Lo primero que hay que saber, ante tanta
desinformación, es que el Barcelona de Guardiola no es un equipo de
moda. Es historia viva. Aclarado ese punto, Pep se marcha del Barcelona,
pero no se marcha. Se va del club azulgrana casi cuatro años y 13
títulos después (14 títulos si se conquista la Copa del Rey), pero deja un legado incontable más allá de los
campeonatos. El técnico español ha logrado todo lo que un entrenador se
puede proponer, y sin embargo esas conquistas son sólo una parte de lo
que Pep regala al club tras su exitoso y revolucionario ciclo al mando.
Aunque pocos creían en él, su revolución es histórica.
UNIÓN
La unión ha sido uno de los pilares en los
que se ha sustentado el reinado del Barcelona con Guardiola a la cabeza.
Por encima del futbolista, siempre ha estado el ser humano. Sobran
ejemplos de humanidad y compañerismo para afirmarlo. Las salidas de
Samuel Eto’o o Zlatan Ibrahimovic, dos cracks en toda regla, no hacen
más que ratificar que Pep primó siempre la unión del grupo por sobre el
resto de las cosas. Los problemas de vestuario, si los hubo, jamás se
pusieron en el centro de la escena. Difícil es que los hubiera habido,
pues el preparador español cuidó ese aspecto tal vez como ningún otro.
De allí se entiende que Eric Abidal haya levantado el trofeo de
Champions League en la temporada pasada. El gesto que el capitán Carles
Puyol tuvo para con el defensa francés sirve como ejemplo de todo ello.
MENTALIDAD
Cambió la mentalidad de un club. Porque el
Barcelona se acostumbró a ganar siempre, a llegar a instancias decisivas
y a coronarse en cuanta competición disputa. Sin ir más lejos, caer en
semifinales de la Champions League es tomado por algunos –insólitamente-
como un fracaso. Cualquiera que llegue para reemplazar a Guardiola
tendrá un equipo que se conoce de memoria, como punto a favor. Pero como
aspecto negativo, el sustituto de Pep tendrá la presión ineludible de
mantener la línea exitosa llevada a cabo a lo largo de los últimos años.
El técnico catalán, revolucionario, convirtió al jugador blaugrana,
tenga la edad y el apellido que tenga, en un futbolista ganador por
naturaleza.
IDENTIDAD
Pep revolucionó el fútbol actual. Aunque a la
azulgrana la pinten de negro, de verde y hasta de naranja, no importa
qué camiseta se le ponga al equipo que todo el mundo sabrá que se trata
del Barcelona. Su fútbol complejo e inconfundible, con el toque como
bandera y la presión en cada sector del campo, ha alcanzado el
reconocimiento mundial. Muchos quieren parecerse al Barcelona, sinónimo
de excelencia para no pocos especialistas en la materia. Un sistema ya
armado en el que las partes son importantes, pero no tanto como el todo.
En ese sentido, la ausencia de algún futbolista no cambia drásticamente
el funcionamiento del equipo. Jugador que ingresa, jugador que se
acopla sin mayores inconvenientes. Un fútbol de manual en el que todo
está mecanizado, automatizado. Que parece sencillo pero es inigualable.
CANTERA
La política de cantera es uno de los más
grandes orgullos que tiene el Barcelona. Y Guardiola ha marcado una
línea sagrada en este sentido. La Masía se ha transformado en la mayor
fuente de riqueza culé. Lo extraño no es ver en el primer equipo a un
chico surgido del club, sino todo lo contrario. Los fichajes han sido
pocos y necesarios, como el de Alexis Sánchez para la última temporada o
el de David Villa en la anterior. Jugadores como Jonathan Dos Santos,
Cristian Tello o Isaac Cuenca, sobre todo los dos últimos, han tenido en
esta temporada una cantidad de minutos digna de resaltar. Es la
continuación de un modelo que se acrecienta, un ejemplo en tiempos de
crisis financiera y futbolística. Así nacen los Valdés, Puyol, Xavi,
Iniesta, Messi, Busquets y compañía. Guardiola siempre ha elegido la
cantera antes que la cartera.
