Chequia despierta a Polonia del sueño del anfitrión
Tras un primer tiempo sin goles, Jirácek adelantó a los checos en la segunda parte y eso bastó para eliminar a los locales de su torneo co-organizador.
La República Checa se ha impuesto a Polonia gracias a un solitario gol de Jiracek en el minuto 72 tras una contra liderada por Milan Baros. El resultado le sirve a los checos para pasar como primeros de grupo dando la gran sorpresa, especialmente tras haber perdido la primera jornada por 4-1 frente a Rusia, que ha quedado eliminada.
El
partido disputado en Wroclaw contaba con las gradas absolutamente
plagadas de camisetas blancas polacas. La selección local contaba con
una oportunidad única para alcanzar los cuartos de final y salió
directamente a por el partido, muy valiente y arriesgando, a sabiendas
que sólo la victoria le servía para conseguir la clasificación.
Una
falta en la esquina del área checa que salió rozando la escuadra en el
minuto 5 y un buen tiro de Blaszczykowski en el minuto 7 tras un pase de
Lewandowski al hueco que se estrelló contra Petr Cech fueron las
primeras ocasiones más claras de los polacos, que tuvieron a Tyton en la
portería, puesto en el que se ha mantenido desde que paró en el primer
partido el penalti a Grecia. En el minuto 9 llegó la ocasión más clara
hasta el momento, una recuperación de balón en zona de tres cuartos y un
pase a Lewandowski, que falló al rematar a última instancia.
Milan
Baros se encontraba solo en punta y la falta de Rosicky impedía a la
República Checa desarrollar un juego más ofensivo, ya que Pilar no
conseguía aparecer en el entramado ofensivo. Dos tiros lejanos, uno de
Lewandowski y otro de Boenisch, siguieron llevando el peligro al área
rival. La República Checa empezó a tener más control del centro del
campo, lo que se vio reflejado en un par de ocasiones que Pilar y Baros
no consiguieron materializar. La lluvia y los gritos de ‘’Polska,
Polska’’ acompañaron el partido hasta el descanso, al que se llegó con
empate a 0.
Las dos selecciones salieron del túnel de vestuarios
conociendo la victoria griega frente a Rusia, por lo que se encontraban
las dos eliminadas en ese momento y con la necesidad imperiosa de hacer
un gol. El segundo tiempo comenzó con las imprecisiones propias de dos
equipos que necesitaban un gol para continuar en la competición. Un par
de internadas por la banda izquierda por parte de la República Checa
llevaron el silencio a las gradas de Wroclaw. Smuda movió ficha primero,
sustituyendo a Polanski para dar entrada a Grosicki en el combinado
polaco en el minuto 54. Bajo la batuta de Pilar, la República Checa
comenzó a dominar el encuentro, mientras Polonia esperaba agazapada la
contra y la velocidad de sus puntas.
En el minuto 64, una
fantástica parada de Tyton a remate a bocajarro de Sivok tras una falta
lateral impidió que la República Checa se adelantase en el marcador.
Siete minutos después, en el 71, una contra magnífica dos para dos
liderada por Baros la culminaba Jiracek tras un recorte en el área
pequeña. Obraniak dejaba su sitio a Brozek, delantero del Celtic de
Glasgow en el lado polaco para intentar la remontada, al igual que
Murawski, que abandonaba el terreno de juego por Mierzejewski.
Como
curiosidad, en el minuto 78, Plasil sacó una falta con la pierna
derecha, lo que podría pasar desapercibido si las otras dos faltas al
lado del área no las hubiera colgado con su otra pierna, la zurda, que
sirve para dar una muestra más de su versatilidad.
Desde el gol,
Polonia, aprovechando sus dos delanteros, colgó balones al área, que
dominaron tanto Cech como sus defensas. En el minuto 87 se creó una
pequeña polémica cuando Pilar, que iba a ser sustituido, se desplazó
hasta la banda más alejada de los banquillos descaradamente para tardar
lo más posible.
En el último minuto Polonia gozó de una ocasión
clarísima para empatar el partido, aunque sólo hubiera servido para
clasificar a Rusia, no hubieran conseguido pasar de ronda. Los
anfitriones se despiden de la competición con dos empates y una derrota y
los checos hacen historia al clasificarse. Se enfrentarán al segundo
clasificado del grupo B, que seguramente será Dinamarca o Portugal.
República Checa: Cech; Gebre Selassie, Sivok, Kadlec,
Limbersky; Plasil, Rosicky, Kolar, Jiracek (Rajtoral, m.84), Pilar
(Rezek, m.88); Baros (Pekhart, m.90).
Polonia: Tyton; Piszczek, Wasilewski, Perquis,
Boenisch; Blaszczykowski, Dudka; Murawski, Polanski (Grosicki, m.55),
Obraniak; Lewandowski
Goles: 1-0: min.72, Jiracek.
Árbitro: Craigh Thomson (Escocia). Amonestó a Limbersky, Murawski, Polanski, Wasilewski, Plasil, Blaszczykowski, Perquis y Pekhart.
Incidencias: Partido correspondiente a la tercera
jornada del Grupo A de la Eurocopa disputado en el Estadio Municipal de
Wroclav que mostró lleno total (44.000 espectadores). Parte del
encuentro se desarrolló bajo fuerte lluvia.
GRECIA [1-0] RUSIA
Grecia encuentra un motivo para sonreir: el fútbol
El eterno número '10' de nombre Karagounis puso el tanto para los helenos en el cierre del primer tiempo. Con eso, el equipo de Fernando Santos se mete en cuartos de la Euro 2012 y deja fuera al favorito del grupo: Rusia.
