). Expulsó a Claudio Vivas, ayudante de Marcelo Bielsa, en el minuto 78. Además, mostró tarjeta amarilla a los locales Amorebieta, San José, y al visitante Juanma.
Incidencias: Partido de vuelta de dieciseisavos de final de la Copa del Rey presenciado en San Mamés por unos 18.000 espectadores, entre ellos más de un millar de seguidores ovetenses. Noche fresca y terreno de juego en buenas condiciones.
Cuatro sorbos para que el sueño copero siga vivo
El Valencia accedió a octavos tras vencer a un combativo Cádiz, en un partido que los valencianistas liquidaron antes del descanso con un claro 3-0.
Objetivo cumplido. El Valencia CF brindó hasta cuatro veces contra el
Cádiz para clasificarse para los octavos de final de la Copa. Cuatro
tantos, sí, pero el conjunto de Emery jugó durante gran parte de la
primera mitad a la lotería y a punto estuvo de tocarle el Gordo.
El
Valencia sólo funcionaba en la primera mitad cuando se las venía venir,
a malas. A cada fase en la que contragolpeó el Cádiz, los de Emery
respondieron demostrando su mayor pegada y calidad. Y se repitió hasta
en tres ocasiones, en cada uno de los tres primeros goles: el Cádiz
sembraba el caos a la contra y perdonaba; el Valencia contestaba con un
gol de jugada que nacía por banda izquierda e intentaba dormir el
partido, y sólo se despertaba cuando los gaditanos daban varios sustos.
Parecía
que el técnico del Cádiz José González había llamado a Villas Boas para
preguntarle como meterle mano al Valencia CF. El Cádiz esperaba en su
campo a los de Emery y Akinsola era el primero en presionar simulando a
Drogba. Ikechi imitaba el papel de Sturridge y rompía por los dos
costados buscando el espacio.
La suerte para el Valencia CF fue
que para el Cádiz lo de querer ser como el Chelsea era una quimera y en
los metros finales evidenciaban que eran un equipo de la Segunda B.
Aquellos te eliminaron, estos salen goleados. De eso se aprovechó el
Valencia.
Víctor Ruiz, Jonas y Soldado finalizaron en la primera
parte tres buenas jugadas del Valencia CF por banda izquierda en las que
Piatti y Pablo demostraron gran precisión para asistir.
El Cádiz
perdió su institnto contragolpeador en la segunda mitad y el 3-0 se
convirtió en una losa. El Valencia CF impuso su juego y ralentizó el
juego. Salieron al campo Parejo y Adúriz para ir sumando minutos y
Mathieu entró más tarde para refrescar la banda izquierda.
Los
gaditanos habían bajado los brazos y en una bonita acción individual,
Banega dejó varias gotas de su calidad dejando sentado a su par y
remachando el cuarto gol tras cambiarse el balón de pie. El Valencia CF y
Mestalla ya estaba por entonces de vacaciones navideñas y los que no
fueron agraciados con la loteria en el coliseo valencianista acabaron
disfrutando del pase a los octavos del final del Valencia CF.
Valencia CF: Guaita; Miguel, Rami, Víctor Ruiz, Jordi Alba (Mathieu, m.75); Topal, Banega; Pablo, Jonas (Parejo, m.53), Piatti; y Soldado (Aduriz, m.60).
Cádiz CF: Gonzalo; De Coz, Goiko, Baquero (Moke, m.51), Góngora;
Caballero (Óscar Pérez, m.63), Yuste; Ferreiro, Dieguito (Dioni, m.61),
Ikechi; y Akinsola.
Gol: 1-0, m.5: Víctor Ruiz. 2-0, m.28: Jonas. 3-0, m.41: Soldado. 4-0, m.68: Banega.
Árbitro: Estrada Fernández (Comité Catalán). Mostró tarjeta amarilla al local Víctor Ruiz y al visitante Óscar Pérez.
Incidencias: Partido de vuelta de los dieciseisavos de final
de la Copa del Rey disputado en el estadio de Mestalla ante cerca de
20.000 espectadores. Terreno de juego en buenas condiciones.
El Barça hace vivir al Hospitalet una pesadilla antes de Navidad
El FC Barcelona le endosa nueve goles al Hospitalet para dejar claro que no hay Jet Lag que los pare y que se han ganado las vacaciones con creces.