TÍTULOS
Resulta increíble, pero es más sencillo
recordar los campeonatos que perdió antes que hacer memoria con todos
los que ganó. Porque ha conseguido la friolera de 13 títulos (14 títulos si se conquista la Copa del Rey) desde que
llegara el 17 de junio de 2008 en reemplazo del holandés Frank Rijkaard.
Casi cuatro años después, lo ha logrado todo. Sólo se le han escapado
cuatro torneos: dos Copa del Rey (caídas ante Sevilla y Real Madrid) y
dos Champions League (ante Inter de Milán y Chelsea). Todo indica que
serán 13 o 14 conquistas sobre 18 posibles, pues seguramente perderá
también la presente edición de la Liga BBVA, a manos del Real Madrid, y
deberá disputar la final de Copa ante el Athletic de Bilbao. Números que
hablan por sí solos. Son el premio al trabajo, a su revolución. Los
títulos son, en definitiva, el legado más palpable del paso de Guardiola
como entrenador del FC Barcelona.
TRANSICIÓN
Hasta ayer, Francesc Vilanova (17 de
septiembre de 1969, Bellcaire, España) se desempeñaba como el segundo
entrenador del FC Barcelona. Considerado como la mano derecha de Pep
Guardiola, ha sido un hombre muy ligado al técnico blaugrana durante
toda su carrera y, según palabras del Director Deportivo, Andoni
Zubizarreta, “era la decisión lógica, porque representa el mismo juego y
la misma filosofía”.
Francesc “Tito” Vilanova comenzó su carrera futbolística en las categorías inferiores del Barcelona pero nunca fue capaz de jugar en el primer equipo. Pasó por el Figueres, Celta, Badajoz, Mallorca, Lleida, Elche y Gramanet, club en el que se retiraría en el año 2002 tras catorce años de carrera como futbolista profesional.
Francesc “Tito” Vilanova comenzó su carrera futbolística en las categorías inferiores del Barcelona pero nunca fue capaz de jugar en el primer equipo. Pasó por el Figueres, Celta, Badajoz, Mallorca, Lleida, Elche y Gramanet, club en el que se retiraría en el año 2002 tras catorce años de carrera como futbolista profesional.
Su única experiencia como director técnico
hasta ahora fue en 2006/2007 en el Terrassa FC, de la tercera división.
Llegó al Fútbol Club Barcelona en verano de 2007 para la dirección
técnica del FC Barcelona B como ayudante de Pep Guardiola, al que
conoció cuando ambos jugaban en las categorías inferiores del club.
Cuando Guardiola ascendió al primer equipo, Vilanova lo acompañó en la
aventura, convirtiéndose en segundo técnico desde 2008/2009.
El incidente más notorio de Vilanova como asistente técnico del Barcelona sucedió el 18 de agosto de 2011, en el tiempo de descuento del Barça-Madrid de la vuelta de la Supercopa. Tras una dura entrada de Marcelo a Cesc Fàbregas se produjo una gran trifulca entre los jugadores y, en medio de ella, el técnico del Real Madrid, Jose Mourinho se acercó por detrás a Tito Vilanova y le metió el dedo en el ojo acto que fue reseñado notoriamente por la prensa española.
El 22 de octubre de 2011, Vilanova fue operado de urgencia por un tumor en la glándula parótida, la cirugía fue todo un éxito y unas semanas después pudo reintegrarse con normalidad a sus funciones en los entrenamientos del equipo, en donde ha permanecido sin recaída alguna desde entonces.
El incidente más notorio de Vilanova como asistente técnico del Barcelona sucedió el 18 de agosto de 2011, en el tiempo de descuento del Barça-Madrid de la vuelta de la Supercopa. Tras una dura entrada de Marcelo a Cesc Fàbregas se produjo una gran trifulca entre los jugadores y, en medio de ella, el técnico del Real Madrid, Jose Mourinho se acercó por detrás a Tito Vilanova y le metió el dedo en el ojo acto que fue reseñado notoriamente por la prensa española.
El 22 de octubre de 2011, Vilanova fue operado de urgencia por un tumor en la glándula parótida, la cirugía fue todo un éxito y unas semanas después pudo reintegrarse con normalidad a sus funciones en los entrenamientos del equipo, en donde ha permanecido sin recaída alguna desde entonces.
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