Que Grecia saliese a defender con prácticamente todos sus hombres no lo dudaba absolutamente nadie, ni en Polonia, ni en Grecia ni en el resto de Europa. Fernando Santos ha remozado al equipo griego de cara a esta Eurocopa, introduciendo varios jóvenes valores helenos que prometen muchas alegrías al país de Platón. Pero a pesar de ello, Grecia no está siendo capaz en ningún momento de tocar el balón con criterio y buscar al rival, más bien todo lo contrario.
Por momentos, muchos durante el encuentro, Grecia jugaba con un 6-3-1, convirtiendo a los propios interiores del equipo, Katsouranis y Maniatis, en falsos centrales-laterales, incrustándose entre los defensores de banda, formando una maraña de jugadores casi imposible de sobrepasar por los delanteros y 'trequartistas' rusos.
Aunque los flashes durante esta Eurocopa en
Rusia están yendo hacia Arshavin y Dzagoev, no sin razón, hay otros
jugadores fundamentales para que el planteamiento de Advocaat sea
fructífero. Uno de ellos estaba siendo Konstantin Zyryanov, que daba
equilibrio a la medular y hacía a menudo de enganche entre la delantera y
la mediapunta, compartiendo labor con Shirokov. Su ausencia por
enfermedad se notó.
El balón fue ruso desde el principio hasta
prácticamente el final del partido. Durante la primera parte, Rusia
dominó a su rival con absoluta comodidad, ya que Grecia no ofrecía nada
que no fuera defensa a ultranza y contrataques insuficientes. Pero lo
cierto es que Rusia no tenía profundidad, algo difícil de conseguir con
el entramado defensivo heleno. La persecución que sufrió Andrei Arshavin
fue abusiva, pero no menos destacable fue la que tenía encima uno de
los 'Pichichis' de la Euro, Alan Dzagoev. El habilidoso jugador del CSKA
se ofrecía a sus compañeros, pero no encontraba el espacio necesario
para combinar con comodidad y encontrar los espacios para poner el pase
preciso.
Sí encontró el espacio Grecia de forma casi inverosímil
por ser el primer tiro entre los tres palos de la portería de Malafeev.
En el último suspiro de la primera parte, rusa de cabo a rabo, los
griegos llevaron a cabo la jugada tantas veces utilizada por Roberto
Carlos y Raúl: saque de banda profundo a la espalda de los centrales y
definición en soledad con el portero, con la suerte esta vez que el
toque de Ignasevich benefició la carrera del capitán griego. Karagounis,
más listo que cualquier otro, aprovechó la situación para hacer soñar a
los suyos con los cuartos. Poco pudo hacer el buen arquero ruso.
Era
imposible encontrar un mejor momento para hacer daño a Rusia que justo
antes del descanso. Rusia salió con más intensidad tras la reanudación,
pero con más precipitación y nervios sobre el cuerpo, precisamente lo
que menos necesitaban. Aunque no estaban encontrando a Sifakis, las
asociaciones de los de rojo eran mucho más precisas y creaban más
sensación de peligro. De hecho, tuvieron más ocasiones en la segunda
parte desde fuera del área que desde dentro de la misma. Además, la
inseguridad de los de Advocaat abría más espacios a sus espaldas y en
varias contras Grecia pudo matar el partido, como en una falta de
Tzavellas que se estrelló en la misma escuadra.
La inteligencia
que tiene el '10' griego le concedió el premio del gol, pero le jugó una
mala pasada mediada la reanudación. En uno de los contragolpes de los
que hoy vestían de blanco, el balón le llegó a Karagounis, que cayó
dentro del área rusa, pidiendo a gritos un penalti que el árbitro no
concedió. En vez de ello, le mostró una tarjeta amarilla que le impide
jugar el partido de cuartos de final. Ciertamente da la impresión de que
Katsouranis se tira voluntariamente y, aunque hay contacto con el
defensa, es el propio griego el que busca la pierna rival.
Cuando
la República Checa se adelantó en el otro partido del grupo, los rusos
no podían dar crédito. Uno de los equipos que mejor fútbol había
realizado en todo lo que llevábamos de Eurocopa estaba quedando fuera a
las primeras de cambio. La historia del último partido de los grupos de
2004 se estaba volviendo a repetir. Muchos calificarán la clasificación
de Grecia como la victoria del antifútbol, de un equipo que en ningún
momento en los tres partidos disputados ha ofrecido nada, pero detrás de
la poca vistosidad del juego griego hay un trabajo y una entrega fuera
de lo común. La labor de Fernando Santos ha sido sensacional y el
entendimiento con sus jugadores ha sido total. El corazón de jugadores
como Katsouranis y Karagounis bien se merecía unos cuartos.
Grecia: Sifakis; Torosidis, Papastathopoulos,
Papadopoulos, Tzavellas; Katsouranis, Maniatis; Salpingidis (Ninis, min.
82), Karagounis (Makos, min. 66), Samaras; Gekas (Holebas, min. 63).
Rusia: Malaféev; Anyukov (Izmayov, min. 80),
Ignashévich, Berezutsky, Zhirkov; Shirókov, Denísov, Glushakov
(Pogrevnyak, m.71); Dzagóev, Arshavin y Kerzhakov (Pavlyuchenko, m.47).
Goles: 1-0, m.47: Karagounis.
Árbitro: Jonas
Eriksson (Suecia). Mostró cartulina amarilla al griego Karagounis (min.
60); y a los rusos Zhirkov (min. 63) y Pogrevnyak (min. 91).
Incidencias: Último partido del grupo A disputado en
el estadio Nacional de Varsovia, ante cerca de 55.000 aficionados, de
ellos aproximadamente 20.000 seguidores rusos.
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