Delirio partido de lujo culé para derrotar
al Hospitalet. Nueve goles obra de Pedro, Iniesta y Xavi, además de los
dobletes de Thiago, Cuenca y el canterano Tello fueron los culpables.
Tras la resaca mundialista el Barça recibía al Hospitalet en
circunstancias más que extrañas, con horario adverso, frío y un Jet Lag
de caballo que podían presagiar un partido más complicado de la cuenta.
De hecho la alineación del Barça lo demostraba, con un once inicial
que para nada distaba de cualquier otro partido de carácter serio y
habitual. Excepto José Manuel Pinto un equipo casi titular sin duda.
Buena decisión porque el Hospitalet salía a por todas, con una
actitud muy atrevida, atacantes. Y con gente descarada como Prats y Aday
para dar juego y sorprender a la defensa blaugrana con el fin de poder
meterse en el partido, tras el 0-1 de la Ida.
Un partido que se veía roto con un penalti inexistente, mal pitado
por el árbitro, y que en el minuto doce partía un encuentro en el que
los franjirojos demostraron en sus inicios, que podrían tener alguna
oportunidad. Cuenca se revolvía en una jugada con un defensa ribereño, y
el de Reus caía como un plomillo. Pedro marcaba el primer de penalti.
Pero eso no es excusa. A partir de ahí el Barça se puso el disfraz de
Barça y se acabó el juego para el Hospitalet. Y los goles se fueron
sucediendo mientras los balones entraban como caídos del cielo.
El sufrimiento del Hospitalet se hacía patente en ese momento, con un
Barça que comenzó a poner en marcha su punto de control de balón que,
como en otros partidos volvió loco al contrario, en este caso el equipo
de Jordi Vinyals.
Con el uno a cero para el Barça, la eliminatoria se ponía muy cuesta
arriba ciertamente para los ribereños, pero no por eso dejaban de
intentarlo. Sin éxito alguno eso sí, porque tras una jugada magistral de
Xavi que pone en tiralíneas hacia Cesc, es Iniesta el que recibe en
pase de la muerte para meter el segundo en el minuto 20.
Ánimos por los suelos de los jugadores del Hospitalet que fueron
desde ese momento espectadores de lujo de una de las goleadas más
monumentales recordadas en el torneo del KO.
La primera parte finalizaba con tres goles más, conformando una
manita que completaban Thiago, Xavi y el joven Tello. Cinco goles que
parecían no restar la menor importancia al segundo tiempo, donde el
Barça no se conformaría con marear la perdiz y mantener el balón en su
poder.
El hambre seguía viva y ahí no hubo Jet Lag que valga. A pesar del
empeño del Hospi por marcharse con el honor propio del Camp Nou,
marcando algún golito, este jamás llegó.
Si llegaron los otros cuatro del Barça en un partido que perdió todo
sentido para los de Hospitalet que encajaban la mayor goleada de la era
Guardiola en el Camp Nou. La nota negativa del partido se tradujo en la
persona de Andrés Iniesta que veía en la segunda parte como una lesión
muscular le dejaba fuera del partido, y seguramente quince días de baja.
El FC Barcelona solventaba maravillosamente un partido catalogado por
Guardiola como peligroso y que, a pesar del penalti inexistente que
propiciaba el primer gol, supo golear a un Hospitalet que bajó los
brazos muy pronto ante la superioridad tanto técnico como anímica de los
de Guardiola.
FC Barcelona: Pinto; Puyol, Piqué, Fontàs; Busquets (Dos Santos, m. 66), Thiago, Xavi (Tello, m. 38), Cesc, Iniesta (Sergi Roberto, m. 30); Cuenca y Pedro.
CE L'Hospitalet: Craviotto; Ivan Hammouch, Mousa (Haro, m. 63), Castaño, Lucas Viale; Rubén, Pitu (Manel, m. 65), Corominas, Ángel Sánchez, Aday; y David Prats (Pedraza, m. 46).
Goles: 1-0: Pedro (p), min. 12. 2-0: Iniesta, min. 18. 3-0: Thiago, min. 22. 4-0: Cesc, min. 36. 5-0: Tello, min. 42. 6-0: Cuenca, m. 48. 7-0: Thiago, m. 64. 8-0: Tello, m. 64. 9-0: Cuenca, m. 80.
Árbitro: González González (Colegio castellano leonés). Mostró tarjeta amarilla al visitante Viale (m. 64).
Incidencias: Partido de la vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey, disputado en el Camp Nou ante 56.480 espectadores.
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