Otra vez. Como si de un deja vù se tratara Argentina y Chile se volverán a retar en una final de la Copa América el próximo domingo 26 a las 20:00 (lunes 27 a las 02:00 en España). Ni un año después de que La Roja logrará el primer título de su historia ante la Albiceleste en los penaltis en el Nacional de Santiago, ambos países se vuelven a cruzar y a medir por el cetro americano. Chile, vigente campeón, disputará la cuarta final de su historia. Estuvo presente en las de 1979, 1987 y 2015 y levantó el trofeo en la última. Con Pizzi e impulsados por un gran Alexis Sánchez y el pichichi Vargas han alcanzado su mejor nivel. Argentina quiere igualar a Uruguay como la selección más laureada de Sudamérica. 14 copas lucen en su palmarés pero no gana el trofeo desde 1993. La Albiceleste ha disputado tres finales en dos años: Mundial (2014), Copa América (2015) y esta Copa América (2016). Las derrotas en las dos finales anteriores son una losa. Necesitan ganar a Chile y cobrar venganza del encuentro de hace un año.
La selección argentina puede no ganar la Copa América, por supuesto pero
ya son 23 años de sequía. Porque las finales no siempre premian al
mejor, y también porque la magia del fútbol suele guardarse sorpresas o
giros fuera de programa. No hay equipo en el mundo que se instale en
tres finales consecutivas porque una pelota pega en el palo y entra o
pega en el palo y sale. Lionel Messi es el comienzo y el final de
cualquier discusión. Es el jugador más determinante del fútbol moderno y
uno de los pocos que puede caminar alrededor de la cancha 25 minutos y
marcar tres goles. Cinco partidos, cuatro goleadas y 18 goles a favor.
El camino de Argentina hasta la final tuvo más contratiempos en las
lesiones propias que en las piedras que pudieran esparcir los rivales.
Hay dinamita en los delanteros, fortaleza en el entramado defensivo,
recursos en el banco. Hay convencimiento de qué teclas deben tocarse en
cada momento, porque hay intérpretes para cada melodía. Hay toneladas de
sangre acumuladas en los ojos. Hay ganas de dar la vuelta con las
estadísticas negativas y comérselas a los pies de la Estatua de la
Libertad, cuando el domingo finalice el gran partido. Porque hay hambre.
El actual campeón de la Copa América llega a esta final sin convencer y ni mostrar el nivel dominante que enseñó hace un año cuando levantaron el primer trofeo de su historia en la primera fase del torneo pero a partir de las eliminatorias finales la cosa cambió para el combinado de Juan Antonio Pizzi. Decidido a renovar su corona, tuvo su mejor partido y quizás el más completo incluida la exitosa era de su antecesor Jorge Sampaoli. Con un vendaval de fútbol ofensivo y aplicación táctica, le dio una soberana paliza a México que culminó con un que pudo ser más amplio, hasta cifras aún más escandalosas. Frente a Colombia se olvidaron de salir a apretar a lo loco la salida de su rival y esperando el momento justo para hacerlo, y con sus delanteros en una noche excepcional. Saben a lo que juegan y no cederán en su empeño de repetir el desenlace del año pasado pero sin pasar por los penalties.
El primer partido de la Copa América Centenario entre Argentina y Chile enfrentó a ambas con triunfo del equipo de Martino por 2-1. No estaba Messi. En el Metlife Stadium se vivirá otro capítulo de esta guerra de reyes. Chile lleva ocho años sin ganar a Argentina pero la penúltima vez que se cruzaron... la Copa se quedó en Santiago.
El primer partido de la Copa América Centenario entre Argentina y Chile enfrentó a ambas con triunfo del equipo de Martino por 2-1. No estaba Messi. En el Metlife Stadium se vivirá otro capítulo de esta guerra de reyes. Chile lleva ocho años sin ganar a Argentina pero la penúltima vez que se cruzaron... la Copa se quedó en Santiago.
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