domingo, 18 de diciembre de 2011

EL BARÇA SE PROCLAMA CAMPEÓN DEL MUNDO DE CLUBES

SANTOS FC [0-4] FC BARCELONA

Messi 2, Neymar 0

Los reyes de sus respectivos continentes se enfrentaron para decidir, únicamente, el ganador del Mundial de Clubes porque el mejor equipo del mundo ya era el Barça de Pep Guardiola

 


Cada vez que uno se introduce en el Mundo Barça intenta no caer en el piropo fácil y el análisis miope que se podría ejercer desde el resultadismo estricto y pragmático.


Para entender que la conclusión matemática no abarca -por imposible- la inmensidad de nadie y menos la del Barcelona, es interesante recordar aquella frase con la que Pep Guardiola terminó la charla técnica previa al duelo contra Estudiantes de la Plata hace un par de años: si perdéis seguiréis siendo el mejor equipo del mundo, pero si ganáis, eternos.

Hoy, domingo 18 de diciembre de 2011, con otra final mundial frente a la profunda mirada que atraviesa los tiempos, el entrenador culé tiene al mejor equipo del Planeta y también la Eternidad. Y como si fuera poco nada le pesa, continúa reinventándose y proponiendo a cada paso, una exposición diferente de sus virtudes.

Ejemplo de compromiso y vitalidad que jamás descansa en lo hecho ni se fatiga en lo que hará, el FC Barcelona, una vez más enfatizamos, haciendo de la rutina la base de lo irrepetible, se enfrentaba ante otro reto con nombre propio y propietario, gracias al gran Pelé, de otro de los espacios conquistados y reservados en la historia, para los grandes de verdad: el Santos.

¿Y qué esperar de un once plagado de talento como el brasileño? Nada mejor que recurrir a nuestras propias fuentes que describen un colectivo a partir de tres de sus figuras más relevantes: Neymar, Ganso y Danilo.

La obsesión por controlar el juego, su trámite y hacerlo a partir de la posesión del balón, llevó a Pep Guardiola a componer un once plagado de volantes con clara capacidad técnica para imponer la precisión, disminuir el margen de error y, por tanto, impedir que el Santos amortizara su prudencia a la contra. Así pues, y con nueve canteranos, el Barça saltó a la gran final con Valdés; Alves, Piqué, Puyol y Abidal; Busquets, Xavi, Thiago; Messi, Cesc e Iniesta. Del lado brasileño, los elegidos de Muricy Ramalho fueron Cabral; Dracena, Leo, Danilo, Arouca, Durval, Henrique, Borges, Ganso, Neymar y Bruno. Elano fuera; ¿por qué? A partir de ahora, el movimiento.

El Santos se paró con cuatro atrás, cuatro en el medio y dos arriba para esperar que el Barcelona no tuviera esos días en los que la velocidad y el acierto nos obligan a creer que los chicos de Pep juegan a otro deporte. Un frontón cerca de su propia área disponían los brasileños. El Barça, tres en el fondo, toque, llegadas de la segunda línea y Leo Messi.

El campeón de América casi acertó en una contra que Carles Puyol abortó robando, en un mano a mano espectacular, el intento de regate de Neymar. Acto seguido, una pared Messi-Thiago acabó con éste en el suelo dentro del área en lo que pareció penalti pero que el árbitro no pitó. El conjunto catalán dominaba el duelo con las armas de siempre y el Santos expectante. Una gran acción de Messi casi abrió el marcador pero su remate fue repelido por Cabral y recogido por Thiago que tiró al muñeco. Rondaba el gol blaugrana que, si no cometía errores groseros en la transición, no debía tener problemas para materializar lo que estaba ocurriendo.

Y pasó lo que preveíamos, gracias a la conjunción de genios que posee el campeón de Europa: Messi recibió y giró sobre sí mismo, buscó a Xavi que bajó la pelota con el tacón y asistió a Leo quien, con una vaselina magistral, puso el 1-0: el mejor jugador del mundo hacía historia y el Barça ponía rumbo hacia su segundo Mundial de Clubes. Mientras tanto, el Santos hacía agua por el costado derecho. Si el Barça acertaba, podía haber goleada. Ganso y Neymar no la olían. El 2-0 no se hizo esperar: desborde de Alves, centro atrás, Xavi al rescate y adentro. Era baile y leyenda en veintidós minutos.

El Barcelona no paraba y el dominio era abrumador, mientras Cesc remataba al palo y Ramalho mandaba a Elano por Danilo. Los minutos pasaban y todo un campeón e histórico club del país de los cinco mundiales, era aplastado en su propia ley natural, la del toque, la pausa y el compromiso con la pelota. El Barça de Pep Guardiola es tan grande que ha reinventado lo que antes era propiedad de brasileños y argentinos. Táctica, posicionalmente y técnicamente, el Barça ofrecía un nuevo concierto sin delanteros fijos pero con siete atacantes en posesión.

El primer tiempo se moría y el Barça se daba un respiro pero aún así y sin querer, llegó el 3-0 gracias a un tacón de Leo para Alves, desborde, pase de la muerte, un par de rebotes y Cesc Fàbregas cumplía con el rol que le imaginaba Pep. La final estaba decidida. Una maravilla y al descanso.

El complemento siguió con idéntica hegemonía blaugrana. Todo y todos trabajaban para dominar el desarrollo del juego y lastimar a un Santos flojísimo en defensa. Una apilada de Leo sirvió el gol a Cesc y el canterano remató afuera; un cambio de Cesc encontró a Messi pero ganó el portero santista que no se comió el túnel que intentó el rosarino. La goleada se palpaba en el dominio y el prestigio de la formación culé y su Masía daba otra clase magistral sin despeinarse. Leo Messi remataba la faena metiéndose con pelota y todo a la portería brasileña después de una encomiable jugada de Alves, otra de las figuras del duelo: 4-0.

La final se fue esfumando en cada pase, en cada rotación, en cada cambio de frente de los maravillosos exponentes de este fútbol ingenuo por sano, noble por la limpieza de sus ejecutores y brillante por la simpleza con que hacen de lo extraordinario algo usual, de cada día. La historia se construye paso a paso, profundizando en los sutiles espacios que te depara la vida y Pep Guardiola, su gente, Leo Messi, Xavi, Iniesta, Cesc y los demás mosqueteros de la belleza, lo saben. Son un himno al fútbol pero también al aire que respiran. ¡Es para ti, Guaje!
 

Santos FC: Rafael; Danilo (Elano, min. 30), Edu Drácena, Bruno Rodrigo, Durval, Leo; Henrique, Arouca, Ganso (Ibson, min. 83); Borges (Kardec, min. 78) y Neymar.

FC Barcelona: Valdés; Puyol (Fontas, min.85), Piqué (Mascherano, min. 56), Abidal; Alves, Busquets, Xavi, Thiago (Pedro, min 78); Iniesta, Cesc; y Messi.

Goles: 1-0. Min. 17: Messi. 2-0. Min. 24: Xavi. 3-0. Min. 45: Cesc. 4-0. Min. 82: Messi.

Árbitro: Ravshan Irmatov (Uzebikstán). Mostró tarjeta amarilla a Piqué (min. 38), Mascherano (min. 70), Ganso (min. 72) y Edu Drácena (min. 73).

Incidencias: Estadio Internacional de Yokohama. Lleno absoluto: 68.166 espectadores. Antes del partido se ofreció un espectáculo de pirotecnia con el volcán sagrado nipón Fuji como protagonista.

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